# 48

Levítico 15

1 Yahveh habló a Moisés y Aarón diciendo:
2 Hablad a los israelitas y decidles: Cualquier hombre que padece
flujo seminal es impuro a causa del flujo.
3 En esto consiste la impureza causada por su flujo: sea que su cuerpo
deje destilar el flujo, o lo retenga, es impuro.
4 Todo lecho en que duerma el que padece flujo será impuro y todo
asiento en que se siente será impuro.
5 Quien toque su lecho lavará sus vestidos, se bañará en agua y
quedará impuro hasta la tarde.
6 Quien se siente sobre un mueble donde se haya sentado cualquiera
que padece flujo lavará sus vestidos, se bañará en agua y será impuro hasta
la tarde.
7 Quien toque el cuerpo del que padece flujo lavará sus vestidos, se
bañará en agua y será impuro hasta la tarde.
8 Si el que tiene flujo escupe sobre un hombre puro, éste lavará sus
vestidos, se bañará en agua y quedará impuro hasta la tarde.
9 Todo aparejo sobre el cual haya montado el que padece flujo será
inmundo.
10 Quien toque un objeto que haya estado debajo de él quedará
impuro hasta la tarde. Y el que los lleve lavará sus vestidos, se bañará en
agua y será impuro hasta la tarde.
11 Todo aquel a quien toque el que padece flujo sin haberse lavado las
manos con agua lavará sus vestidos, se bañará en agua y quedará impuro
hasta la tarde.
12 Toda vasija de barro tocada por el que padece flujo será rota, y
todo utensilio de madera será lavado con agua.
13 Si el que padece flujo sana de él, se contarán siete días para su
purificación; después lavará sus vestidos, se bañará en agua viva y quedará
puro.
14 Al día octavo tomará dos tórtolas o dos pichones y se presentará
ante Yahveh a la entrada de la Tienda del Encuentro, para entregarlos al
sacerdote.
15 El sacerdote los ofrecerá, uno como sacrificio por el pecado, el otro
como holocausto, y de esta manera el sacerdote hará expiación por él ante
Yahveh, a causa de su flujo.
16 El hombre que tenga derrame seminal lavará con agua todo su
cuerpo y quedará impuro hasta la tarde.17 Toda ropa y todo cuero sobre los cuales se haya derramado el
semen serán lavados con agua y quedarán impuros hasta la tarde.
18 Cuando una mujer se acueste con un hombre, produciéndose
efusión de semen, se bañarán ambos con agua y quedarán impuros hasta la
tarde.
19 La mujer que tiene flujo, el flujo de sangre de su cuerpo,
permanecerá en su impureza por espacio de siete días. Y quien la toque será
impuro hasta la tarde.
20 Todo aquello sobre lo que se acueste durante su impureza quedará
impuro; y todo aquello sobre lo que se siente quedará impuro.
21 Quien toque su lecho lavará los vestidos, se bañará en agua y
permanecerá impuro hasta la tarde.
22 Quien toque un mueble cualquiera sobre el que ella se haya sentado
lavará sus vestidos, se bañará en agua y será impuro hasta la tarde.
23 Quien toque algo que esté puesto sobre el lecho o sobre el mueble
donde ella se sienta quedará impuro hasta la tarde.
24 Si uno se acuesta con ella se contamina de la impureza de sus
reglas y queda impuro siete días; todo lecho en que él se acueste será
impuro.
25 Cuando una mujer tenga flujo de sangre durante muchos días, fuera
del tiempo de sus reglas o cuando sus reglas se prolonguen, quedará impura
mientras dure el flujo de su impureza como en los días del flujo menstrual.
26 Todo lecho en que se acueste mientras dura su flujo será impuro
como el lecho de la menstruación, y cualquier mueble sobre el que se
siente quedará impuro como en la impureza de las reglas.
27 Quien los toque quedará impuro y lavará sus vestidos, se bañará en
agua u quedará impuro hasta la tarde.
28 Una vez que ella sane de su flujo, contará siete días, quedando
después pura.
29 Al octavo día tomará para sí dos tórtolas o dos pichones y los
presentará al sacerdote a la entrada de la Tienda del Encuentro.
30 El sacerdote los ofrecerá uno como sacrificio por el pecado, el otro
como holocausto; y hará expiación por ella ante Yahveh por la impureza de
su flujo.
31 Mantendréis alejados a los israelitas de sus impurezas para que no
mueran a causa de ellas por contaminar mi Morada, la que está en medio de
ellos.
32 Esta es la ley relativa al hombre que padece flujo o que se hace
impuro con efusión de semen,
33 a la indispuesta por el flujo menstrual, a aquel que padece flujo, sea
varón o mujer, y a aquel que se acueste con una mujer en período de
impureza.

Levítico 16

1 Yahveh habló a Moisés después de la muerte de los dos hijos de
Aarón que murieron al acercarse a Yahveh.2 Dijo Yahveh a Moisés: Di a tu hermano Aarón que no entre en
cualquier tiempo en el santuario que está tras el velo, ante el propiciatorio
que está encima del arca, no sea que muera: pues yo me hago ver en la nube
encima del propiciatorio.
3 Sólo en estas condiciones podrá entrar Aarón en el santuario: con un
novillo para el sacrificio por el pecado y un carnero para el holocausto.
4 Se vestirá con la túnica sagrada de lino, se pondrá los calzones de
lino, se ceñirá la faja de lino y se cubrirá con la tiara de lino. Estas son las
vestiduras sagradas que vestirás después de haberse lavado con agua.
5 Recibirá de la comunidad de los israelitas dos machos cabríos para
el holocausto.
6 Después de ofrecer su novillo por el pecado como expiación por sí
mismo y por su casa,
7 tomará Aarón los dos machos cabríos y los presentará ante Yahveh,
a la entrada de la Tienda del Encuentro.
8 Luego echará suertes sobre los dos machos cabríos, una para
Yahveh, y otra para Azazel.
9 Presentará el macho cabrío sobre el cual haya caído la suerte «para
Yahveh» ofreciéndolo como sacrificio por el pecado.
10 El macho cabrío sobre el cual haya caído la suerte «para Azazel»,
lo colocará vivo delante de Yahveh para hacer sobre él la expiación y
echarlo al desierto, para Azazel.
11 Entonces ofrecerá Aarón su novillo por el pecado para hacer
expiación por sí mismo y por su casa, y lo inmolará.
12 Tomará después un incensario lleno de brasas tomadas del altar que
está ante Yahveh y dos puñados de incienso aromático en polvo y,
llevándolo detrás del velo,
13 pondrá el incienso sobre el fuego, delante de Yahveh, para que la
nube del incienso envuelva el propiciatorio que está encima del Testimonio
y él no muera.
14 Tomando luego la sangre del novillo, rociará con su dedo el lado
oriental del propiciatorio, y con su dedo hará siete aspersiones de sangre
delante del propiciatorio.
15 Después inmolará el macho cabrío como sacrificio por el pecado
del pueblo y llevará su sangre detrás del velo, haciendo con su sangre lo que
hizo con la sangre del novillo: rociará el propiciatorio y su parte anterior.
16 Así purificará el santuario de las impurezas de los israelitas y de
sus rebeldías en todos sus pecados. Lo mismo hará con la Tienda del
Encuentro que mora con ellos en medio de sus impurezas.
17 Nadie debe estar en la Tienda del Encuentro cuando Aarón entre a
hacer la expiación dentro del santuario, hasta que salga. Después de haber
hecho expiación por sí mismo, por su casa y por toda la asamblea de Israel,
18 saldrá hacia el altar que se halla ante Yahveh, y hará por él
expiación tomando sangre del novillo y del macho cabrío y untando los
cuernos en torno del altar.19 Hará sobre él con su dedo siete aspersiones de sangre, y así lo
purificará y lo separará de las impurezas de los israelitas.
20 Acabada la expiación del santuario, de la Tienda del Encuentro y
del altar, Aarón presentará el macho cabrío vivo.
21 Imponiendo ambas manos sobre la cabeza del macho cabrío vivo
hará confesión sobre él de todas las iniquidades de los israelitas y de todas
las rebeldías en todos los pecados de ellos y cargándolas sobre la cabeza
del macho cabrío, lo enviará al desierto por medio de un hombre dispuesto
para ello.
22 Así el macho cabrío llevará sobre sí todas las iniquidades de ellos,
hacia una tierra árida; y soltará el macho cabrío en el desierto.
23 Luego entrará Aarón en la Tienda del Encuentro y, despojándose
de las vestiduras de lino con que se había vestido al entrar en el santuario,
las dejará allí;
24 lavará su cuerpo con agua en lugar sagrado y se pondrá sus
vestiduras. Después saldrá y ofrecerá su holocausto y el holocausto del
pueblo, hará la expiación por sí mismo y por el pueblo,
25 y quemará sobre el altar el sebo de la víctima por el pecado.
26 El hombre encargado de soltar el macho cabrío para Azazel lavará
sus vestidos y bañará su cuerpo en agua; después de esto podrá entrar en el
campamento.
27 Del novillo del sacrificio por el pecado y del macho cabrío
inmolado por el pecado, cuya sangre fue introducida en el santuario para
hacer expiación, serán sacados fuera del campamento y quemados con
fuego sus pieles, su carne y sus excrementos.
28 El que los queme lavará sus vestidos y se bañará en agua; después
de esto podrá entrar en el campamento.
29 Será éste para vosotros un decreto perpetuo: En el mes séptimo, el
día décimo del mes, ayunaréis, y no haréis trabajo alguno, ni el nativo ni el
forastero que reside en medio de vosotros.
30 Porque en ese día se hará expiación por vosotros para purificaros.
De todos vuestros pecados quedaréis limpios delante de Yahveh.
31 Será para vosotros día de descanso completo, en el que habéis de
ayunar: decreto perpetuo.
32 Hará la expiación el sacerdote ungido y de manos consagradas para
ejercer el sacerdocio como sucesor de su padre: él se vestirá las vestiduras
de lino, las vestiduras sagradas,
33 y hará la expiación del santuario sagrado, de la Tienda del
Encuentro y del altar. El hará también la expiación por los sacerdotes y por
todo el pueblo de la asamblea.
34 Tendréis esto como decreto perpetuo: hacer la expiación por los
israelitas, por todos sus pecados, una vez al año. Y se hizo como Yahveh
había mandado a Moisés.

Levítico 17

1 Yahveh habló a Moisés, diciendo:2 Habla a Aarón y a sus hijos, y a todos los israelitas, y diles: Esta es
la orden que ha dado Yahveh:
3 Cualquier hombre de la casa de Israel que inmole buey, oveja o
cabra dentro del campamento, o fuera del mismo,
4 sin llevarlos a la entrada de la Tienda del Encuentro, para
presentarlos como ofrenda a Yahveh ante la Morada de Yahveh, será
considerado reo de sangre. Tal hombre ha derramado sangre y será
exterminado de en medio de su pueblo.
5 Por eso los israelitas presentarán al sacerdote, para Yahveh, a la
entrada de la Tienda del Encuentro, aquellas víctimas que suelen inmolar en
el campo, para que se ofrezcan como sacrificios de comunión.
6 El sacerdote derramará la sangre sobre el altar de Yahveh, a la
entrada de la Tienda del Encuentro, y quemará las grasas como calmante
aroma para Yahveh.
7 De este modo ellos ya no seguirán sacrificando sus sacrificios a los
sátiros tras los cuales estaban prostituyéndose. Decreto perpetuo será éste
para ellos de generación en generación.
8 Diles: Cualquier hombre de la casa de Israel, o de los forasteros que
residen en medio de ellos, que ofrezca holocausto o sacrificio,
9 y no lo traiga a la entrada de la Tienda del Encuentro para
sacrificarlo en honor de Yahveh, ese será exterminado de entre su parentela.
10 Si un hombre cualquiera de la casa de Israel, o de los forasteros que
residen en medio de ellos, come cualquier clase de sangre, yo volveré mi
rostro contra el que coma sangre y los exterminaré de en medio de su
pueblo.
11 Porque la vida de la carne está en la sangre, y yo os la doy para
hacer expiación en el altar por vuestras vidas, pues la expiación por la vida,
con la sangre se hace.
12 Por eso tengo dicho a los israelitas: «Ninguno de vosotros comerá
sangre; ni tampoco coma sangre el forastero que reside en medio de
vosotros.»
13 Cualquier hombre de la casa de Israel, o de los forasteros que
residen en medio de ellos, que cace un animal o un ave que es lícito comer,
derramará su sangre y la cubrirá con tierra.
14 Porque la vida de toda carne es su sangre. Por eso mando a los
israelitas: «No comeréis la sangre de ninguna carne, pues la vida de toda
carne es su sangre. Quien la coma, será exterminado.»
15 Todo nativo o forastero que coma carne de bestia muerta o
destrozada lavará sus vestidos, se bañará en agua y quedará impuro hasta la
tarde; después será puro.
16 Si no los lava ni baña su cuerpo, cargará con su iniquidad.


Levítico 18


1 Habló Yahveh a Moisés, diciendo:
2 Habla a los israelitas, y diles: Yo soy Yahveh vuestro Dios.3 No hagáis como se hace en la tierra de Egipto, donde habéis
habitado, ni hagáis como se hace en la tierra de Canaán a donde os llevo; no
debéis seguir sus costumbres.
4 Cumplid mis normas y guardad mis preceptos, caminando según
ellos. Yo soy Yahveh, vuestro Dios.
5 Guardad mis preceptos y mis normas. El hombre que los cumpla,
por ellos vivirá. Yo, Yahveh.
6 Ninguno de vosotros se acerque a una consanguínea suya para
descubrir su desnudez. Yo, Yahveh.
7 No descubrirás la desnudez de tu padre ni la desnudez de tu madre.
Es tu madre; no descubrirás su desnudez.
8 No descubrirás la desnudez de la mujer de tu padre; es la misma
desnudez de tu padre.
9 No descubrirás la desnudez de tu hermana, hija de tu padre o hija de
tu madre, nacida en casa o fuera de ella.
10 No descubrirás la desnudez de la hija de tu hijo o de la hija de tu
hija, pues es tu propia desnudez.
11 No descubrirás la desnudez de la hija de la mujer de tu padre,
engendrada de tu padre, que es tu hermana.
12 No descubrirás la desnudez de la hermana de tu padre; es carne de
tu padre.
13 No descubrirás la desnudez de la hermana de tu madre; es carne de
tu madre.
14 No descubrirás la desnudez del hermano de tu padre; no te
acercarás a su mujer; es la mujer de tu tío.
15 No descubrirás la desnudez de tu nuera, es la mujer de tu hijo; no
descubrirás su desnudez.
16 No descubrirás la desnudez de la mujer de tu hermano; es la
desnudez de tu hermano.
17 No descubrirás la desnudez de una mujer y la de su hija, ni tomarás
la hija de su hijo ni la hija de su hija para descubrir su desnudez; son tu
propia carne; sería un incesto.
18 No tomarás a una mujer juntamente con su hermana, haciéndola
rival de ella y descubriendo su desnudez mientras viva la primera.
19 Tampoco te acercarás a una mujer durante la impureza menstrual,
para descubrir su desnudez.
20 No te juntes carnalmente con la mujer de tu prójimo,
contaminándote con ella.
21 No darás ningún hijo tuyo para hacerlo pasar ante Mólek; no
profanarás así el nombre de tu Dios. Yo, Yahveh.
22 No te acostarás con varón como con mujer; es abominación.
23 No te unirás con bestia haciéndote impuro por ella. La mujer no se
pondrá ante una bestia para unirse con ella; es una infamia.
24 No os hagáis impuros con ninguna de estas acciones, pues con ellas
se han hecho impuras las naciones que yo voy a arrojar ante vosotros.25 Se ha hecho impuro el país; por eso he castigado su iniquidad, y el
país ha vomitado a sus habitantes.
26 Vosotros, pues, guardad mis preceptos y mis normas, y nos
cometáis ninguna de estas abominaciones, ni los de vuestro pueblo ni los
forasteros que residen entre vosotros.
27 Porque todas estas abominaciones han cometido los hombres que
habitaron el país antes que vosotros, y por eso el país se ha llenado de
impurezas.
28 Y no os vomitará la tierra por vuestras impurezas, del mismo modo
que vomitó a las naciones anteriores a vosotros;
29 sino que todos los que cometan una de estas abominaciones, ésos
serán exterminados de en medio de su pueblo.
30 Guardad, pues, mis observancias; no practicaréis ninguna de las
costumbres abominables que se practicaban antes de vosotros, ni os hagáis
impuros con ellas. Yo, Yahveh, vuestro Dios.

Salmo 63 (62)

(1) = Salmo. De David. Cuando estaba en el desierto de Judá. =
1 (2) Dios, tú mi Dios, yo te busco, sed de ti tiene mi alma, en pos de
ti languidece mi carne, cual tierra seca, agotada, sin agua.
2 (3) Como cuando en el santuario te veía, al contemplar tu poder y tu
gloria,
3 (4) – pues tu amor es mejor que la vida, mis labios te glorificaban -,
4 (5) así quiero en mi vida bendecirte, levantar mis manos en tu
nombre;
5 (6) como de grasa y médula se empapará mi alma, y alabará mi boca
con labios jubilosos.
6 (7) Cuando pienso en ti sobre mi lecho, en ti medito en mis vigilias,
7 (8) porque tú eres mi socorro, y yo exulto a la sombra de tus alas;
8 (9) mi alma se aprieta contra ti, tu diestra me sostiene.
9 (10) Mas los que tratan de perder mi alma, ¡caigan en las honduras
de la tierra!
10 (11) ¡Sean pasados al filo de la espada, sirvan de presa a los
chacales!
11 (12) Y el rey en Dios se gozará, el que jura por él se gloriará,
cuando sea cerrada la boca de los mentirosos.

Salmo 64 (63)

(1) = Del maestro de coro. Salmo. De David. =
1 (2) Escucha, oh Dios, la voz de mi gemido, del terror del enemigo
guarda mi vida;
2 (3) ocúltame a la pandilla de malvados, a la turba de los agentes de
mal.
3 (4) Los que afilan su lengua como espada, su flecha apuntan,
palabra envenenada,
4 (5) para tirar a escondidas contra el íntegro, le tiran de improviso y
nada temen. 5 (6) Se envalentonan en su acción malvada, calculan para tender
lazos ocultos, dicen: «¿Quién lo observará
6 (7) y escrutará nuestros secretos?» El los escruta, aquel que escruta
lo íntimo del hombre, el corazón profundo.
7 (8) Una saeta ha tirado Dios, repentinas han sido sus heridas;
8 (9) les ha hecho caer por causa de su lengua, menean la cabeza
todos los que los ven.
9 (10) Todo hombre temerá. anunciará la obra de Dios y su acción
comprenderá.
10 (11) El justo se alegrará en Yahveh, en él tendrá cobijo; y se
gloriarán todos los de recto corazón.

Hechos 4

23 Una vez libres, vinieron a los suyos y les contaron todo lo que les
habían dicho los sumos sacerdotes y ancianos.
24 Al oírlo, todos a una elevaron su voz a Dios y dijeron: «Señor, tú
que hiciste el cielo y la tierra, el mar y todo lo que hay en ellos,
25 tú que has dicho por el Espíritu Santo, por boca de nuestro padre
David, tu siervo: = ¿A qué esta agitación de las naciones, estos vanos
proyectos de los pueblos? =
26 = Se han presentado los reyes de la tierra y los magistrados se han
aliado contra el Señor y contra su Ungido. =
27 «Porque verdaderamente en esta ciudad se = han aliado = Herodes
y Poncio Pilato con las naciones y los pueblos de Israel contra tu santo
siervo Jesús, a quien has = ungido =,
28 para realizar lo que en tu poder y en tu sabiduría habías
predeterminado que sucediera.
29 Y ahora, Señor, ten en cuenta sus amenazas y concede a tus siervos
que puedan predicar tu Palabra con toda valentía,
30 extendiendo tu mano para realizar curaciones, señales y prodigios
por el nombre de tu santo siervo Jesús.»
31 Acabada su oración, retembló el lugar donde estaban reunidos, y
todos quedaron llenos del Espíritu Santo y predicaban la Palabra de Dios
con valentía.
32 La multitud de los creyentes no tenía sino un solo corazón y una
sola alma. Nadie llamaba suyos a sus bienes, sino que todo era en común
entre ellos.
33 Los apóstoles daban testimonio con gran poder de la resurrección
del Señor Jesús. Y gozaban todos de gran simpatía.
34 No había entre ellos ningún necesitado, porque todos los que
poseían campos o casas los vendían, traían el importe de la venta,
35 y lo ponían a los pies de los apóstoles, y se repartía a cada uno
según su necesidad.
36 José, llamado por los apóstoles Bernabé (que significa: «hijo de la
exhortación»), levita y originario de Chipre,
37 tenía un campo; lo vendió, trajo el dinero y lo puso a los pies de los
apóstoles.

Hechos 5

1 Un hombre llamado Ananías, de acuerdo con su mujer Safira,
vendió una propiedad,
2 y se quedó con una parte del precio, sabiéndolo también su mujer; la
otra parte la trajo y la puso a los pies de los apóstoles.
3 Pedro le dijo: «Ananías, ¿cómo es que Satanás llenó tu corazón para
mentir al Espíritu Santo, y quedarte con parte del precio del campo?
4 ¿Es que mientras lo tenías no era tuyo, y una vez vendido no podías
disponer del precio? ¿Por qué determinaste en tu corazón hacer esto? Nos
has mentido a los hombres, sino a Dios.»
5 Al oír Ananías estas palabras, cayó y expiró. Y un gran temor se
apoderó de cuantos lo oyeron.
6 Se levantaron los jóvenes, le amortajaron y le llevaron a enterrar.
7 Unas tres horas más tarde entró su mujer que ignoraba lo que había
pasado.
8 Pedro le preguntó: «Dime, ¿habéis vendido en tanto el campo?» Ella
respondió: «Sí, en eso.»
9 Y Pedro le replicó: «¿Cómo os habéis puesto de acuerdo para poner
a prueba al Espíritu del Señor? Mira, aquí a la puerta están los pies de los
que han enterrado a tu marido; ellos te llevarán a ti.»
10 Al instante ella cayó a sus pies y expiró. Entrando los jóvenes, la
hallaron muerta, y la llevaron a enterrar junto a su marido.
11 Un gran temor se apoderó de toda la Iglesia y de todos cuantos
oyeron esto.
12 Por mano de los apóstoles se realizaban muchas señales y
prodigios en el pueblo… Y solían estar todos con un mismo espíritu en el
pórtico de Salomón,
13 pero nadie de los otros se atrevía a juntarse a ellos, aunque el
pueblo hablaba de ellos con elogio.
14 Los creyentes cada vez en mayor número se adherían al Señor, una
multitud de hombres y mujeres.
15 … hasta tal punto que incluso sacaban los enfermos a las plazas y
los colocaban en lechos y camillas, para que, al pasar Pedro, siquiera su
sombra cubriese a alguno de ellos.
16 También acudía la multitud de las ciudades vecinas a Jerusalén
trayendo enfermos y atormentados por espíritus inmundos; y todos eran
curados.

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