DIAS 15 Y 16

Génesis, 21

  1. Yahveh visitó a Sara como lo había dicho, e hizo Yahveh por Sara lo que había prometido.
  2. Concibió Sara y dio a Abraham un hijo en su vejez, en el plazo predicho por Dios.
  3. Abraham puso al hijo que le había nacido y que le trajo Sara el nombre de Isaac.
  4. Abraham circuncidó a su hijo Isaac a los ocho días, como se lo había mandado Dios.
  5. Abraham era de cien años cuando le nació su hijo Isaac.
  6. Y dijo Sara: «Dios me ha dado de qué reír; todo el que lo oiga se reirá conmigo.»
  7. Y añadió: «¿Quién le habría dicho a Abraham que Sara amamantaría hijos?; pues bien, yo le he dado un hijo en su vejez.»
  8. Creció el niño y fue destetado, y Abraham hizo un gran banquete el día que destetaron a Isaac.
  9. Vio Sara al hijo que Agar la egipcia había dado a Abraham jugando con su hijo Isaac,
  10. dijo a Abraham: «Despide a esa criada y a su hijo, pues no va a heredar el hijo de esa criada juntamente con mi hijo, con Isaac.»
  11. Sintiólo muy mucho Abraham, por tratarse de su hijo,
  12. pero Dios dijo a Abraham: «No lo sientas ni por el chico ni por tu criada. En todo lo que te dice Sara, hazle caso; pues aunque por Isaac llevará tu nombre una descendencia,
  13. también del hijo de la criada haré una gran nación, por ser descendiente tuyo.»
  14. Levantóse, pues, Abraham de mañana, tomó pan y un odre de agua, y se lo dio a Agar, le puso al hombro el niño y la despidió. Ella se fue y anduvo por el desierto de Berseba.
  15. Como llegase a faltar el agua del odre, echó al niño bajo una mata,
  16. y ella misma fue a sentarse enfrente, a distancia como de un tiro de arco, pues decía: «No quiero ver morir al niño.» Sentada, pues, enfrente, se puso a llorar a gritos.
  17. Oyó Dios la voz del chico, y el Angel de Dios llamó a Agar desde los cielos y le dijo: «¿Qué te pasa, Agar? No temas, porque Dios ha oído la voz del chico en donde está.
  18. ¡Arriba!, levanta al chico y tenle de la mano, porque he de convertirle en una gran nación.»
  19. Entonces abrió Dios los ojos de ella, y vio un pozo de agua. Fue, llenó el odre de agua y dio de beber al chico.
  20. Dios asistió al chico, que se hizo mayor y vivía en el desierto, y llegó a ser gran arquero.
  21. Vivía en el desierto de Parán, y su madre tomó para él una mujer del país de Egipto.
  22. Sucedió por aquel tiempo que Abimélek, junto con Pikol, capitán de su tropa, dijo a Abraham: «Dios está contigo en todo lo que haces.
  23. Ahora, pues, júrame por Dios aquí mismo sin mentir, y tanto a mí como a mis hijos y a mis nietos, que la misma benevolencia que he tenido para contigo, la tendrás tú para conmigo y con el país donde te hemos recibido como huésped.»
  24. Abraham dijo: «Lo juro».
  25. Entonces Abraham se quejó a Abimélek con motivo de un pozo que habían usurpado los súbditos de Abimélek.
  26. Y dijo Abimélek: «No sé quién ha hecho eso. Ni tú me lo habías notificado, ni yo había oído nada hasta hoy.»
  27. Abraham tomó unas ovejas y vacas, se las dio a Abimélek, e hicieron los dos un pacto.
  28. Abraham puso siete corderas aparte.
  29. Dijo Abimélek a Abraham: «¿Para qué son esas siete corderas que has apartado?»
  30. Dijo: «Estas siete corderas las vas a aceptar de mi mano, para que me sirvan de testimonio de que yo he excavado este pozo.»
  31. Por eso se llamó a aquel lugar Berseba, porque allí juraron ambos.
  32. Hicieron, pues, el pacto en Berseba; luego, levantándose Abimélek y Pikol, capitán de su tropa, se volvieron al país de los filisteos.
  33. Abraham plantó un tamarisco en Berseba en invocó allí el nombre de Yahveh, Dios eterno. Abraham estuvo residiendo en el país de los filisteos muchos años.”
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Génesis, 22

  1. Después de estas cosas sucedió que Dios tentó a Abraham y le dijo: «¡Abraham, Abraham!» El respondió: «Heme aquí.»
  2. Díjole: «Toma a tu hijo, a tu único, al que amas, a Isaac, vete al país de Moria y ofrécele allí en holocausto en uno de los montes, el que yo te diga.»
  3. Levantóse, pues, Abraham de madrugada, aparejó su asno y tomó consigo a dos mozos y a su hijo Isaac. Partió la leña del holocausto y se puso en marcha hacia el lugar que le había dicho Dios.
  4. Al tercer día levantó Abraham los ojos y vio el lugar desde lejos.
  5. Entonces dijo Abraham a sus mozos: «Quedaos aquí con el asno. Yo y el muchacho iremos hasta allí, haremos adoración y volveremos donde vosotros.»
  6. Tomó Abraham la leña del holocausto, la cargó sobre su hijo Isaac, tomó en su mano el fuego y el cuchillo, y se fueron los dos juntos.
  7. Dijo Isaac a su padre Abraham: «¡Padre!» Respondió: «¿qué hay, hijo?» – «Aquí está el fuego y la leña, pero ¿dónde está el cordero para el holocausto?»
  8. Dijo Abraham: «Dios proveerá el cordero para el holocausto, hijo mío.» Y siguieron andando los dos juntos.
  9. Llegados al lugar que le había dicho Dios, construyó allí Abraham el altar, y dispuso la leña; luego ató a Isaac, su hijo, y le puso sobre el ara, encima de la leña.
  10. Alargó Abraham la mano y tomó el cuchillo para inmolar a su hijo.
  11. Entonces le llamó el Angel de Yahveh desde los cielos diciendo: ¡Abraham, Abraham!» El dijo: «Heme aquí.»
  12. Dijo el Angel: «No alargues tu mano contra el niño, ni le hagas nada, que ahora ya sé que tú eres temeroso de Dios, ya que no me has negado tu hijo, tu único.»
  13. Levantó Abraham los ojos, miró y vio un carnero trabado en un zarzal por los cuernos. Fue Abraham, tomó el carnero, y lo sacrificó en holocausto en lugar de su hijo.
  14. Abraham llamó a aquel lugar «Yahveh provee», de donde se dice hoy en día: «En el monte “Yahveh provee”»
  15. El Angel de Yahveh llamó a Abraham por segunda vez desde los cielos,
  16. y dijo: «Por mí mismo juro, oráculo de Yahveh, que por haber hecho esto, por no haberme negado tu hijo, tu único,
  17. yo te colmaré de bendiciones y acrecentaré muchísimo tu descendencia como las estrellas del cielo y como las arenas de la playa, y se adueñará tu descendencia de la puerta de sus enemigos.
  18. Por tu descendencia se bendecirán todas las naciones de la tierra, en pago de haber obedecido tú mi voz.»
  19. Volvió Abraham al lado de sus mozos, y emprendieron la marcha juntos hacia Berseba. Y Abraham se quedó en Berseba.
  20. Después de estas cosas, se anunció a Abraham: «También Milká ha dado hijos a tu hermano Najor:
  21. Us, su primogénito; Buz, hermano del anterior, y Quemel, padre de Aram,
  22. Késed, Jazó, Pildás, Yidlaf y Betuel.»
  23. (Betuel engendró a Rebeca.) Estos ocho le dio Milká a Najor, hermano de Abraham.
  24. Su concubina, llamada Reumá, también dio a luz a Tébaj, Gájam, Tájas, y Maaká.”
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Génesis, 23

1.Sara vivió 127 años. 2.Murió Sara en Quiryat Arbá – que es Hebrón – en el país de Canaán, y Abraham hizo duelo por Sara y la lloró. 3.Luego se levantó Abraham de delante de la muerta, y habló a los hijos de Het en estos términos: 4.«Yo soy un simple forastero que reside entre vosotros. Dadme una propiedad sepulcral entre vosotros, para retirar y sepultar a mi muerta.» 5.Respondieron los hijos de Het a Abraham diciéndole: 6.«A ver si nos entendemos, señor; tú eres un príncipe divino entre nosotros. En el mejor de nuestros sepulcros sepulta a tu muerta. Ninguno de nosotros te negará su sepulcro, para que entierres a tu muerta.» 7.Levantóse Abraham, e hizo una reverencia a los paisanos, a los hijos de Het, 8.y les habló en estos términos: «Si estáis de acuerdo con que yo retire y sepulte a mi muerta, escuchadme e interceded por mí ante Efrón, hijo de Sójar, 9.para que me dé la cueva de la Makpelá que es suya y que está al borde de su finca. Que me la dé por lo que valga en propiedad sepulcral entre vosotros.» 10.Efrón estaba sentado entre los hijos de Het. Respondió, pues, Efrón el hitita a Abraham, a oídas de los hijos de Het y de todos los que entraban por la puerta de la ciudad diciendo: 11.«No, señor, escúchame: te doy la finca y te doy también la cueva que hay en ella. A la vista de los hijos de mi pueblo te la doy: sepulta a tu muerta.» 12.Abraham hizo una reverencia a los paisanos, 13.y se dirigió a Efron, a oídas de los paisanos, diciendo: «A ver si nos entendemos. Te doy el precio de la finca acéptamelo y enterraré allí a mi muerta.» 14.Respondió Efrón a Abraham: 15.«Señor mío, escúchame: Cuatrocientos siclos de plata por un terreno, ¿qué nos suponen a ti y a mí? Sepulta a tu muerta.» 16.Abraham accedió y pesó a Efrón la plata que éste había pedido a oídas de los hijos de Het: cuatrocientos siclos de plata corriente de mercader. 17.Así fue cómo la finca de Efrón que está en la Makpelá, frente a Mambré, la finca y la cueva que hay en ella y todos los árboles que rodean la finca por todos sus lindes, todo ello vino a ser 18.propiedad de Abraham, a la vista de los hijos de Het, y todos los que entraban por la puerta de la ciudad. 19.Después Abraham sepultó a su mujer Sara en la cueva del campo de la Makpelá frente a Mambré (es Hebrón), en Canaán. 20.Así aquel campo y la cueva que hay en él llegaron a ser de Abraham como propiedad sepulcral, recibida de los hijos de Het.”
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Salmos, 15

1.Salmo. De David. Yahveh, ¿quién morará en tu tienda?, ¿quién habitará en tu santo monte? 2.El que ando sin tacha, y obra la justicia; que dice la verdad de corazón, 3.y no calumnia con su lengua; que no daña a su hermano, ni hace agravio a su prójimo; 4.con menosprecio mira al réprobo, mas honra a los que temen a Yahveh; que jura en su perjuicio y no retracta, 5.no presta a usura su dinero, ni acepta soborno en daño de inocente. Quien obra así jamás vacilará.”
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Salmos, 16

1.A media voz. De David. Guárdame, oh Dios, en ti está mi refugio. 2.Yo digo a Yahveh: «Tú eres mi Señor. mi bien, nada hay fuera de ti»; 3.ellos, en cambio, a los santos que hay en la tierra: «¡Magníficos, todo mi gozo en ellos!». 4.Sus ídolos abundan, tras ellos van corriendo. Mas yo jamás derramaré sus libámenes de sangre, jamás tomaré sus nombres en mis labios. 5.Yahveh, la parte de mi herencia y de mi copa, tú mi suerte aseguras; 6.la cuerda me asigna un recinto de delicias, mi heredad es preciosa para mí. 7.Bendigo a Yahveh que me aconseja; aun de noche mi conciencia me instruye; 8.pongo a Yahveh ante mí sin cesar; porque él está a mi diestra, no vacilo. 9.Por eso se me alegra el corazón, mis entrañas retozan, y hasta mi carne en seguro descansa; 10.pues no has de abandonar mi alma al seol, ni dejarás a tu amigo ver la fosa. 11.Me enseñarás el caminó de la vida, hartura de goces, delante de tu rostro, a tu derecha, delicias para siempre.”
Salmos, 16 – Bíblia Católica Online
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MATE0 9

18. “Así les estaba hablando, cuando se acercó un magistrado y se postró ante él diciendo: «Mi hija acaba de morir, pero ven, impón tu mano sobre ella y vivirá.» 19.Jesús se levantó y le siguió junto con sus discípulos. 20.En esto, una mujer que padecía flujo de sangre desde hacía doce años se acercó por detrás y tocó la orla de su manto. 21.Pues se decía para sí: «Con sólo tocar su manto, me salvaré.» 22.Jesús se volvió, y al verla le dijo: «¡Animo!, hija, tu fe te ha salvado.» Y se salvó la mujer desde aquel momento. 23.Al llegar Jesús a casa del magistrado y ver a los flautistas y la gente alborotando, 24.decía: «¡Retiraos! La muchacha no ha muerto; está dormida.» Y se burlaban de él. 25.Mas, echada fuera la gente, entró él, la tomó de la mano, y la muchacha se levantó. 26.Y la noticia del suceso se divulgó por toda aquella comarca. 27.Cuando Jesús se iba de allí, al pasar le siguieron dos ciegos gritando: «¡Ten piedad de nosotros, Hijo de David!» 28.Y al llegar a casa, se le acercaron los ciegos, y Jesús les dice: «¿Creéis que puedo hacer eso?» Dícenle: «Sí, Señor.» 29.Entonces les tocó los ojos diciendo: «Hágase en vosotros según vuestra fe.» 30.Y se abrieron sus ojos. Jesús les ordenó severamente: «¡Mirad que nadie lo sepa!» 31.Pero ellos, en cuanto salieron, divulgaron su fama por toda aquella comarca. 32.Salían ellos todavía, cuando le presentaron un mudo endemoniado. 33.Y expulsado el demonio, rompió a hablar el mudo. Y la gente, admirada, decía: «Jamás se vio cosa igual en Israel.» 34.Pero los fariseos decían: «Por el Príncipe de los demonios expulsa a los demonios.» 35.Jesús recorría todas las ciudades y aldeas, enseñando en sus sinagogas, proclamando la Buena Nueva del Reino y sanando todo enfermedad y toda dolencia. 36.Y al ver a la muchedumbre, sintió compasión de ella, porque estaban vejados y abatidos como ovejas que no tienen pastor. 37.Entonces dice a sus discípulos: «La mies es mucha y los obreros pocos. 38.Rogad, pues, al Dueño de la mies que envíe obreros a su mies.»”
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MATEO 10

1.Y llamando a sus doce discípulos, les dio poder sobre los espíritus inmundos para expulsarlos, y para curar toda enfermedad y toda dolencia. 2.Los nombres de los doce Apóstoles son éstos: primero Simón, llamado Pedro, y su hermano Andrés; Santiago el de Zebedeo y su hermano Juan; 3.Felipe y Bartolomé; Tomás y Mateo el publicano; Santiago el de Alfeo y Tadeo; 4.Simón el Cananeo y Judas el Iscariote, el mismo que le entregó. 5.A estos doce envió Jesús, después de darles estas instrucciones: «No toméis camino de gentiles ni entréis en ciudad de samaritanos; 6.dirigíos más bien a las ovejas perdidas de la casa de Israel. 7.Id proclamando que el Reino de los Cielos está cerca. 8.Curad enfermos, resucitad muertos, purificad leprosos, expulsad demonios. Gratis lo recibisteis; dadlo gratis. 9.No os procuréis oro, ni plata, ni calderilla en vuestras fajas; 10.ni alforja para el camino, ni dos túnicas, ni sandalias, ni bastón; porque el obrero merece su sustento. 11.«En la ciudad o pueblo en que entréis, informaos de quién hay en él digno, y quedaos allí hasta que salgáis. 12.Al entrar en la casa, saludadla. 13.Si la casa es digna, llegue a ella vuestra paz; mas si no es digna, vuestra paz se vuelva a vosotros. 14.Y si no se os recibe ni se escuchan vuestras palabras, salid de la casa o de la ciudad aquella sacudiendo el polvo de vuestros pies. 15.Yo os aseguro: el día del Juicio habrá menos rigor para la tierra de Sodoma y Gomorra que para aquella ciudad. 16.«Mirad que yo os envío como ovejas en medio de lobos. Sed, pues, prudentes como las serpientes, y sencillos como las palomas. 17.Guardaos de los hombres, porque os entregarán a los tribunales y os azotarán en sus sinagogas; 18.y por mi causa seréis llevados ante gobernadores y reyes, para que deis testimonio ante ellos y ante los gentiles. 19.Mas cuando os entreguen, no os preocupéis de cómo o qué vais a hablar. Lo que tengáis que hablar se os comunicará en aquel momento. 20.Porque no seréis vosotros los que hablaréis, sino el Espíritu de vuestro Padre el que hablará en vosotros. 21.«Entregará a la muerte hermano a hermano y padre a hijo; se levantarán hijos contra padres y los matarán. 22.Y seréis odiados de todos por causa de mi nombre; pero el que persevere hasta el fin, ése se salvará. 23.«Cuando os persigan en una ciudad huid a otra, y si también en ésta os persiguen, marchaos a otra. Yo os aseguro: no acabaréis de recorrer las ciudades de Israel antes que venga el Hijo del hombre.”
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