“Vivamos para esa noche”. Frase con la que se recuerda a nuestro Beato Carlos Manuel. Si. Se refería a la Vigila Pascual. Esa noche, históricamente, se estima que fue la del 4 de abril de 1933. En la alborada del amanecer de esa noche el 5 de abril a eso de las 4 a 5 de la madrugada ocurre un evento que produjo un efecto inmediato: el sepulcro quedó vacío.
El Dr. Antonio Macaya Pascual además de médico; es diacono. Decidio hacer una Licenciatura en Ciencias Religiosas y su disertación giro en torno a identificar la evidencia no bíblica, relevante, confiable y pertinente que que podía demostrar el hecho de la resurrección.

En preparación para la celebración de la Semana Mayor estoy estudiando este trabajo. Un excelente libro titulado Un latido en la Tumba. Y también las conferencias que él distinguido hermano en la fe ha ofrecido y se encuentran publicadas en FB.
Los dos hechos, que van a comprobar el evento de la Resurrección por fuentes extra/bíblicas son: el sepulcro vacío y los testigos que vieron a Jesús y la conducta de esos testigos y de los que conocieron del testimonio de estos. Por eso la fe significa también creer a testigos con conocimiento y dignos de confianza.