Éxodo 20

1 Entonces pronunció Dios todas estas palabras diciendo:
2 «Yo, Yahveh, soy tu Dios, que te he sacado del país de Egipto, de la
casa de servidumbre.
3 No habrá para ti otros dioses delante de mí.
4 No te harás escultura ni imagen alguna ni de lo que hay arriba en los
cielos, ni de lo que hay abajo en la tierra, ni de lo que hay en las aguas
debajo de la tierra.
5 No te postrarás ante ellas ni les darás culto, porque yo Yahveh, tu
Dios, soy un Dios celoso, que castigo la iniquidad de los padres en los hijos
hasta la tercera y cuarta generación de los que me odian,
6 y tengo misericordia por millares con los que me aman y guardan
mis mandamientos.
7 No tomarás en falso el nombre de Yahveh, tu Dios; porque Yahveh
no dejará sin castigo a quien toma su nombre en falso.
8 Recuerda el día del sábado para santificarlo.
9 Seis días trabajarás y harás todos tus trabajos,
10 pero el día séptimo es día de descanso para Yahveh, tu Dios. No
harás ningún trabajo, ni tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu sierva, ni
tu ganado, ni el forastero que habita en tu ciudad.
11 Pues en seis días hizo Yahveh el cielo y la tierra, el mar y todo
cuanto contienen, y el séptimo descansó; por eso bendijo Yahveh el día del
sábado y lo hizo sagrado.
12 Honra a tu padre y a tu madre, para que se prolonguen tus días
sobre la tierra que Yahveh, tu Dios, te va a dar.
13 No matarás.
14 No cometerás adulterio.
15 No robarás.
16 No darás testimonio falso contra tu prójimo.
17 No codiciarás la casa de tu prójimo, ni codiciarás la mujer de tu
prójimo, ni su siervo, ni su sierva, ni su buey, ni su asno, ni nada que sea de
tu prójimo.»
18 Todo el pueblo percibía los truenos y relámpagos, el sonido de la
trompeta y el monte humeante, y temblando de miedo se mantenía a
distancia.
19 Dijeron a Moisés: «Habla tú con nosotros, que podremos
entenderte, pero que no hable Dios con nosotros, no sea que muramos.»
20 Respondió Moisés al pueblo: «No temáis, pues Dios ha venido para
poneros a prueba, para que su temor esté ante vuestros ojos, y no pequéis».
21 Y el pueblo se mantuvo a distancia, mientras Moisés se acercaba a
la densa nube donde estaba Dios.
22 Dijo Yahveh a Moisés: Así dirás a los israelitas: Vosotros mismos
habéis visto que os he hablado desde el cielo.
23 No haréis junto a mí dioses de plata, ni os haréis dioses de oro.
24 Hazme un altar de tierra para ofrecer sobre él tus holocaustos y tus
sacrificios de comunión, tus ovejas y tus bueyes. En todo lugar donde haga
yo memorable mi nombre, vendré a ti y te bendeciré.
25 Y si me haces un altar de piedra, no lo edificarás de piedras
labradas; porque al alzar tu cincel sobre ella queda profanada.
26 Tampoco subirás por gradas a mi altar, para que no se descubra tu
desnudez sobre él.
Éxodo 21
1 Estas con las normas que has de dar:
2 Cuando compres un esclavo hebreo, servirá seis años, y el séptimo
quedará libre sin pagar rescate.
3 Si entró solo, solo saldrá; si tenía mujer, su mujer saldrá con él.
4 Si su amo le dio mujer, y ella le dio a luz hijos o hijas, la mujer y sus
hijos serán del amo, y él saldrá solo.
5 Si el esclavo declara: «Yo quiero a mi señor, a mi mujer y a mis
hijos; renuncio a la libertad»
6 su amo le llevará ante Dios y, arrimándolo a la puerta o a la jamba,
su amo le horadará la oreja con una lezna; y quedará a su servicio para
siempre.
7 Si un hombre vende a su hija por esclava, ésta no saldrá de la
esclavitud como salen los esclavos.
8 Si no agrada a su señor que la había destinado para sí, éste permitirá
su rescate; y no podrá venderla a gente extraña, tratándola con engaño.
9 Si la destina para su hijo, le dará el mismo trato que a sus hijas.
10 Si toma para sí otra mujer, no le disminuirá a la primera la comida,
ni el vestido ni los derechos conyugales.
11 Y si no le da estas tres cosas, ella podrá salirse de balde sin pagar
rescate.
12 El que hiera mortalmente a otro, morirá;
13 pero si no estaba al acecho, sino que Dios se lo puso al alcance de
la mano, yo te señalaré un lugar donde éste pueda refugiarse.
14 Pero al que se atreva a matar a su prójimo con alevosía, hasta de mi
altar le arrancarás para matarle.
15 El que pegue a su padre o a su madre morirá.
16 Quien rapte a una persona – la haya vendido o esté todavía en su
poder – morirá.
17 Quien maldiga a su padre o a su madre morirá.
18 Si dos hombres riñen y uno hiere a otro con una piedra o con el
puño, pero no muere, sino que, después de guardar cama,
19 puede levantarse y andar por la calle, apoyado en su bastón, el que
le hirió quedará exculpado, pero pagará el tiempo perdido y los gastos de la
curación completa.
20 Si un hombre golpea a su siervo o a su sierva con un palo y muere
a sus manos, cae bajo la ley de venganza.
21 Pero si sobrevive un día o dos, no será vengado, pues lo había
comprado con dinero.
22 Si unos hombres, en el curso de una riña, dan un golpe a una mujer
encinta, y provocan el parto sin más daño, el culpable será multado
conforme a lo que imponga el marido de la mujer y mediante arbitrio.
23 Pero si resultare daño, darás vida por vida,
24 ojo por ojo, diente por diente, mano por mano, pie por pie,
25 quemadura por quemadura, herida por herida, cardenal por
cardenal.
26 Si un hombre hiere a su siervo o a su sierva en el ojo y le deja
tuerto, le dará libertad en compensación del ojo.
27 Si uno salta un diente a su siervo o a su sierva, le pondrá en
libertad en compensación del diente.
28 Si un buey acornea a un hombre o a una mujer, y le causa la
muerte, el buey será apedreado, y no se comerá su carne, pero el dueño del
buey quedará exculpado.
29 Mas si el buey acorneaba ya desde tiempo atrás, y su dueño, aun
advertido, no le vigiló, y ese buey mata a un hombre o a una mujer, el buey
será apedreado, y también su dueño morirá.
30 Si se le impone un precio por ello, dará en rescate de su vida
cuanto le impongan.
31 Si acornea a un muchacho o a una muchacha, se seguirá esta
misma norma.
32 Si el buey acornea a un siervo o a una sierva, se pagarán treinta
siclos de plata al dueño de ellos, y el buey será apedreado.
33 Si un hombre deja abierto un pozo, o si cava un pozo y no lo tapa,
y cae en él un buey o un asno,
34 el propietario del pozo pagará al dueño de ellos el precio en dinero,
y el animal muerto será suyo.
35 Si el buey de uno acornea al buey de otro, causándole la muerte,
venderán el buey vivo y se repartirán el precio, repartiendo igualmente el
buey muerto.
36 Pero si era notorio que el buey acorneaba desde tiempo atrás, y su
dueño no le vigiló, pagará buey por buey y el buey muerto será suyo.
37 Si un hombre roba un buey o una oveja, y los mata o vende, pagará
cinco bueyes por el buey, y cuatro ovejas por la oveja.
Éxodo 22
1 Si el ladrón, sorprendido al perforar la pared, es herido mortalmente,
no habrá venganza de sangre.
2 Mas si esto sucede salido ya el sol, su sangre será vengada. – Debe
restituir; si no tiene con qué, será vendido para restituir por su robo.
3 Si lo robado, sea buey, asno u oveja, fuere hallado vivo en su poder,
restituirá el doble.
4 Si un hombre causa daño en un campo o en una viña, dejando suelto
su ganado de modo que pazca en campo ajeno, restituirá con lo mejor de su
propio campo y lo mejor de su propia viña.
5 Si se declara un fuego, y se incrementa con zarzales de modo que se
abrasen las hacinas, la mies, o el campo, el autor del incendio deberá
resarcir el daño.
6 Cuando un hombre dé a otro dinero o utensilios en depósito para que
se lo guarde, y son robados de la casa de éste, el ladrón, si es hallado,
restituirá el doble.
7 Pero si no es hallado, el dueño de la casa se presentará ante Dios
para declarar que no ha puesto su mano sobre los bienes de su prójimo.
8 En todo caso delictivo, ya se trate de buey, asno, oveja, ropa o de
cualquier cosa desaparecida, de la que uno diga: «Es esto», la causa de
ambos se llevará ante Dios; y aquel a quien Dios declare culpable, restituirá
el doble a su prójimo.
9 Si un hombre entrega a otro un asno, buey, oveja, o cualquier otro
animal para su custodia, y éstos mueren o sufren daño o son robados sin que
nadie lo vea,
10 mediará entre los dos el juramento de Yahveh para atestiguar que
el depositario no ha puesto su mano sobre la hacienda de su prójimo; el
dueño tomará lo que quede y el otro no tendrá que restituir.
11 Pero si el animal le ha sido robado estando él cerca, restituirá a su
dueño.
12 Si el animal ha sido despedazado, que traiga como testimonio los
despojos y no tendrá que restituir.
13 Si un hombre pide a otro que le preste un ganado y éste sufre un
daño o muere, en ausencia de su dueño, tendrá que restituir.
14 Si estaba presente su dueño, nada se restituirá. Si lo había
alquilado, el dueño recibirá el precio del alquiler.
15 Si un hombre seduce a una virgen, no desposada, y se acuesta con
ella, le pagará la dote, y la tomará por mujer.
16 Y si el padre de ella no quiere dársela, el seductor pagará el dinero
de la dote de las vírgenes.
17 A la hechicera no la dejarás con vida.
18 Todo el que peque con bestia, morirá.
19 El que ofrece sacrificios a otros dioses, será entregado al anatema.
20 No maltratarás al forastero, ni le oprimirás, pues forasteros fuisteis
vosotros en el país de Egipto.
21 No vejarás a viuda ni a huérfano.
22 Si le vejas y clama a mí, no dejaré de oír su clamor,
23 se encenderá mi ira y os mataré a espada; vuestras mujeres
quedarán viudas y vuestros hijos huérfanos.
24 Si prestas dinero a uno de mi pueblo, al pobre que habita contigo,
no serás con él un usurero; no le exigiréis interés.
25 Si tomas en prenda el manto de tu prójimo, se lo devolverás al
ponerse el sol,
26 porque con él se abriga; es el vestido de su cuerpo. ¿Sobre qué va a
dormir, si no? Clamará a mí, y yo le oiré, porque soy compasivo.
27 No blasfemarás contra Dios, ni maldecirás al principal de tu
pueblo.
28 No tardarás en ofrecerme de tu abundancia y de tus jugos. Me
darás el primogénito de tus hijos.
29 Lo mismo has de hacer con el de tus vacas y ovejas. Siete días
estará con su madre, y al octavo me lo darás.
30 Hombres santos seréis para mí. No comáis la carne despedazada
por una fiera en el campo; echádsela a los perros.
Éxodo 23
1 No levantes testimonio falso, ni ayudes al malvado dando testimonio
injusto.
2 No sigas a la mayoría para hacer el mal; ni te inclines en un proceso
por la mayoría en contra de la justicia.
3 Tampoco favorecerás al pobre en su pleito.
4 Si encuentras el buey de tu enemigo o su asno extraviado, se lo
llevarás.
5 Si ves caído bajo la carga el asno del que te aborrece, no rehúses tu
ayuda. Acude a ayudarle.
6 No tuerzas el derecho de tu pobre en su pleito.
7 Aléjate de causas mentirosas, no quites la vida al inocente y justo; y
no absuelvas al malvado.
8 No recibas regalos; porque el regalo ciega a los perspicaces y
pervierte las causas justas.
9 No oprimas al forastero; ya sabéis lo que es ser forastero, porque
forasteros fuisteis vosotros en la tierra de Egipto.
10 Seis años sembrarás tu tierra y recogerás su producto;
11 al séptimo la dejarás descansar y en barbecho, para que coman los
pobres de tu pueblo, y lo que quede lo comerán los animales del campo.
Harás lo mismo con tu viña y tu olivar.
12 Seis días harás tus trabajos, y el séptimo descansarás, para que
reposen tu buey y tu asno, y tengan un respiro el hijo de tu sierva y el
forastero.
13 Guardad todo lo que os he dicho. No invocarás el nombre de otros
dioses: ni se oiga en vuestra boca.
14 Tres veces al año me celebrarás fiesta.
15 Guardarás la fiesta de los Ázimos. Durante siete días comerás
ázimos, como te he mandado, en el tiempo señalado, en el mes de Abib;
pues en él saliste de Egipto. Nadie se presentará delante de mí con las
manos vacías.
16 También guardarás la fiesta de la Siega, de las primicias de tus
trabajos, de lo que hayas sembrado en el campo; y la fiesta de la
Recolección al término del año, al recoger del campo los frutos de tu
trabajo.
17 Tres veces al año se presentarán tus varones delante de Yahveh, el
Señor.
18 No ofrecerás la sangre de mi sacrificio con pan fermentado ni
guardarás hasta el día siguiente la grasa de mi fiesta.
19 Llevarás a la Casa de Yahveh, tu Dios, las mejores primicias de tu
suelo. No cocerás el cabrito en la leche de su madre.
20 He aquí que yo voy a enviar un ángel delante de ti, para que te
guarde en el camino y te conduzca al lugar que te tengo preparado.
21 Pórtate bien en su presencia y escucha su voz; no le seas rebelde,
que no perdonará vuestras transgresiones, pues en él está mi Nombre.
22 Si escuchas atentamente su voz y haces todo lo que yo diga, tus
enemigos serán mis enemigos y tus adversarios mis adversarios.
23 Mi ángel caminará delante de ti y te introducirá en el país de los
amorreos, de los hititas, de los perizitas, de los cananeos, de los jivitas y de
los jebuseos; y yo los exterminaré.
24 No te mostrarás ante sus dioses, ni les darás culto, ni imitarás su
conducta; al contrario, los destruirás por completo y romperás sus estelas.
25 Vosotros daréis culto a Yahveh, vuestro Dios, yo bendeciré tu pan
y tu agua. Y apartaré de ti las enfermedades.
26 No habrá en tu tierra mujer que aborte ni que sea estéril; y colmaré
el número de tus días.
27 «Sembraré delante de ti mi terror; llenaré de turbación a todos los
pueblos donde llegues; y haré que todos tus enemigos huyan ante ti.
28 Enviaré avispas delante de ti que ahuyentarán de tu presencia al
jivita, al cananeo y al hitita.
29 No les expulsaré de tu presencia en un solo año, no sea que al
quedar desierta la tierra se multipliquen contra ti las fieras del campo.
30 Les expulsaré de tu vista poco a poco, hasta que tú te multipliques
y te apoderes de la tierra.
31 Y fijaré tus confines desde el mar de Suf hasta el mar de los
filisteos, y desde el desierto hasta el Río, pues entregaré en tus manos a los
habitantes del país para que los arrojes de tu presencia.
32 No hagas pacto con ellos ni con sus dioses.
33 No habitarán en tu tierra, no sea que te hagan pecar contra mí, pues
dando culto a sus dioses caerías en un lazo.»
Salmo 44 (43)
(1) = Del maestro de coro. De los hijos de Coré. Poema. =
1 (2) Oh Dios, con nuestros propios oídos lo oímos, nos lo contaron
nuestros padres, la obra que tú hiciste en sus días, en los días antiguos,
2 (3) y con tu propia mano. Para plantarlos a ellos, expulsaste
naciones, para ensancharlos, maltrataste pueblos;
3 (4) no por su espada conquistaron la tierra, ni su brazo les dio la
victoria, sino que fueron tu diestra y tu brazo, y la luz de tu rostro, porque
los amabas.
4 (5) Tú sólo, oh Rey mío, Dios mío, decidías las victorias de Jacob;
5 (6) por ti nosotros hundíamos a nuestros adversarios, por tu nombre
pisábamos a nuestros agresores.
6 (7) No estaba en mi arco mi confianza, ni mi espada me hizo
vencedor;
7 (8) que tú nos salvabas de nuestros adversarios, tú cubrías de
vergüenza a nuestros enemigos;
8 (9) en Dios todo el día nos gloriábamos, celebrando tu nombre sin
cesar. = Pausa. =
9 (10) Y con todo, nos has rechazado y confundido, no sales ya con
nuestras tropas,
10 (11) nos haces dar la espalda al adversario, nuestros enemigos
saquean a placer.
11 (12) Como ovejas de matadero nos entregas, y en medio de los
pueblos nos has desperdigado;
12 (13) vendes tu pueblo sin ventaja, y nada sacas de su precio.
13 (14) De nuestros vecinos nos haces la irrisión, burla y escarnio de
nuestros circundantes;
14 (15) mote nos haces entre las naciones, meneo de cabeza entre los
pueblos.
15 (16) Todo el día mi ignominia está ante mí, la vergüenza cubre mi
semblante,
16 (17) bajo los gritos de insulto y de blasfemia, ante la faz del odio y
la venganza.
17 (18) Nos llegó todo esto sin haberte olvidado, sin haber
traicionado tu alianza.
18 (19) ¡No habían vuelto atrás nuestros corazones, ni habían dejado
nuestros pasos tu sendero,
19 (20) para que tú nos aplastaras en morada de chacales, y nos
cubrieras con la sombra de la muerte!
20 (21) Si hubiésemos olvidado el nombre de nuestro Dios o alzado
nuestras manos hacia un dios extranjero,
21 (22) ¿no se habría dado cuenta Dios, él, que del corazón conoce los
secretos?
22 (23) Pero por ti se nos mata cada día, como ovejas de matadero se
nos trata.
23 (24) ¡Despierta ya! ¿Por qué duermes, Señor? ¡Levántate, no
rechaces para siempre!
24 (25) ¿Por qué ocultas tu rostro, olvidas nuestra opresión, nuestra
miseria?
25 (26) Pues nuestra alma está hundida en el polvo, pegado a la tierra
nuestro vientre.
26 (27) ¡Alzate, ven en nuestra ayuda, rescátanos por tu amor!
Salmo 45 (44)
(1) = Del maestro de coro. Según la melodía: «Lirios…» De los hijos
de Coré. Poema. Canto de amor. =
1 (2) Bulle mi corazón de palabras graciosas; voy a recitar mi poema
para un rey: es mi lengua la pluma de un escriba veloz.
2 (3) Eres hermoso, el más hermoso de los hijos de Adán, la gracia
está derramada en tus labios. Por eso Dios te bendijo para siempre.
3 (4) Ciñe tu espada a tu costado, oh bravo, en tu gloria y tu esplendor
4 (5) marcha, cabalga, por la causa de la verdad, de la piedad, de la
justicia. ¡Tensa la cuerda en el arco, que hace terrible tu derecha!
5 (6) Agudas son tus flechas, bajo tus pies están los pueblos, desmaya
el corazón de los enemigos del rey.
6 (7) Tu trono es de Dios para siempre jamás; un cetro de equidad, el
cetro de tu reino;
7 (8) tú amas la justicia y odias la impiedad. Por eso Dios, tu Dios, te
ha ungido con óleo de alegría más que a tus compañeros;
8 (9) mirra y áloe y casia son todos tus vestidos. Desde palacios de
marfil laúdes te recrean.
9 (10) Hijas de reyes hay entre tus preferidas; a tu diestra una reina,
con el oro de Ofir.
10 (11) Escucha, hija, mira y pon atento oído, olvida tu pueblo y la
casa de tu padre,
11 (12) y el rey se prendará de tu belleza. El es tu Señor, ¡póstrate
ante él!
12 (13) La hija de Tiro con presentes, y los más ricos pueblos
recrearán tu semblante.
13 (14) Toda espléndida, la hija del rey, va adentro, con vestidos en
oro recamados;
14 (15) con sus brocados el llevada ante el rey. Vírgenes tras ella,
compañeras suyas, donde él son introducidas;
15 (16) entre alborozo y regocijo avanzan, al entrar en el palacio del
rey.
16 (17) En lugar de tus padres, tendrás hijos; príncipes los harás sobre
toda la tierra.
17 (18) ¡Logre yo hacer tu nombre memorable por todas las
generaciones, y los pueblos te alaben por los siglos de los siglos!
Mateo 24
1 Salió Jesús del Templo y, cuando se iba, se le acercaron sus
discípulos para mostrarle las construcciones del Templo.
2 Pero él les respondió: «¿Veis todo esto? Yo os aseguro no quedará
aquí piedra sobre piedra que no sea derruida.»
3 Estando luego sentado en el monte de los Olivos, se acercaron a él
en privado sus discípulos, y le dijeron: «Dinos cuándo sucederá eso, y cuál
será la señal de tu venida y del fin del mundo.»
4 Jesús les respondió: «Mirad que no os engañe nadie.
5 Porque vendrán muchos usurpando mi nombre y diciendo: “Yo soy
el Cristo”, y engañarán a muchos.
6 Oiréis también hablar de guerras y rumores de guerras. ¡Cuidado, no
os alarméis! Porque eso es necesario que suceda, pero no es todavía el fin.
7 Pues se levantará nación contra nación y reino contra reino, y habrá
en diversos lugares hambre y terremotos.
8 Todo esto será el comienzo de los dolores de alumbramiento.
9 «Entonces os entregarán a la tortura y os matarán, y seréis odiados
de todas las naciones por causa de mi nombre.
10 Muchos se escandalizarán entonces y se traicionarán y odiarán
mutuamente.
11 Surgirán muchos falsos profetas, que engañarán a muchos.
12 Y al crecer cada vez más la iniquidad, la caridad de la mayoría se
enfriará.
13 Pero el que persevere hasta el fin, ése se salvará.
14 «Se proclamará esta Buena Nueva del Reino en el mundo entero,
para dar testimonio a todas las naciones. Y entonces vendrá el fin.
15 «Cuando veáis, pues, = la abominación de la desolación, =
anunciada por el profeta Daniel, erigida en el Lugar Santo (el que lea, que
entienda),
16 entonces, los que estén en Judea, huyan a los montes;
17 el que esté en el terrado, no baje a recoger las cosas de su casa;
18 y el que esté en el campo, no regrese en busca de su manto.
19 ¡Ay de las que estén encinta o criando en aquellos días!
20 Orad para que vuestra huida no suceda en invierno ni en día de
sábado.
21 Porque habrá entonces una gran = tribulación, cual no la hubo =
desde el principio del mundo = hasta el presente = ni volverá a haberla.
22 Y si aquellos días no se abreviasen, no se salvaría nadie; pero en
atención a los elegidos se abreviarán aquellos días.
23 «Entonces, si alguno os dice: “Mirad, el Cristo está aquí o allí =, no
lo creáis.
24 Porque surgirán falsos cristos y falsos profetas, que harán grandes
señales y prodigios, capaces de engañar, si fuera posible, a los mismos
elegidos.
25 ¡Mirad que os lo he predicho!
26 «Así que si os dicen: “Está en el desierto”, no salgáis; “Está en los
aposentos”, no lo creáis.
27 Porque como el relámpago sale por oriente y brilla hasta occidente,
así será la venida del Hijo del hombre.
28 Donde esté el cadáver, allí se juntarán los buitres.
29 «Inmediatamente después de la tribulación de aquellos días, el sol
se oscurecerá, la luna no dará su resplandor, las estrellas caerán del cielo, y
las fuerzas de los cielos serán sacudidas.
30 Entonces aparecerá en el cielo la señal del Hijo del hombre; y
entonces se golpearán el pecho todas las razas de la tierra y verán al Hijo
del hombre venir sobre las nubes del cielo con gran poder y gloria.
31 El enviará a sus ángeles con sonora trompeta, y reunirán de los
cuatro vientos a sus elegidos, desde un extremo de los cielos hasta el otro.
32 «De la higuera aprended esta parábola: cuando ya sus ramas están
tiernas y brotan las hojas, sabéis que el verano está cerca.
33 Así también vosotros, cuando veáis todo esto, sabed que El está
cerca, a las puertas.
34 Yo os aseguro que no pasará esta generación hasta que todo esto
suceda.
35 El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán.
36 Mas de aquel día y hora, nadie sabe nada, ni los ángeles de los
cielos, ni el Hijo, sino sólo el Padre.
37 «Como en los días de Noé, así será la venida del Hijo del hombre.
38 Porque como en los días que precedieron al diluvio, comían,
bebían, tomaban mujer o marido, hasta el día en que entró Noé en el arca,
39 y no se dieron cuenta hasta que vino el diluvio y los arrastró a
todos, así será también la venida del Hijo del hombre.
40 Entonces, estarán dos en el campo: uno es tomado, el otro dejado;
41 dos mujeres moliendo en el molino: una es tomada, la otra dejada.
42 «Velad, pues, porque no sabéis qué día vendrá vuestro Señor.
43 Entendedlo bien: si el dueño de casa supiese a qué hora de la noche
iba a venir el ladrón, estaría en vela y no permitiría que le horadasen su
casa.
44 Por eso, también vosotros estad preparados, porque en el momento
que no penséis, vendrá el Hijo del hombre