Éxodo 22
1 Si el ladrón, sorprendido al perforar la pared, es herido mortalmente,
no habrá venganza de sangre.
2 Mas si esto sucede salido ya el sol, su sangre será vengada. – Debe
restituir; si no tiene con qué, será vendido para restituir por su robo.
3 Si lo robado, sea buey, asno u oveja, fuere hallado vivo en su poder,
restituirá el doble.
4 Si un hombre causa daño en un campo o en una viña, dejando suelto
su ganado de modo que pazca en campo ajeno, restituirá con lo mejor de su
propio campo y lo mejor de su propia viña.
5 Si se declara un fuego, y se incrementa con zarzales de modo que se
abrasen las hacinas, la mies, o el campo, el autor del incendio deberá
resarcir el daño.
6 Cuando un hombre dé a otro dinero o utensilios en depósito para que
se lo guarde, y son robados de la casa de éste, el ladrón, si es hallado,
restituirá el doble.
7 Pero si no es hallado, el dueño de la casa se presentará ante Dios
para declarar que no ha puesto su mano sobre los bienes de su prójimo.
8 En todo caso delictivo, ya se trate de buey, asno, oveja, ropa o de
cualquier cosa desaparecida, de la que uno diga: «Es esto», la causa de
ambos se llevará ante Dios; y aquel a quien Dios declare culpable, restituirá
el doble a su prójimo.
9 Si un hombre entrega a otro un asno, buey, oveja, o cualquier otro
animal para su custodia, y éstos mueren o sufren daño o son robados sin que
nadie lo vea,
10 mediará entre los dos el juramento de Yahveh para atestiguar que
el depositario no ha puesto su mano sobre la hacienda de su prójimo; el
dueño tomará lo que quede y el otro no tendrá que restituir.
11 Pero si el animal le ha sido robado estando él cerca, restituirá a su
dueño.
12 Si el animal ha sido despedazado, que traiga como testimonio los
despojos y no tendrá que restituir.
13 Si un hombre pide a otro que le preste un ganado y éste sufre un
daño o muere, en ausencia de su dueño, tendrá que restituir.
14 Si estaba presente su dueño, nada se restituirá. Si lo había
alquilado, el dueño recibirá el precio del alquiler.
15 Si un hombre seduce a una virgen, no desposada, y se acuesta con
ella, le pagará la dote, y la tomará por mujer.
16 Y si el padre de ella no quiere dársela, el seductor pagará el dinero
de la dote de las vírgenes.
17 A la hechicera no la dejarás con vida.
18 Todo el que peque con bestia, morirá.
19 El que ofrece sacrificios a otros dioses, será entregado al anatema.
20 No maltratarás al forastero, ni le oprimirás, pues forasteros fuisteis
vosotros en el país de Egipto.
21 No vejarás a viuda ni a huérfano.
22 Si le vejas y clama a mí, no dejaré de oír su clamor,
23 se encenderá mi ira y os mataré a espada; vuestras mujeres
quedarán viudas y vuestros hijos huérfanos.
24 Si prestas dinero a uno de mi pueblo, al pobre que habita contigo,
no serás con él un usurero; no le exigiréis interés.
25 Si tomas en prenda el manto de tu prójimo, se lo devolverás al
ponerse el sol,
26 porque con él se abriga; es el vestido de su cuerpo. ¿Sobre qué va a
dormir, si no? Clamará a mí, y yo le oiré, porque soy compasivo.
27 No blasfemarás contra Dios, ni maldecirás al principal de tu
pueblo.
28 No tardarás en ofrecerme de tu abundancia y de tus jugos. Me
darás el primogénito de tus hijos.
29 Lo mismo has de hacer con el de tus vacas y ovejas. Siete días
estará con su madre, y al octavo me lo darás.
30 Hombres santos seréis para mí. No comáis la carne despedazada
por una fiera en el campo; echádsela a los perros.
Éxodo 23
1 No levantes testimonio falso, ni ayudes al malvado dando testimonio
injusto.
2 No sigas a la mayoría para hacer el mal; ni te inclines en un proceso
por la mayoría en contra de la justicia.
3 Tampoco favorecerás al pobre en su pleito.
4 Si encuentras el buey de tu enemigo o su asno extraviado, se lo
llevarás.
5 Si ves caído bajo la carga el asno del que te aborrece, no rehúses tu
ayuda. Acude a ayudarle.
6 No tuerzas el derecho de tu pobre en su pleito.
7 Aléjate de causas mentirosas, no quites la vida al inocente y justo; y
no absuelvas al malvado.
8 No recibas regalos; porque el regalo ciega a los perspicaces y
pervierte las causas justas.
9 No oprimas al forastero; ya sabéis lo que es ser forastero, porque
forasteros fuisteis vosotros en la tierra de Egipto.
10 Seis años sembrarás tu tierra y recogerás su producto;
11 al séptimo la dejarás descansar y en barbecho, para que coman los
pobres de tu pueblo, y lo que quede lo comerán los animales del campo.
Harás lo mismo con tu viña y tu olivar.
12 Seis días harás tus trabajos, y el séptimo descansarás, para que
reposen tu buey y tu asno, y tengan un respiro el hijo de tu sierva y el
forastero.
13 Guardad todo lo que os he dicho. No invocarás el nombre de otros
dioses: ni se oiga en vuestra boca.
14 Tres veces al año me celebrarás fiesta.
15 Guardarás la fiesta de los Ázimos. Durante siete días comerás
ázimos, como te he mandado, en el tiempo señalado, en el mes de Abib;
pues en él saliste de Egipto. Nadie se presentará delante de mí con las
manos vacías.
16 También guardarás la fiesta de la Siega, de las primicias de tus
trabajos, de lo que hayas sembrado en el campo; y la fiesta de la
Recolección al término del año, al recoger del campo los frutos de tu
trabajo.
17 Tres veces al año se presentarán tus varones delante de Yahveh, el
Señor.
18 No ofrecerás la sangre de mi sacrificio con pan fermentado ni
guardarás hasta el día siguiente la grasa de mi fiesta.
19 Llevarás a la Casa de Yahveh, tu Dios, las mejores primicias de tu
suelo. No cocerás el cabrito en la leche de su madre.
20 He aquí que yo voy a enviar un ángel delante de ti, para que te
guarde en el camino y te conduzca al lugar que te tengo preparado.
21 Pórtate bien en su presencia y escucha su voz; no le seas rebelde,
que no perdonará vuestras transgresiones, pues en él está mi Nombre.
22 Si escuchas atentamente su voz y haces todo lo que yo diga, tus
enemigos serán mis enemigos y tus adversarios mis adversarios.
23 Mi ángel caminará delante de ti y te introducirá en el país de los
amorreos, de los hititas, de los perizitas, de los cananeos, de los jivitas y de
los jebuseos; y yo los exterminaré.
24 No te mostrarás ante sus dioses, ni les darás culto, ni imitarás su
conducta; al contrario, los destruirás por completo y romperás sus estelas.
25 Vosotros daréis culto a Yahveh, vuestro Dios, yo bendeciré tu pan
y tu agua. Y apartaré de ti las enfermedades.
26 No habrá en tu tierra mujer que aborte ni que sea estéril; y colmaré
el número de tus días.
27 «Sembraré delante de ti mi terror; llenaré de turbación a todos los
pueblos donde llegues; y haré que todos tus enemigos huyan ante ti.
28 Enviaré avispas delante de ti que ahuyentarán de tu presencia al
jivita, al cananeo y al hitita.
29 No les expulsaré de tu presencia en un solo año, no sea que al
quedar desierta la tierra se multipliquen contra ti las fieras del campo.
30 Les expulsaré de tu vista poco a poco, hasta que tú te multipliques
y te apoderes de la tierra.
31 Y fijaré tus confines desde el mar de Suf hasta el mar de los
filisteos, y desde el desierto hasta el Río, pues entregaré en tus manos a los
habitantes del país para que los arrojes de tu presencia.
32 No hagas pacto con ellos ni con sus dioses.
33 No habitarán en tu tierra, no sea que te hagan pecar contra mí, pues
dando culto a sus dioses caerías en un lazo.»
Éxodo 24
1 Dijo a Moisés: «Sube donde Yahveh, tú, Aarón, Nadab y Abihú, con
setenta de los ancianos de Israel; os postraréis desde lejos.
2 Sólo Moisés se acercará a Yahveh; ellos no se acercarán. Tampoco
el pueblo subirá con ellos.»
3 Vino, pues, Moisés y refirió al pueblo todas las palabras de Yahveh
y todas sus normas. Y todo el pueblo respondió a una voz: «Cumpliremos
todas las palabras que ha dicho Yahveh.»
4 Entonces escribió Moisés todas las palabras de Yahveh; y,
levantándose de mañana, alzó al pie del monte un altar y doce estelas por
las doce tribus de Israel.
5 Luego mandó a algunos jóvenes, de los israelitas, que ofreciesen
holocaustos e inmolaran novillos como sacrificios de comunión para
Yahveh.
6 Tomó Moisés la mitad de la sangre y la echó en vasijas; la otra
mitad la derramó sobre el altar.
7 Tomó después el libro de la Alianza y lo leyó ante el pueblo, que
respondió: «Obedeceremos y haremos todo cuanto ha dicho Yahveh.»
8 Entonces tomó Moisés la sangre, roció con ella al pueblo y dijo:
«Esta es la sangre de la Alianza que Yahveh ha hecho con vosotros, según
todas estas palabras.»
9 Moisés subió con Aarón, Nadab y Abihú y setenta de los ancianos
de Israel,
10 y vieron al Dios de Israel. Bajo sus pies había como un pavimento
de zafiro tan puro como el mismo cielo.
11 No extendió él su mano contra los notables de Israel, que vieron a
Dios, comieron y bebieron.
12 Dijo Yahveh a Moisés: «Sube hasta mí, al monte; quédate allí, y te
daré las tablas de piedra – la ley y los mandamientos – que tengo escritos
para su instrucción.»
13 Se levantó Moisés, con Josué, su ayudante; y subieron al monte de
Dios.
14 Dijo a los ancianos: «Esperadnos aquí que volvamos a vosotros.
Ahí quedan con vosotros Aarón y Jur. El que tenga alguna cuestión que
recurra a ellos.»
15 Y subió Moisés al monte. La nube cubrió el monte.
16 La gloria de Yahveh descansó sobre el monte Sinaí y la nube lo
cubrió por seis días. Al séptimo día, llamó Yahveh a Moisés de en medio de
la nube.
17 La gloria de Yahveh aparecía a la vista de los hijos de Israel como
fuego devorador sobre la cumbre del monte.
18 Moisés entró dentro de la nube y subió al monte. Y permaneció
Moisés en el monte cuarenta días y cuarenta noches.
Éxodo 25
1 Yahveh habló a Moisés diciendo:
2 Di a los israelitas que reserven ofrendas para mí. Me reservaréis la
ofrenda de todo aquel a quien su corazón mueva.
3 De ellos reservaréis lo siguiente: oro, plata y bronce;
4 púrpura violeta y escarlata, carmesí, lino fino y pelo de cabra;
5 pieles de carnero teñidas de rojo, cueros finos y maderas de acacia;
6 aceite para el alumbrado, aromas para el óleo de la unción y para el
incienso aromático;
7 piedras de ónice y piedras de engaste para el efod y el pectoral.
8 Me harás un Santuario para que yo habite en medio de ellos.
9 Lo haréis conforme al modelo de la Morada y al modelo de todo su
mobiliario que yo voy a mostrarte.
10 Harás un arca de madera de acacia de dos codos y medio de largo,
codo y medio de ancho y codo y medio de alto.
11 La revestirás de oro puro; por dentro y por fuera la revestirás; y
además pondrás en su derredor una moldura de oro.
12 Fundirás para ella cuatro anillas de oro, que pondrás en sus cuatro
pies, dos anillas a un costado, y dos anillas al otro.
13 Harás también varales de madera de acacia, que revestirás de oro,
14 y los pasarás por las anillas de los costados del arca, para
transportarla.
15 Los varales deben quedar en las anillas del arca, y no se sacarán de
allí.
16 En el arca pondrás el Testimonio que yo te voy a dar.

17 Harás asimismo uno propiciatorio de oro puro, de dos codos y
medio de largo y codo y medio de ancho.
18 Harás, además, dos querubines de oro macizo; los harás en los dos
extremos del propiciatorio:
19 haz el primer querubín en un extremo y el segundo en el otro. Los
querubines formarán un cuerpo con el propiciatorio, en sus dos extremos.
20 Estarán con las alas extendidas por encima, cubriendo con ellas el
propiciatorio, uno frente al otro, con las caras vueltas hacia el propiciatorio.
21 Pondrás el propiciatorio encima del arca; y pondrás dentro del arca
el Testimonio que yo te daré.
22 Allí me encontraré contigo; desde encima del propiciatorio, de en
medio de los dos querubines colocados sobre el arca del Testimonio, te
comunicaré todo lo que haya de ordenarte para los israelitas.
23 Harás una mesa de madera de acacia, de dos codos de largo, uno de
ancho, y codo y medio de alto.
24 La revestirás de oro puro y le pondrás alrededor una moldura de
oro.
25 Harás también en torno de ella un reborde de una palma de ancho,
con una moldura de oro alrededor del mismo.
26 Le harás cuatro anillas de oro, y pondrás las anillas en los cuatro
ángulos correspondientes a sus cuatro pies.
27 Estarán las anillas junto al reborde, para pasar por ellas los varales
y transportar la mesa.
28 Harás los varales de madera de acacia y los revestirás de oro. Con
ellos se transportará la mesa.
29 Harás también las fuentes, los vasos, los jarros y las tazas para las
libaciones. De oro puro los harás.
30 Y sobre la mesa pondrás perpetuamente delante de mí el pan de la
Presencia.
31 Harás también un candelabro de oro puro. Harás de oro macizo el
candelabro, su pie y su tallo. Sus cálices – corolas y flores – formarán un
cuerpo con él.
32 Saldrán seis brazos de sus lados: tres brazos de un lado y tres del
otro.
33 El primer brazo tendrá tres cálices en forma de flor de almendro,
con corola y flor; también el segundo brazo tendrá tres cálices en forma de
flor de almendro, con corola y flor; y así los seis brazos que salen del
candelabro.
34 En el mismo candelabro habrá cuatro cálices en forma de flor de
almendro, con sus corolas y sus flores:
35 una corola debajo de los dos primeros brazos que forman cuerpo
con el candelabro; una corola, debajo de los dos siguientes, y una corola,
debajo de los dos últimos brazos; así con los seis brazos que salen del
candelabro.
36 Las corolas y los brazos formarán un cuerpo con el candelabro.
Todo ello formará un cuerpo de oro puro macizo.
37 Harás sus siete lámparas que colocarás encima de manera que den
luz al frente.
38 Sus despabiladeras y sus ceniceros serán de oro puro.
39 Se empleará un talento de oro puro para hacer el candelabro con
todos estos utensilios.
40 Fíjate para que lo hagas según los modelos que te han sido
mostrados en el monte.
Éxodo 26
1 Harás la Morada con diez tapices, de lino fino torzal, de púrpura
violeta y escarlata y de carmesí; bordarás en ellos unos querubines.
2 La longitud de cada tapiz será de veintiocho codos y la anchura de
cuatro. Todos los tapices tendrán las mismas medidas.
3 Cinco tapices estarán unidos entre sí y lo mismo los otros cinco.
4 Pondrás lazos de púrpura violeta en el borde del tapiz con que
termina la primera serie, y lo mismo harás en el borde del tapiz con que
termina el segundo conjunto.
5 Pondrás cincuenta lazos en el primer tapiz y otros cincuenta en el
borde del último tapiz del segundo conjunto, correspondiéndose los lazos
unos a otros.
6 Harás cincuenta broches de oro y con los broches enlazarás entre sí
los tapices, para que la Morada forme un espacio único.
7 Tejerás también piezas de pelo de cabra para que a modo de tienda
cubran la Morada. Tejerás once de estas piezas.
8 La longitud de cada pieza será de treinta codos; de cuatro, la
anchura. Las once piezas tendrán las mismas medidas.
9 Juntarás cinco piezas en una parte y seis en la otra y doblarás la
sexta pieza ante la fachada de la Tienda.
10 Harás cincuenta lazos en el borde de la última pieza del primer
conjunto, y cincuenta lazos en el borde de la última pieza del segundo
conjunto.
11 Harás cincuenta broches de bronce e introducirás los broches en los
lazos, uniendo así la Tienda de modo que forme un espacio único.
12 Como las piezas de la Tienda exceden en amplitud, harás extender
la mitad de la pieza excedente por detrás de la Morada.
13 Lo que excede en longitud de las piezas de la Tienda – un codo por
cada lado – se extenderá a ambos lados de la Morada, a un lado y a otro,
para cubrirla.
14 También harás para la Tienda un toldo de pieles de carnero teñidas
de rojo; y encima otro toldo de cueros finos.
15 También harás para la Morada tableros de madera de acacia, y los
pondrás de pie.
16 Cada tablero tendrá diez codos de largo y codo y medio de ancho.
17 Tendrá además dos espigas paralelas. Harás lo mismo para todos
los tableros de la Morada.
18 Pondrás veinte de los tableros en el flanco del Négueb, hacia el sur.
19 Harás cuarenta basas de plata para colocarlas debajo de los veinte
tableros: dos basas debajo de un tablero para sus dos espigas y dos basas
debajo del otro tablero para sus dos espigas.
20 Para el segundo flanco de la Morada, la parte del norte, otros veinte
tableros,
21 con sus cuarenta basas de plata: dos basas debajo de un tablero y
dos basas debajo de otro tablero.
22 Para la parte posterior de la Morada, hacia el occidente, harás seis
tableros;
23 y para los ángulos de la Morada, en su parte posterior, dos más,
24 que estarán unidos, desde abajo hasta arriba, hasta la primera
anilla. Así se hará con los dos tableros destinados a los dos ángulos.
25 Serán, pues, ocho tableros con sus basas de plata; dieciséis basas,
dos debajo del otro tablero.
26 Harás, además, cinco travesaños de madera de acacia para los
tableros de un flanco de la Morada,
27 cinco travesaños para los tableros del otro flanco, y cinco
travesaños para los tableros de la parte posterior de la Morada, hacia el
occidente.
28 El travesaño central pasará a media altura de los tableros, de un
extremo al otro.
29 Revestirás de oro los tableros y les harás anillas de oro, para pasar
los travesaños. También revestirás de oro los travesaños.
30 Erigirás la Morada según la norma que te ha sido mostrada en el
monte.
31 Harás un velo de púrpura violeta y escarlata, de carmesí y lino fino
torzal; bordarás en él unos querubines.
32 Lo colgarás de cuatro postes de acacia, revestidos de oro, provistos
de ganchos de oro y de sus cuatro basas de plata.
33 Colgarás el velo debajo de los broches; y allá, detrás del velo,
llevarás el arca del Testimonio, y el velo os servirá para separar el Santo del
Santo de los Santos.
34 Pondrás el propiciatorio sobre el arca del Testimonio, en el Santo
de los Santos.
35 Fuera del velo colocarás la mesa, y frente a la mesa, en el lado
meridional de la Morada, el candelabro; pondrás la mesa en el lado norte.
36 Harás para la entrada de la Tienda una cortina de púrpura violeta y
escarlata, de carmesí y lino fino torzal, labor de recamador.
37 Para la cortina harás cinco postes de acacia, que revestirás de oro;
sus ganchos serán también de oro, y fundirás para ellos cinco basas de
bronce.
Éxodo 27
1 Harás el altar de madera de acacia de cinco codos de largo y cinco
de ancho; será cuadrado y tendrá tres codos de alto.
2 Harás sobresalir de sus cuatro ángulos unos cuernos, que formarán
un cuerpo con él; lo revestirás de bronce.
3 Le harás ceniceros para la grasa incinerada, badiles y acetres,
tenedores y braseros. Fundirás de bronce todos estos utensilios.
4 Fabricarás para él una rejilla de bronce, en forma de red; y en los
cuatro extremos de la red fijarás cuatro anillas de bronce.
5 La colocarás bajo la cornisa inferior del altar, de modo que llegue
desde abajo hasta la mitad del altar.
6 Harás varales para el altar, varales de madera de acacia, que
revestirás de bronce.
7 Para transportar el altar, se pasarán estos varales por las anillas de
ambos lados del altar.
8 Harás el altar hueco, de paneles; conforme a lo que se te ha
mostrado en el monte, así lo harás.
9 También harás el atrio de la Morada. Del lado del Négueb, hacia el
sur, el atrio tendrá un cortinaje de lino fino torzal, en una longitud de cien
codos a uno de los lados.
10 Sus veinte postes descansarán sobre veinte basas de bronce; sus
ganchos y varillas serán de plata.
11 A lo largo del lado septentrional habrá igualmente un cortinaje en
una longitud de cien codos, con sus veinte postes que descansarán sobre
veinte basas de bronce; los ganchos de los postes y sus varillas serán de
plata.
12 A lo ancho del atrio, por el lado occidental, habrá un cortinaje de
cincuenta codos; sus postes serán diez, y diez igualmente las basas en que
descansarán.
13 La anchura del atrio, al este, al oriente, será de cincuenta codos.
14 Quince codos tendrá el cortinaje de un lado, con sus tres postes y
sus tres basas.
15 Por el otro lado, otro cortinaje de quince codos, con sus tres postes
y sus tres basas.
16 La puerta del atrio tendrá un tapiz de veinte codos, de púrpura
violeta y escarlata, de carmesí y lino fino torzal, labor de recamador. Tendrá
cuatro postes y cuatro basas.
17 Todos los postes que rodean al atrio tendrán varillas de plata; sus
ganchos serán de plata y sus basas de bronce.
18 El atrio tendrá cien codos de largo, cincuenta codos de ancho y
cinco codos de alto; todo de lino fino torzal y con sus basas de bronce.
19 Todos los utensilios de la Morada para toda clase de servicios con
todo su clavazón y toda la clavazón del atrio, serán de bronce.
20 Mandarás a los israelitas que te traigan aceite puro de oliva molida
para el alumbrado, para alimentar continuamente la llama.
21 Aarón y sus hijos lo tendrán dispuesto delante de Yahveh desde la
tarde hasta la mañana en Tienda del Encuentro, fuera del velo que cuelga
delante del Testimonio. Decreto perpetuo será éste para las generaciones de
los israelitas.
Salmo 45 (44)
(1) = Del maestro de coro. Según la melodía: «Lirios…» De los hijos
de Coré. Poema. Canto de amor. =
1 (2) Bulle mi corazón de palabras graciosas; voy a recitar mi poema
para un rey: es mi lengua la pluma de un escriba veloz.
2 (3) Eres hermoso, el más hermoso de los hijos de Adán, la gracia
está derramada en tus labios. Por eso Dios te bendijo para siempre.
3 (4) Ciñe tu espada a tu costado, oh bravo, en tu gloria y tu esplendor
4 (5) marcha, cabalga, por la causa de la verdad, de la piedad, de la
justicia. ¡Tensa la cuerda en el arco, que hace terrible tu derecha!
5 (6) Agudas son tus flechas, bajo tus pies están los pueblos, desmaya
el corazón de los enemigos del rey.
6 (7) Tu trono es de Dios para siempre jamás; un cetro de equidad, el
cetro de tu reino;
7 (8) tú amas la justicia y odias la impiedad. Por eso Dios, tu Dios, te
ha ungido con óleo de alegría más que a tus compañeros;
8 (9) mirra y áloe y casia son todos tus vestidos. Desde palacios de
marfil laúdes te recrean.
9 (10) Hijas de reyes hay entre tus preferidas; a tu diestra una reina,
con el oro de Ofir.
10 (11) Escucha, hija, mira y pon atento oído, olvida tu pueblo y la
casa de tu padre,
11 (12) y el rey se prendará de tu belleza. El es tu Señor, ¡póstrate
ante él!
12 (13) La hija de Tiro con presentes, y los más ricos pueblos
recrearán tu semblante.
13 (14) Toda espléndida, la hija del rey, va adentro, con vestidos en
oro recamados;
14 (15) con sus brocados el llevada ante el rey. Vírgenes tras ella,
compañeras suyas, donde él son introducidas;
15 (16) entre alborozo y regocijo avanzan, al entrar en el palacio del
rey.
16 (17) En lugar de tus padres, tendrás hijos; príncipes los harás sobre
toda la tierra.
17 (18) ¡Logre yo hacer tu nombre memorable por todas las
generaciones, y los pueblos te alaben por los siglos de los siglos!
Salmo 46 (45)

1 (2) Dios es para nosotros refugio y fortaleza, un socorro en la
angustia siempre a punto.
2 (3) Por eso no tememos si se altera la tierra, si los montes se
conmueven en el fondo de los mares,
3 (4) aunque sus aguas bramen y borboten, y los montes retiemblen a
su ímpetu. (¡Con nosotros Yahveh Sebaot, baluarte para nosotros, el Dios
de Jacob!) = Pausa. =
4 (5) ¡Un río! Sus brazos recrean la ciudad de Dios, santificando las
moradas del Altísimo.
5 (6) Dios está en medio de ella, no será conmovida, Dios la socorre
al llegar la mañana.
6 (7) Braman las naciones, se tambalean los reinos, lanza él su voz, la
tierra se derrite.
7 (8) ¡Con nosotros Yahveh Sebaot, baluarte para nosotros, el Dios de
Jacob! = Pausa. =
8 (9) Venid a contemplar los prodigios de Yahveh, el que llena la
tierra de estupores.
9 (10) Hace cesar las guerras hasta el extremo de la tierra; quiebra el
arco, parte en dos la lanza, y prende fuego a los escudos.
10 (11) «¡Basta ya; sabed que yo soy Dios, excelso sobre las
naciones, sobre la tierra excelso!»
11 (12) ¡Con nosotros Yahveh Sebaot, baluarte para nosotros, el Dios
de Jacob! = Pausa. =
Salmo 47 (46)
(1) = Del maestro de coro. De los hijos de Coré. Salmo. =
1 (2) ¡Pueblos todos, batid palmas, aclamad a Dios con gritos de
alegría!
2 (3) Porque Yahveh, el Altísimo, es terrible, Rey grande sobre la
tierra toda.
3 (4) El somete a nuestro yugo los pueblos, y a las gentes bajo
nuestros pies;
4 (5) él nos escoge nuestra herencia, orgullo de Jacob, su amado. =
Pausa. =
5 (6) Sube Dios entre aclamaciones, Yahveh al clangor de la
trompeta:
6 (7) ¡salmodiad para nuestro Dios, salmodiad, salmodiad para nuestro
Rey, salmodiad!
7 (8) Que de toda la tierra él es el rey: ¡salmodiad a Dios con
destreza!
8 (9) Reina Dios sobre las naciones, Dios, sentado en su sagrado
trono.
9 (10) Los príncipes de los pueblos se reúnen con el pueblo del Dios
de Abraham.
10 Pues de Dios son los escudos de la tierra, él, inmensamente
excelso.
Salmo 48 (47)
(1) = Cántico. Salmo. De los hijos de Coré. =
1 (2) Grande es Yahveh, y muy digno de loa en la ciudad de nuestro
Dios; su monte santo,
2 (3) de gallarda esbeltez, es la alegría de toda la tierra; el monte
Sión, confín del Norte, la ciudad del gran Rey:
3 (4) Dios, desde sus palacios, se ha revelado como baluarte.
4 (5) He aquí que los reyes se habían aliado, irrumpían a una;
5 (6) apenas vieron, de golpe estupefactos, aterrados, huyeron en
tropel.
6 (7) Allí un temblor les invadió, espasmos como de mujer en parto,
7 (8) tal el viento del este que destroza los navíos de Tarsis.
8 (9) Como habíamos oído lo hemos visto en la ciudad de Yahveh
Sebaot, en la ciudad de nuestro Dios, que Dios afirmó para siempre. =
Pausa. =
9 (10) Tu amor, oh Dios, evocamos en medio de tu Templo;
10 (11) ¡como tu nombre, oh Dios, tu alabanza hasta los confines de
la tierra! De justicia está llena tu diestra,
11 (12) el monte Sión se regocija, exultan las hijas de Judá a causa de
tus juicios.
12 (13) Dad la vuelta a Sión, girad en torno de ella, enumerad sus
torres;
13 (14) grabad en vuestros corazones sus murallas, recorred sus
palacios; para contar a la edad venidera
14 (15) que así es Dios, nuestro Dios por los siglos de los siglos,
aquel que nos conduce.
Mateo 24
45 «¿Quién es, pues, el siervo fiel y prudente, a quien el señor puso al
frente de su servidumbre para darles la comida a su tiempo?
46 Dichoso aquel siervo a quien su señor, al llegar, encuentre
haciéndolo así.
47 Yo os aseguro que le pondrá al frente de toda su hacienda.
48 Pero si el mal siervo aquel se dice en su corazón: “Mi señor tarda”,
49 y se pone a golpear a sus compañeros y come y bebe con los
borrachos,
50 vendrá el señor de aquel siervo el día que no espera y en el
momento que no sabe,
51 le separará y le señalará su suerte entre los hipócritas; allí será el
llanto y el rechinar de dientes.
Mateo 25
1 «Entonces el Reino de los Cielos será semejante a diez vírgenes,
que, con su lámpara en la mano, salieron al encuentro del novio.
2 Cinco de ellas eran necias, y cinco prudentes.
3 Las necias, en efecto, al tomar sus lámparas, no se proveyeron de
aceite;
4 las prudentes, en cambio, junto con sus lámparas tomaron aceite en
las alcuzas.
5 Como el novio tardara, se adormilaron todas y se durmieron.
6 Mas a media noche se oyó un grito: “¡Ya está aquí el novio! ¡Salid a
su encuentro!”
7 Entonces todas aquellas vírgenes se levantaron y arreglaron sus
lámparas.
8 Y las necias dijeron a las prudentes: “Dadnos de vuestro aceite, que
nuestras lámparas se apagan.”
9 Pero las prudentes replicaron: “No, no sea que no alcance para
nosotras y para vosotras; es mejor que vayáis donde los vendedores y os lo
compréis.”
10 Mientras iban a comprarlo, llegó el novio, y las que estaban
preparadas entraron con él al banquete de boda, y se cerró la puerta.
11 Más tarde llegaron las otras vírgenes diciendo: “¡Señor, señor,
ábrenos!”
12 Pero él respondió: “En verdad os digo que no os conozco.”
13 Velad, pues, porque no sabéis ni el día ni la hora.
14 «Es también como un hombre que, al ausentarse, llamó a sus
siervos y les encomendó su hacienda:
15 a uno dio cinco talentos, a otro dos y a otro uno, a cada cual según
su capacidad; y se ausentó.
16 Enseguida, el que había recibido cinco talentos se puso a negociar
con ellos y ganó otros cinco.
17 Igualmente el que había recibido dos ganó otros dos.
18 En cambio el que había recibido uno se fue, cavó un hoyo en tierra
y escondió el dinero de su señor.
19 Al cabo de mucho tiempo, vuelve el señor de aquellos siervos y
ajusta cuentas con ellos.
20 Llegándose el que había recibido cinco talentos, presentó otros
cinco, diciendo: “Señor, cinco talentos me entregaste; aquí tienes otros
cinco que he ganado.”
21 Su señor le dijo: “¡Bien, siervo bueno y fiel!; en lo poco has sido
fiel, al frente de lo mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor.”
22 Llegándose también el de los dos talentos dijo: “Señor, dos talentos
me entregaste; aquí tienes otros dos que he ganado.”
23 Su señor le dijo: “¡Bien, siervo bueno y fiel!; en lo poco has sido
fiel, al frente de lo mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor.”
24 Llegándose también el que había recibido un talento dijo: “Señor,
sé que eres un hombre duro, que cosechas donde no sembraste y recoges
donde no esparciste.
25 Por eso me dio miedo, y fui y escondí en tierra tu talento. Mira,
aquí tienes lo que es tuyo.”
26 Mas su señor le respondió: “Siervo malo y perezoso, sabías que yo
cosecho donde no sembré y recojo donde no esparcí;
27 debías, pues, haber entregado mi dinero a los banqueros, y así, al
volver yo, habría cobrado lo mío con los intereses.
28 Quitadle, por tanto, su talento y dádselo al que tiene los diez
talentos.
29 Porque a todo el que tiene, se le dará y le sobrará; pero al que no
tiene, aun lo que tiene se le quitará.
30 Y a ese siervo inútil, echadle a las tinieblas de fuera. Allí será el
llanto y el rechinar de dientes.”