EL SANTO NOMBRE DE JOSÉ

Pero el nombre de José significa, en hebreo, Dios añadirá. Dios añade, a la vida santa de los que cumplen su voluntad, dimensiones insospechadas: lo importante, lo que da su valor a todo, lo divino. Dios, a la vida humilde y santa de José, añadió –si se me permite hablar así– la vida de la Virgen María y la de Jesús, Señor Nuestro. Dios no se deja nunca ganar en generosidad. José podía hacer suyas las palabras que pronunció Santa María, su esposa: “Quia fecit mihi magna qui potens est”, ha hecho en mi cosas grandes.

Aquel que es todopoderoso, “quia respexit humilitatem”, porque se fijó en mi pequeñez. (Lc I, 48–49.).

(Homilía pronunciada el 19–III–1963.) – Josémaría Escrivá/ Publicada en el libro: Es Cristo que pasa

SAN JOSÉ CARPINTERO/ARTESANO

La Sagrada Escritura dice que José era artesano. Varios Padres añaden que fue carpintero. San Justino, hablando de la vida de trabajo de Jesús, afirma que hacía arados y yugos (S. Justino, Dialogus cum Tryphone, 88, 2, 8 (PG 6, 687).); quizá, basándose en esas palabras, San Isidoro de Sevilla concluye que José era herrero. En todo caso, un obrero que trabajaba en servicio de sus conciudadanos, que tenía una habilidad manual, fruto de años de esfuerzo y de sudor.

(Homilía pronunciada el 19–III–1963.) – Josémaría Escrivá/ Publicada en el libro: Es Cristo que pasa

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