Señor, yo quiero creer en Ti
Haz, Señor, que mi fe sea pura, sin reservas, y que penetre en mi pensamiento, en mi modo de juzgar las cosas divinas y las humanas.

Que mi fe sea libre, Señor, que acepte las renuncias y los riesgos que comporta: yo creo en Ti, Señor.
Señor, haz que mi fe sea fuerte, que no se asuste ante la contradicción de los problemas; que no tema la oposición de quienes la discuten, la impugnan, la rechazan, la niegan, sino que se robustezca en la prueba íntima de tu Verdad.
Señor, haz que mi fe sea firme: firme por una lógica externa de pruebas y por un testimonio interior del Espíritu Santo; yo creo en Ti. Señor, haz que mi fe sea feliz: que dé paz y alegría a mi espíritu, que lo capacite para la oración con Dios y para la conversación con los hombres. Yo creo en ti, Señor.
Señor, haz que mi fe sea activa y que dé a la caridad un motivo de su expansión moral, de modo que constituya una verdadera amistad contigo; y que en las obras, en el sufrimiento, en la espera de la revelación final, suponga una continua búsqueda de ti.
Señor, que mi fe sea humilde: que no presuma basarse en la experiencia de mi pensar y sentir, sino que se rinda ante el testimonio del Espíritu Santo; y que no tenga otra garantía mejor que la docilidad a la autoridad del magisterio de la santa Iglesia. Amén.
(de la Oración compuesta por Pablo VI en 1968)