ACTITUD CRISTIANA PARA SERVIR AL DIOS/TRINO

G.K. CHESTERTON

Ése es, por tanto, el primer requisito que debe cumplir el ideal hacia el que se encamina el progreso: ser fijo

G.K. CHESTERTON

Si nuestra vida llega a ser tan bonita como un cuento de hadas, deberemos recordar que la belleza de un cuento de hadas se basa en lo siguiente: el príncipe siente un asombro que no llega nunca a ser miedo. Si llega a tener miedo del gigante, estará acabado; pero si el gigante le es indiferente, lo que se habrá acabado será el cuento de hadas. Todo depende de que el príncipe sea al mismo tiempo lo bastante humilde para sentir asombro y lo bastante altivo para ser desafiante. Por eso nuestra actitud ante el mundo no debe ser sólo una creciente delicadeza ni un desprecio cada vez mayor: debe darse una determinada proporción entre las dos cosas que sea exactamente la correcta. Debemos sentir la suficiente reverencia para pisar temerosos la hierba y el suficiente desdén para, llegada la ocasión, escupir a las estrellas. Sin embargo, esas dos cosas (si somos buenos o felices) deben combinarse, no de cualquier manera, sino en una combinación concreta. La felicidad total del hombre sobre la Tierra (si alguna vez llega a producirse) no será simple y evidente, como la de los animales, sino un equilibrio peligroso y delicado, como el de una novela espeluznante. El hombre debe tener la suficiente fe en sí mismo para vivir aventuras y dudar lo bastante para disfrutarlas.

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