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Levítico 26


1 No os hagáis ídolos, ni pongáis imágenes o estelas, ni coloquéis en
vuestra tierra piedras grabadas para postraros ante ellas, porque yo soy
Yahveh vuestro Dios.
2 Guardaréis mis sábados, y respetaréis mi santuario. Yo, Yahveh.
3 Si camináis según mis preceptos y guardáis mis mandamientos,
poniéndolos en práctica,
4 os enviaré las lluvias a su tiempo, para que la tierra dé sus frutos y el
árbol del campo su fruto.
5 El tiempo de trilla alcanzará hasta la vendimia, y la vendimia hasta
la siembra; comeréis vuestro pan hasta saciaros y habitaréis seguros en
vuestra tierra.
6 Yo daré paz a la tierra y dormiréis sin que nadie os turbe; haré
desaparecer del país las bestias feroces, y la espada no pasará por vuestra
tierra.
7 Perseguiréis a vuestros enemigos; que caerán ante vosotros a filo de
espada.8 Cinco de vosotros perseguiréis a cien, y cien de vosotros
perseguiréis a 10.000; vuestros enemigos ante vosotros caerán a filo de
espada.
9 Yo me volveré hacia vosotros. Yo os haré fecundos, os multiplicaré
y mantendré mi alianza con vosotros.
10 Comeréis de cosecha añeja y llegaréis a echar la añeja para dar
cabida a la nueva.
11 Estableceré mi morada en medio de vosotros y no os rechazaré.
12 Me pasearé en medio de vosotros, y seré para vosotros Dios, y
vosotros seréis para mí un pueblo.
13 Yo soy Yahveh, vuestro Dios, que os saqué del país de Egipto, para
que no fueseis sus esclavos; rompí las coyundas de vuestro yugo y os hice
andar con la cabeza erguida.
14 Pero si no me escucháis y no cumplís todos estos mandamientos;
15 si despreciáis mis preceptos y rechazáis mis normas, no haciendo
caso de todos mis mandamientos y rompiendo mi alianza,
16 también yo haré lo mismo con vosotros. Traeré sobre vosotros el
terror, la tisis y la fiebre, que os abrasen los ojos y os consuman el alma.
Sembraréis en vano vuestra semilla, pues se la comerán vuestros enemigos.
17 Me volveré contra vosotros y seréis derrotados ante vuestros
enemigos; os tiranizarán los que os aborrecen y huiréis sin que nadie os
persiga.
18 Si ni aun con esto me obedecéis, volveré a castigaros siete veces
más por vuestros pecados.
19 Quebrantaré vuestra orgullosa fuerza y haré vuestro cielo como
hierro y vuestra tierra como bronce.
20 Vuestras fuerzas se consumirán en vano, pues vuestra tierra no dará
sus productos ni el árbol del campo sus frutos.
21 Y si seguís enfrentándoos conmigo y no queréis oírme, volveré a
castigaros siete veces más a causa de vuestros pecados.
22 Soltaré contra vosotros las fieras salvajes, que os privarán de
vuestros hijos, exterminarán vuestro ganado y os reducirán a unos pocos, de
modo que vuestros caminos queden desiertos.
23 Si aun con esto no os corregís ante mí, sino que seguís
enfrentándoos conmigo,
24 también yo me enfrentaré con vosotros, y os azotaré yo mismo
siete veces más por vuestros pecados.
25 Traeré sobre vosotros la espada vengadora de la alianza. Os
reuniréis entonces en vuestras ciudades, pero yo enviaré la peste en medio
de vosotros y seréis entregados en manos del enemigo.
26 Cuando yo os retire el bastón del pan diez mujeres cocerán todo
vuestro pan en un solo horno, y os lo darán tan medido que comeréis y no
os saciaréis.
27 Si con esto no me obedecéis y seguís enfrentándoos conmigo,
28 yo me enfrentaré a vosotros con ira, y os castigaré yo mismo siete
veces más por vuestros pecados.29 Comeréis la carne de vuestros hijos y la carne de vuestras hijas
comeréis.
30 Destruiré vuestros altos, abatiré vuestros altares de incienso,
amontonaré vuestros cadáveres sobre los cadáveres de vuestros ídolos, y yo
mismo os aborreceré.
31 Reduciré vuestras ciudades a ruina y devastaré vuestros santuarios,
no aspiraré ya más vuestros calmantes aromas.
32 Yo asolaré la tierra, y de ello quedarán atónitos vuestros mismos
enemigos al venir a ocuparla.
33 A vosotros os esparciré entre las naciones, y desenvainaré la
espada en pos de vosotros. Vuestra tierra será un yermo y vuestras ciudades
una ruina.
34 Entonces pagará la tierra sus sábados, durante todos los días que
esté desolada mientras vosotros estéis en el país de vuestros enemigos;
entonces sí que descansará la tierra y pagará sus sábados.
35 Durante todo el tiempo de la desolación descansará, por lo que no
pudo descansar en vuestros sábados cuando habitabais en ella.
36 A los que quedaren de vosotros, les infundiré pánico en sus
corazones, en el país de sus enemigos; el ruido de una hoja caída los
ahuyentará, huirán como quien huye de la espada, y caerán sin que nadie los
persiga.
37 Se atropellarán unos a otros, como delante de la espada, aunque
nadie los persiga. No podréis teneros en pie en presencia de vuestros
enemigos.
38 Pereceréis entre las naciones, y os devorará el país de vuestros
enemigos.
39 Y quienes de vosotros sobrevivan, se pudrirán a causa de su
iniquidad en los países de vuestros enemigos; por las iniquidades de sus
padres unidas a las suyas, se pudrirán.
40 Entonces confesarán su iniquidad y la iniquidad de sus padres, en
la rebeldía con que se rebelaron contra mí; y aun más, porque se
enfrentaron conmigo.
41 También yo me enfrentaré con ellos y los llevaré al país de sus
enemigos. Entonces se humillará su corazón incircunciso y aceptarán el
castigo de su iniquidad.
42 Y yo me acordaré de mi alianza con Jacob, y de mi alianza con
Isaac; y recordaré mi alianza con Abraham; y recordaré la tierra.
43 Pero la tierra será antes abandonada por ellos y pagará sus sábados,
mientras quede desolada con su ausencia; pero ellos también pagarán el
castigo de su iniquidad, por cuanto desecharon mis normas y su alma
aborreció mis preceptos.
44 A pesar de todo, cuando estén ellos en tierra enemiga, no los
desecharé ni los aborreceré hasta su total exterminio, anulando mi alianza
con ellos, porque yo soy Yahveh, su Dios;45 me acordaré, en su favor, de la alianza hecha con sus antepasados,
a quienes saqué de la tierra de Egipto, ante los ojos de las naciones, para ser
su Dios, yo Yahveh.
46 Estos son los preceptos, normas y leyes que Yahveh estableció
entre él y los israelitas en el monte Sinaí, por medio de Moisés.

Levítico 27

1 Habló Yahveh a Moisés, diciendo;
2 Habla a los israelitas y diles: Si alguien quiere cumplir ante Yahveh
un voto relativo al valor de tasación de una persona,
3 si se trata de un varón de veinte a sesenta años, el valor se estimará
en cincuenta siclos de plata, en siclos del santuario.
4 Mas si se trata de una mujer, el valor será de treinta siclos.
5 De los cinco a los veinte años el valor será: para varón, veinte siclos;
para mujer, diez siclos.
6 De un mes hasta la edad de cinco años, el valor será: para niño,
cinco siclos de plata; para niña, tres siclos de plata.
7 De sesenta años en adelante el valor será: para varón, quince siclos;
para mujer, diez siclos.
8 Si uno es tan pobre que no puede pagar esta valoración, presentará la
persona al sacerdote, el cual estimará su valor; el sacerdote la valuará en
proporción a los recursos del oferente.
9 Si se trata de un animal que se puede ofrecer a Yahveh como
ofrenda, todo lo que se entregue así a Yahveh será cosa sagrada.
10 No se cambiará ni se sustituirá bueno por malo, ni malo por bueno;
y si se sustituye un animal por otro, tanto el permutado como su sustituto
serán cosa sagrada.
11 Mas si se trata de un animal impuro, de los que no se pueden
ofrecer como ofrenda a Yahveh, se presentará el animal al sacerdote,
12 el cual lo tasará según sea bueno o malo; y se estará a su tasación.
13 Si uno quiere rescatarlo, añadirá un quinto más a su valuación.
14 Si alguno consagra su casa, como cosa sagrada, a Yahveh, el
sacerdote la tasará, según sea buena o mala. Conforme a la tasación del
sacerdote, así se fijará.
15 Si el que consagró la casa desea rescatarla, añadirá la quinta parte
al precio de su tasación, y será suya.
16 Si uno consagra parte del campo de su propiedad a Yahveh, será
estimado según su sembradura, a razón de cincuenta siclos de plata por cada
carga de cebada de sembradura.
17 Si él consagró su campo durante el año del jubileo se atenderá a
esta tasación.
18 Pero si consagra su campo después del jubileo, el sacerdote
calculará su precio a razón de los años que quedan hasta el año del jubileo;
y lo descontará de la tasación.
19 Si el que consagró el campo desea rescatarlo, añadirá la quinta
parte al precio de la tasación, y será suyo.20 Pero si nos rescata el campo, y éste se vende o otro, el campo no
podrá ser rescatado en adelante.
21 Ese campo, cuando quede libre en el jubileo, será consagrada a
Yahveh como campo de anatema y será propiedad del sacerdote.
22 Si alguno consagra a Yahveh un campo que compró y que no
forma parte de su propiedad,
23 el sacerdote calculará el importe de su valor hasta el año del
jubileo; y él pagará ese mismo día la suma de la tasación como cosa sagrada
de Yahveh.
24 El año del jubileo volverá el campo al vendedor, al que pertenece
como propiedad de la tierra.
25 Toda tasación se hará en siclos del santuario; veinte óbolos
equivalen a un siclo.
26 Nadie, sin embargo, podrá consagrar los primogénitos de su
ganado que ya, por ser tales, pertenecen a Yahveh. Sean del ganado mayor
o del menor, pertenecen a Yahveh.
27 Si se trata de un animal impuro, y lo quiere rescatar según la
tasación, añadirá la quinta parte al precio; pero si no es rescatado, será
vendido, conforme a la tasación.
28 Nada de lo que a uno pertenece – hombre, animal o campo de su
propiedad – que haya sido consagrado a Yahveh con anatema podrá
venderse ni rescatarse. Todo anatema es cosa sacratísima para Yahveh.
29 Ningún ser humano consagrado como anatema podrá ser rescatado;
deberá morir.
30 El diezmo entero de la tierra, tanto de las semillas de la tierra como
de los frutos de los árboles, es de Yahveh; es cosa sagrada de Yahveh.
31 Si alguno quiere rescatar parte de su diezmo, añadirá la quinta parte
de su valor.
32 Todo diezmo de ganado mayor o menor, es decir, cada décima
cabeza que pasa bajo el cayado, será cosa sagrada de Yahveh.
33 No se escogerá entre animal bueno o malo, ni se le puede sustituir;
y si se hace cambio, tanto el animal permutado como su sustituto serán
cosas sagradas; no podrán ser rescatados.
34 Estos son los mandamientos que Yahveh encomendó a Moisés para
los hijos de Israel en el monte Sinaí.

NÚMEROS
Números 1

1 Yahveh habló a Moisés en el desierto del Sinaí, en la Tienda del
Encuentro, el día primero del mes segundo, el año segundo de la salida de
Egipto. Les dijo:
2 «Haced el censo de toda la comunidad de los israelitas, por clanes y
por familias, contando los nombres de todos los varones, uno por uno.
3 Alistaréis, tú y Aarón, a todos los de veinte años para arriba, a todos
los útiles para la guerra, por cuerpos de ejército.4 Os ayudará un hombre por cada tribu, que sea jefe de su familia.
5 Estos son los nombres de los que os ayudarán: Por Rubén, Elisur,
hijo de Sedeur.
6 Por Simeón, Selumiel, hijo de Surisadday.
7 Por Judá, Najsón, hijo de Aminadab.
8 Por Isacar, Natanael, hijo de Suar.
9 Por Zabulón, Eliab, hijo de Jelón.
10 Por los hijos de José: por Efraím, Elisamá, hijo de Ammihud; por
Manasés, Gamaliel, hijo de Pedahsur.
11 Por Benjamín, Abidán, hijo de Guideoní.
12 Por Dan, Ajiézer, hijo de Ammisadday.
13 Por Aser, Paguiel, hijo de Okrán.
14 Por Gad, Elyasaf, hijo de Reuel.
15 Por Neftalí, Ajirá, hijo de Enán».
16 Eran éstos afamados en la comunidad, principales de las tribus de
sus antepasados, jefes de millar de Israel.
17 Moisés y Aarón tomaron a aquellos hombres que habían sido
designados por sus nombres,
18 y convocaron a toda la comunidad, el día primero del mes segundo.
Fueron afiliados por clanes y familias, anotando uno por uno los nombres
de los de veinte años para arriba.
19 Tal como Yahveh se lo había mandado, les pasó revista Moisés en
el desierto del Sinaí.
20 Hecho el recuento de las parentelas de los hijos de Rubén,
primogénito de Israel, por clanes y familias, anotados uno por uno los
nombres de todos los varones de veinte años para arriba, útiles para la
guerra,
21 resultaron los revistados de la tribu de Rubén, 46.500
22 Parentelas de los hijos de Simeón, por clanes y familias, anotados
uno por uno los nombres de todos los varones de veinte años para arriba,
útiles para la guerra:
23 59.300 revistados de la tribu de Simeón.
24 Parentelas de los hijos de Gad, por clanes y familias, anotados uno
por uno los nombres de todos los varones de veinte años para arriba, útiles
para la guerra:
25 45.650 revistados de la tribu de Gad.
26 Parentelas de los hijos de Judá, por clanes y familias, anotados uno
por uno los nombres de todos los varones de veinte años para arriba, útiles
para la guerra:
27 74.600 revistados de la tribu de Judá.
28 Parentelas de los hijos de Isacar, por clanes y familias, anotados
uno por uno los nombres de todos los varones de veinte años para arriba,
útiles para la guerra:
29 54.400 revistados de la tribu de Isacar.30 Parentelas de los hijos de Zabulón por clanes y familias, anotados
uno por uno los nombres de todos los varones de veinte años para arriba,
útiles para la guerra:
31 57.400 revistados de la tribu de Zabulón.
32 De los hijos de José: Parentelas de los hijos de Efraím, por clanes y
familias, anotados uno por uno los nombres de todos los varones de veinte
años para arriba, útiles para la guerra:
33 40.500 revistados de la tribu de Efraím.
34 Parentelas de los hijos de Manasés por clanes y familias, anotados
uno por uno los nombres de todos los varones de veinte años para arriba,
útiles para la guerra:
35 32.200 revistados de la tribu de Manasés.
36 Parentelas de los hijos de Benjamín, por clanes y familias,
anotados uno por uno los nombres de todos los varones de veinte años para
arriba, útiles para la guerra:
37 35.400 revistados de la tribu de Benjamín.
38 Parentelas de los hijos de Dan, por clanes y familias, anotados uno
por uno los nombres de todos los varones de veinte años para arriba, útiles
para la guerra:
39 62.700 revistados de la tribu de Dan.
40 Parentelas de los hijos de Aser, por clanes y familias, anotados uno
por uno los nombres de todos los varones de veinte años para arriba, útiles
para la guerra:
41 41.500 revistados de la tribu de Aser.
42 Parentelas de los hijos de Neftalí, por clanes y familias, anotados
uno por uno los nombres de todos los varones de veinte años para arriba,
útiles para la guerra:
43 53.400 revistados de la tribu de Neftalí.
44 Estos fueron los revistados por Moisés y Aarón y por los doce
principales de Israel, que pertenecían cada uno a una casa paterna.
45 Sacado el total de los israelitas de veinte años para arriba, de todos
los que había en Israel, útiles para la guerra, revistados por sus casas
paternas,
46 resultó el total de revistados: 603.550.
47 Pero los levitas, y su tribu paterna, no fueron revistados con ellos.
48 Yahveh habló a Moisés y le dijo:
49 «No pases revista a la tribu de Leví ni hagas su padrón entre los
demás israelitas.
50 Alista tú mismo a los levitas para el servicio de la Morada del
Testimonio, de todos sus utensilios y de todo lo que se relaciona con ella.
Ellos han de llevar la Morada con todos sus utensilios, estarán al servicio de
ella y acamparán en torno a ella.
51 Cuando haya de trasladarse la Morada, la desmontarán los levitas,
y cuando la Morada se detenga, los levitas la montarán. El laico que se
acerque, será muerto.52 Los israelitas acamparán cada uno en su campamento y bajo su
bandera, por cuerpos de ejército.
53 Pero los levitas acamparán alrededor de la Morada del Testimonio;
y así no se desatará la Cólera contra la comunidad de los israelitas. Los
levitas se encargarán del ministerio de la Morada del Testimonio.»
54 Los israelitas lo hicieron tal como se lo había mandado Yahveh a
Moisés. Así lo hicieron.

Números 2

1 Habló Yahveh a Moisés y Aarón y les dijo:
2 «Los israelitas acamparán cada uno bajo su bandera, bajo las
enseñas de sus casas paternas, alrededor de la Tienda del Encuentro, a
cierta distancia.
3 Acamparán al este, hacia la salida del sol: La bandera del
campamento de Judá, por cuerpos de ejército. Principal de los hijos de Judá,
Najsón, hijo de Aminadab.
4 Su cuerpo de ejército, según el censo: 74.600.
5 Acampados junto a él: La tribu de Isacar. Principal de los hijos de
Isacar, Natanael, hijo de Suar.
6 Su cuerpo de ejército, según el censo: 54.400.
7 La tribu de Zabulón. Principal de los hijos de Zabulón, Eliab, hijo de
Jelón.
8 Su cuerpo de ejército, según el censo, 57.400.
9 Total de alistados en el campamento de Judá: 186.400, repartidos en
cuerpos de ejército. Marcharán en vanguardia.
10 Al sur, la bandera del campamento de Rubén, por cuerpos de
ejército. Principal de los hijos de Rubén, Elisur, hijo de Sedeur.
11 Su cuerpo de ejército, según el censo: 46.500.
12 Acampan junto a él: La tribu de Simeón. Principal de los hijos de
Simeón, Selumiel, hijo de Surisadday.
13 Su cuerpo de ejército, según el censo: 59.300.
14 La tribu de Gad. Principal de los hijos de Gad, Elyasaf, hijo de
Reuel.
15 Su cuerpo de ejército, según el censo: 45.650.
16 Total de alistados en el campamento de Rubén: 151.450, repartidos
en cuerpos de ejército. Marcharán en segundo lugar.
17 Partirá entonces la Tienda del Encuentro, pues el campamento de
los levitas está en medio de los demás campamentos. En el orden en que
acamparon partirán, cada uno por su lado, bajo su propia bandera.
18 Al occidente, la bandera del campamento de Efraím, por cuerpos
de ejército. Principal de los hijos de Efraím, Elisamá, hijo de Ammihud.
19 Su cuerpo de ejército, según el censo: 40.500.
20 Junto a él: La tribu de Manasés. Principal de los hijos de Manasés,
Gamaliel, hijo de Pedahsur.
21 Su cuerpo de ejército, según el censo: 32.200.22 La tribu de Benjamín. Principal de los hijos de Benjamín, Abidán,
hijo de Guideoní.
23 Su cuerpo de ejército, según el censo: 35.400.
24 Total de alistados en el campamento de Efraím: 108.100, repartidos
en cuerpos de ejército. Marcharán en tercer lugar.
25 Al norte, la bandera de campamento de Dan, por cuerpos de
ejército. Principal de los hijos de Dan, Ajiézer, hijo de Ammisadday.
26 Su cuerpo de ejército, según el censo: 62.700.
27 Acampan junto a él: La tribu de Aser. Principal de los hijos de
Aser, Paguiel, hijo de Okrán.
28 Su cuerpo de ejército, según el censo: 41.500.
29 La tribu de Neftalí. Principal de los hijos de Neftalí, Ajirá, hijo de
Enán.
30 Su cuerpo de ejército, según el censo: 53.400.
31 Total de alistados del campamento de Dan: 157.600. Marcharán en
retaguardia, repartidos en banderas.»
32 Estos fueron los israelitas revistados por casas paternas. Total de
alistados en los campamentos, repartidos en cuerpos de ejército, 603.550.
33 Pero los levitas no fueron alistados entre los demás israelitas, según
había mandado Yahveh a Moisés.
34 Los israelitas hicieron todo tal como Yahveh había mandado a
Moisés: así acampaban bajo sus banderas y así emprendían la marcha, cada
uno entre los demás de su clan y con su familia.

Números 3

1 Esta era la descendencia de Aarón y de Moisés, cuando Yahveh
habló a Moisés en el monte Sinaí.
2 Estos eran los nombres de los hijos de Aarón: Nadab, el
primogénito, Abihú, Eleazar e Itamar.
3 Estos eran los nombres de los hijos de Aarón, que fueron ungidos
sacerdotes, y cuyas manos fueron consagradas para ejercer el sacerdocio.
4 Nadab y Abihú murieron delante de Yahveh, al presentar un fuego
profano delante de Yahveh en el desierto del Sinaí. Como no tenían hijos,
fueron Eleazar e Itamar los que ejercieron el sacerdocio en presencia de su
padre Aarón.
5 Yahveh habló a Moisés y le dijo:
6 «Manda que se acerque la tribu de Leví y ponlos delante del
sacerdote Aarón, que estén a su servicio.
7 Se encargarán de las obligaciones que incumben a él y a toda la
comunidad ante la Tienda del Encuentro, prestando el servicio en la
Morada.
8 Cuidarán de todos los utensilios de la Tienda del Encuentro, de las
obligaciones que incumben a los israelitas prestando servicio en la Morada.
9 Donarás los levitas a Aarón y a sus hijos en concepto de donados.
Le serán donados de parte de los israelitas.10 A Aarón y a sus hijos los alistarás para que se encarguen de sus
funciones sacerdotales. El laico que se acerque, será muerto.»
11 Yahveh habló a Moisés y le dijo:
12 «Mira que he elegido a los levitas de entre los demás israelitas en
lugar de todos los primogénitos de los israelitas que abren el seno materno.
Los levitas serán para mí.
13 Porque todo primogénito me pertenece. El día en que herí a todos
los primogénitos de Egipto, consagré para mí a todos los primogénitos de
Israel, tanto de hombre como de ganado. Son para mí. Yo, Yahveh.»
14 Habló Yahveh a Moisés en el desierto del Sinaí. Le dijo:
15 «Alista a los hijos de Leví por familias y por clanes: alistarás a
todo varón de un mes para arriba.»
16 Moisés los alistó según la orden de Yahveh, tal como Yahveh se lo
había mandado.
17 Los nombres de los hijos de Leví son: Guersón, Quehab y Merarí.
18 Los nombres de los hijos de Ghersón, por clanes, son: Libní y
Semeí.
19 Los hijos de Quehat, por clanes: Amram, Yishar, Hebrón y Uzziel;
20 los hijos de Merarí, por clanes: Majlí y Musí. Estos son los clanes
de Leví, repartidos por familias.
21 De Guesón procedían el clan libnita y el clan semeíta: ésos son los
clanes guersonitas.
22 El total de los alistados, contando todos los varones de un mes para
arriba: 7.500.
23 Los clanes guersonitas acampaban detrás de la Morada, al
poniente.
24 El principal de la casa paterna de Guersón era Elyasaf, hijo de Lael.
25 Los hijos de Guersón estaban encargados, en la Tienda del
Encuentro, de la Morada, de la Tienda, de su toldo y del tapiz de entrada a
la Tienda del Encuentro;
26 del cortinaje del atrio y de la cortina de entrada al atrio que rodea la
Morada y el altar, y de las cuerdas necesarias para todo su servicio.
27 De Quehat procedían el clan amramita, el clan yisharita, el clan
hebronita y el clan uzzielita: ésos son los clanes quehatitas.
28 Contando todos los varones de un mes para arriba, eran 8.300.
Tenían a su cargo el servicio del santuario.
29 Los clanes quehatitas acampaban al lado meridional de la Morada.
30 El principal de la casa paterna de los clanes quehatitas era Elisafán,
hijo de Uzziel.
31 A su cargo estaban el arca, la mesa, el candelabro, los altares, los
objetos sagrados que se usan en el culto, el velo y todo su servicio.
32 El principal de los principales de Leví era Eleazar, hijo del
sacerdote Aarón. Ejercía la supervisión de todos los encargados del
santuario.
33 De Merarí, el clan majlita y el clan musita: ésos eran los clanes
meraritas .34 Sus alistados, contando todos los varones de un mes para arriba,
eran 6.200.
35 El principal de la casa paterna de los clanes meraritas era Suriel,
hijo de Abijayil. Acampaban al lado septentrional de la Morada.
36 A los hijos de Merarí les estaba encomendado el cuidado de los
tableros de la Morada, de sus travesaños, postes y basas, de todos sus
utensilios y todo su servicio;
37 y de los postes que rodean el atrio, de sus basas, clavazón y
cuerdas.
38 Acampaban al este, frente a la Morada, delante de la Tienda del
Encuentro hacia oriente, Moisés y Aarón con sus hijos que estaban
encargados del santuario en nombre de los israelitas. Cualquier laico que se
acercara, sería muerto.
39 El total de levitas alistados, de los que registró Moisés por clanes,
siguiendo la orden de Yahveh, de todos los varones de un mes para arriba:
22.000.
40 Dijo Yahveh a Moisés: «Registra a todos los primogénitos varones
de los israelitas, de un mes para arriba, y anota sus nombres.
41 Luego, tomas a los levitas para mí, Yahveh, en lugar de todos los
primogénitos de los israelitas; y el ganado de los levitas en lugar de todos
los primogénitos del ganado de los israelitas.»
42 Moisés registró, según le había ordenado Yahveh, a todos los
primogénitos de los israelitas.
43 Y resultó ser el total de los primogénitos varones, contando los
nombres desde la edad de un mes para arriba, según el censo, 22.273.
44 Habló entonces Yahveh a Moisés y le dijo:
45 «Toma a los levitas en lugar de todos los primogénitos de los
israelitas y el ganado de los levitas en lugar de su ganado; los levitas serán
míos, yo Yahveh.
46 Por el rescate de los 273 primogénitos de los israelitas que exceden
del número de los levitas,
47 tomarás cinco siclos por cabeza, en siclos del santuario, a razón de
veinte óbolos por siclo.
48 La plata se la entregarás a Aarón y a sus hijos, por el rescate de los
que sobrepasan el número.»
49 Moisés tomó la plata del rescate de los que pasaban del número de
los rescatados por los levitas.
50 Tomó la plata de los primogénitos de Israel: 1.365 siclos, en siclos
del santuario.
51 Y entregó Moisés la plata del rescate a Aarón y a sus hijos, según
la orden de Yahveh, como había mandado Yahveh a Moisés.

Números 4

1 Yahveh habló a Moisés y Aarón, diciendo:
2 «Haz el censo de los hijos de Quehat, hijos de Leví, por clanes y por
familias,3 de treinta años en adelante hasta los cincuenta, de todos los aptos
para la milicia, que prestan el servicio de la Tienda del Encuentro.
4 Este será el servicio de los hijos de Quehat en la Tienda del
Encuentro: el de las cosas sacratísimas.
5 Cuando se levante el campamento, irán Aarón y sus hijos,
descolgarán el velo de protección y cubrirán con él el arca del Testimonio.
6 Pondrán sobre ella una cubierta de cuero fino y extenderán encima
un paño todo de púrpura; luego le pondrán los varales.
7 Sobre la mesa de la presencia extenderán un paño de púrpura, y
pondrán sobre ella las fuentes, copas, tazas y jarros de libación: el pan
estará perpetuamente encima.
8 Extenderán sobre ella un paño carmesí que cubrirán con una cubierta
de cuero fino, y después le pondrán los varales.
9 Tomarán entonces un paño de púrpura y cubrirán el candelabro del
alumbrado con sus lámparas, despabiladeras y ceniceros, y todos los vasos
de aceite que se utilizan en el servicio del candelabro.
10 Lo pondrán con todos sus utensilios en una cubierta de cuero fino y
lo colocarán sobre las angarillas.
11 Sobre el altar de oro extenderán un paño de púrpura, lo cubrirán
con una cubierta de cuero fino, y le pondrán los varales.
12 Tomarán todos los vasos que se emplean en el servicio del
santuario, los pondrán en un paño de púrpura, los cubrirán con una cubierta
de cuero fino y los colocarán sobre las angarillas.
13 Quitarán la grasa incinerada del altar y extenderán sobre él un paño
escarlata;
14 pondrán encima todos los utensilios que se emplean en el servicio
del altar: los braseros, tenedores, badiles, acetres: todos los utensilios del
altar; extenderán sobre él una cubierta de cuero fino y le pondrán los
varales.
15 Después que Aarón y sus hijos hayan terminado de envolver las
cosas sagradas con todos sus utensilios, al ponerse en marcha el
campamento, llegarán los hijos de Quehat para transportarlas; pero que no
toquen lo sagrado pues morirían. Esta es la carga de los hijos de Quehat en
la Tienda del Encuentro.
16 Pero Eleazar, hijo del sacerdote Aarón, estará al cuidado del aceite
del alumbrado, del incienso aromático, de la oblación perpetua y del óleo de
la unción; al cuidado de toda la Morada y de cuanto hay en ella, sean cosas
sagradas o sus utensilios.»
17 Habló Yahveh a Moisés y a Aarón y dijo:
18 «No separéis de los demás levitas la tribu de los clanes quehatitas.
19 Haced con ellos de esta manera, para que vivan y no mueran al
acercarse a las cosas sacratísimas: Aarón y sus hijos irán y pondrán a cada
uno en su servicio y junto a su carga.
20 Y no entrarán, ni por un instante, a ver las cosas sagradas; de lo
contrario morirían.»
21 Yahveh habló a Moisés y le dijo:22 «Haz también el censo de los hijos de Guersón, por familias y
clanes.
23 Alistarás a los de treinta años en adelante hasta los cincuenta a
todos los aptos para la milicia para que presten el servicio de la Tienda del
Encuentro.
24 Este será el servicio de los clanes guersonitas, su servicio y su
carga.
25 Llevarán los tapices de la Morada, la Tienda del Encuentro, su
toldo y el toldo de cueros finos que la cubre por encima y el tapiz de
entrada a la Tienda del Encuentro;
26 el cortinaje del atrio y la cortina de la entrada al atrio que rodea la
Morada y el altar, con sus cuerdas y todos los utensilios de su servicio: todo
lo que se necesita para ellos. Prestarán su servicio;
27 pero todo el servicio de los hijos de Guersón, todas sus funciones y
cargas, las desempeñarán a las órdenes de Aarón y de sus hijos. Los
vigilaréis en el ministerio de su cargo.
28 Este será el servicio de los clanes guersonitas en la Tienda del
Encuentro. Lo desempeñarán a las órdenes de Itamar, hijo del sacerdote
Aarón.
29 Harás el censo de los hijos de Merarí, por clanes y familias.
30 Harás el censo de los de treinta años en adelante hasta los
cincuenta, de todos los aptos para la milicia para que presten el servicio de
la Tienda del Encuentro.
31 Esto es lo que han de transportar y este es todo su servicio en la
Tienda del Encuentro: los tableros de la Morada, sus travesaños, postes y
basas;
32 los postes que rodean el atrio con sus basas, clavazón y cuerdas;
todos sus utensilios y todo lo preciso para su servicio. Nominalmente
señalaréis cada uno de los objetos con que han de cargar.
33 Ese es el servicio de los clanes meraritas. Para todo su servicio en
la Tienda del Encuentro estarán a disposición de Itamar, hijo del sacerdote
Aarón.»
34 Moisés y Aarón y los principales de la comunidad hicieron el censo
de los hijos de Quehat, por clanes y familias,
35 de treinta años en adelante hasta los cincuenta, de todos los aptos
para la milicia, para que prestaran el servicio de la Tienda del Encuentro.
36 Los registrados de los diversos clanes fueron 2.750.
37 Esos fueron los registrados en los clanes quehatitas, todos los que
habían de servir en la Tienda del Encuentro. Los alistaron Moisés y Aarón,
según había ordenado Yahveh por medio de Moisés.
38 Se hizo el censo de los hijos de Guersón, por clanes y familias,
39 de treinta años para arriba hasta los cincuenta, de todos los aptos
para la milicia para que prestaran el servicio de la Tienda del Encuentro.
40 Los alistados de los diversos clanes y familias fueron 2.630.41 Esos fueron los registrados de los clanes de los hijos de Guersón,
todos los que habían de servir en la Tienda del Encuentro. Los alistaron
Moisés y Aarón según la orden de Yahveh.
42 Se hizo el censo de los clanes de los hijos de Merarí, por clanes y
familias,
43 de treinta años para arriba hasta los cincuenta, de todos los aptos
para la milicia, para que prestaran el servicio de la Tienda del Encuentro.
44 Los revistados de los diversos clanes fueron 3.200.
45 Esos fueron los revistados de los clanes de los hijos de Merarí. Los
alistaron Moisés y Aarón, según había ordenado Yahveh por medio de
Moisés.
46 El total de los levitas que Moisés, Aarón y los principales de Israel
registraron por clanes y familias,
47 de los de treinta años en adelante hasta los cincuenta, de todos los
aptos para entrar al servicio y el transporte de la Tienda del Encuentro,
48 fue, según el censo, 8.580.
49 Se hizo su censo por orden de Yahveh transmitida por Moisés,
asignando a cada uno su servicio y su carga: su censo se hizo tal como lo
había ordenado Yahveh a Moisés.

Números 5

1 Habló Yahveh a Moisés y le dijo:
2 «Manda a los israelitas que echen del campamento a todo leproso, al
que padece flujo y a todo impuro por contacto de cadáver.
3 Los has de echar, sean hombre o mujer; fuera del campamento los
echarás, para que no contaminen sus campamentos, donde yo habito en
medio de ellos.»
4 Así lo hicieron los israelitas: los echaron fuera del campamento. Los
israelitas lo hicieron tal como había dicho Yahveh a Moisés.
5 Yahveh habló a Moisés y le dijo:
6 «Habla a los israelitas: Si un hombre o una mujer comete cualquier
pecado en perjuicio de otro, ofendiendo a Yahveh, el tal será reo de delito.
7 Confesará el pecado cometido y restituirá la suma de que es deudor,
más un quinto. Se la devolverá a aquel de quien es deudor.
8 Y si el hombre no tiene pariente a quien se pueda restituir, la suma
que en tal caso se ha de restituir a Yahveh, será para el sacerdote; aparte del
carnero expiatorio con que el sacerdote expiará por él.
9 Y toda ofrenda reservada de lo que los hijos de Israel consagran y
presentan al sacerdote, será para éste.
10 Lo que cada uno consagra, es suyo; pero lo que se presenta al
sacerdote, es para el sacerdote.»
11 Yahveh habló a Moisés y le dijo:
12 «Habla a los israelitas. Diles: Cualquier hombre cuya mujer se
haya desviado y le haya engañado:13 ha dormido un hombre con ella con relación carnal a ocultas del
marido; ella se ha manchado en secreto, no hay ningún testigo, no ha sido
sorprendida;
14 si el marido es atacado de celos y recela de su mujer, que
efectivamente se ha manchado; o bien le atacan los celos y se siente celoso
de su mujer, aunque ella no se haya manchado;
15 ese hombre llevará a su mujer ante el sacerdote y presentará por
ella la ofrenda correspondiente: una décima de medida de harina de cebada.
No derramará aceite sobre la ofrenda, ni la pondrá incienso, pues es
«oblación de celos», oblación conmemorativa para recordar una falta.
16 El sacerdote presentará a la mujer y la pondrá delante de Yahveh.
17 Echará luego agua viva en un vaso de barro y, tomando polvo del
pavimento de la Morada, lo esparcirá sobre el agua.
18 Pondrá el sacerdote a la mujer delante de Yahveh, le descubrirá la
cabeza y pondrá en sus manos la oblación conmemorativa, o sea, la
oblación de los celos. El sacerdote tendrá en sus manos las aguas de
maldición y funestas.
19 Entonces, el sacerdote conjurará a la mujer y le dirá: “Si no ha
dormido un hombre contigo, si no te has desviado ni manchado desde que
estás bajo la potestad de tu marido, sé inmune a estas aguas amargas y
funestas.
20 Pero si, estando bajo la potestad de tu marido, te has desviado y te
has manchado, durmiendo con un hombre distinto de tu marido…”
21 El sacerdote entonces proferirá sobre la mujer este juramento, y
dirá el sacerdote a la mujer: “… Que Yahveh te ponga como maldición y
execración en medio de tu pueblo, que haga languidecer tus caderas e infle
tu vientre.
22 Que entren estas aguas de maldición en tus entrañas, para que
inflen tu vientre y hagan languidecer tus caderas.” Y la mujer responderá:
“¡Amén, amén!”
23 Después el sacerdote escribirá en una hoja estas imprecaciones y
las borrará con las aguas amargas.
24 Hará beber a la mujer las aguas de maldición y funestas, y las
aguas funestas entrarán en ella para hacérsele amargas.
25 El sacerdote tomará entonces de la mano de la mujer la oblación de
los celos, mecerá la oblación delante de Yahveh y la presentará en el altar.
26 El sacerdote tomará de la oblación un puñado, el memorial, y lo
quemará sobre el altar, y le hará beber a la mujer las aguas.
27 Cuando le haga beber de las aguas, si la mujer está manchada y de
hecho ha engañado a su marido, cuando entren en ella las aguas funestas le
serán amargas: se inflará su vientre, languidecerán sus caderas y será mujer
de maldición en medio de su pueblo.
28 Pero si la mujer no se ha manchado, sino que es pura, estará exenta
de toda culpa y tendrá hijos.
29 Este es el rito de los celos, para cuando una mujer, después de estar
bajo la potestad de su marido, se haya desviado y manchado;30 o para cuando un hombre, atacado de celos, recele de su mujer:
entonces pondrá a su mujer en presencia de Yahveh y el sacerdote realizará
con ella todo este rito.
31 El marido estará exento de culpa, y la mujer cargará con la suya.»

Salmo 69 (68)

(1) = Del maestro de coro. Según la melodía: «Lirios…» De David. =
1 (2) ¡Sálvame, oh Dios, porque las aguas me llegan hasta el cuello!
2 (3) Me hundo en el cieno del abismo, sin poder hacer pie; he
llegado hasta el fondo de las aguas, y las olas me anegan.
3 (4) Estoy exhausto de gritar, arden mis fauces, mis ojos se
consumen de esperar a mi Dios.
4 (5) Son más que los cabellos de mi cabeza los que sin causa me
odian; más duros que mis huesos los que me hostigan sin razón. (¿Lo que
yo no he robado tengo que devolver?)
5 (6) Tú, oh Dios, mi torpeza conoces, no se te ocultan mis ofensas.
6 (7) ¡No se avergüencen por mí los que en ti esperan, oh Yahveh
Sebaot! ¡No sufran confusión por mí los que te buscan, oh Dios de Israel!
7 (8) Pues por ti sufro el insulto, y la vergüenza cubre mi semblante;
8 (9) para mis hermanos soy un extranjero, un desconocido para los
hijos de mi madre;
9 (10) pues me devora el celo de tu casa, y caen sobre mí los insultos
de los que te insultan.
10 (11) Si mortifico mi alma con ayuno, se me hace un pretexto de
insulto;
11 (12) si tomo un sayal por vestido, para ellos me convierto en burla,
12 (13) cuento de los que están sentados a la puerta, y copla de los
que beben licor fuerte.
13 (14) Mas mi oración hacia ti, Yahveh, en el tiempo propicio: por
tu gran amor, oh Dios, respóndeme, por la verdad de tu salvación.
14 (15) ¡Sácame del cieno, no me hunda, escape yo a los que me
odian, a las honduras de las aguas!
15 (16) ¡El flujo de las aguas no me anegue no me trague el abismo, ni
el pozo cierre sobre mí su boca!
16 (17) ¡Respóndeme, Yahveh, pues tu amor es bondad; en tu
inmensa ternura vuelve a mí tus ojos;
17 (18) no retires tu rostro de tu siervo, que en angustias estoy,
pronto, respóndeme;
18 (19) acércate a mi alma, rescátala, por causa de mis enemigos,
líbrame!
19 (20) Tú conoces mi oprobio, mi vergüenza y mi afrenta, ante ti
están todos mis opresores.
20 (21) El oprobio me ha roto el corazón y desfallezco. Espero
compasión, y no la hay, consoladores, y no encuentro ninguno.
21 (22) Veneno me han dado por comida, en mi sed me han abrevado
con vinagre. 22 (23) ¡Que su mesa ante ellos se convierta en un lazo, y su
abundancia en una trampa;
23 (24) anúblense sus ojos y no vean, haz que sus fuerzas sin cesar les
fallen!
24 (25) Derrama tu enojo sobre ellos, los alcance el ardor de tu
cólera;
25 (26) su recinto quede hecho un desierto, en sus tiendas no haya
quien habite:
26 (27) porque acosan al que tú has herido, y aumentan la herida de tu
víctima.
27 (28) Culpa añade a su culpa, no tengan más acceso a tu justicia;
28 (29) del libro de la vida sean borrados, no sean inscritos con los
justos.
29 (30) Y yo desdichado, dolorido, ¡tu salvación, oh Dios, me
restablezca!
30 (31) El nombre de Dios celebraré en un cántico, le ensalzaré con la
acción de gracias;
31 (32) y más que un toro agradará a Yahveh, más que un novillo con
cuernos y pezuñas.
32 (33) Lo han visto los humildes y se alegran; ¡viva vuestro corazón,
los que buscáis a Dios!
33 (34) Porque Yahveh escucha a los pobres, no desprecia a sus
cautivos.
34 (35) ¡Alábenle los cielos y la tierra, el mar y cuanto bulle en él!
35 (36) Pues salvará Dios a Sión, reconstruirá las ciudades de Judá:
habitarán allí y las poseerán;
36 (37) la heredará la estirpe de sus siervos, los que aman su nombre
en ella morarán.

Salmo 70 (69) = 40:14-18

(1) = Del maestro de coro. De David. En memoria.
1 (2) ¡Oh Dios, ven a librarme, Yahveh, corre en mi ayuda!
2 (3) ¡Queden avergonzados y confusos los que buscan mi vida!
¡Atrás!, sean confundidos los que desean mi mal,
3 (4) retrocedan de vergüenza los que dicen: ¡Ja, ja!
4 (5) ¡En ti se gocen y se alegren todos los que te buscan! ¡Repitan
sin cesar: «Grande es Dios», los que aman tu salvación!
5 (6) ¡Y yo, desventurado y pobre, oh Dios, ven presto a mí! ¡Tú, mi
socorro y mi libertador, Yahveh, no tardes!

Salmo 71 (70)

1 A ti, Yahveh, me acojo, ¡no sea confundido jamás! 2 ¡Por tu justicia sálvame, libérame! tiende hacia mí tu oído y
sálvame!
3 ¡Sé para mí una roca de refugio, alcázar fuerte que me salve, pues
mi roca eres tú y mi fortaleza.
4 ¡Dios mío, líbrame de la mano del impío, de las garras del perverso
y del violento!
5 Pues tú eres mi esperanza, Señor, Yahveh, mi confianza desde mi
juventud.
6 En ti tengo mi apoyo desde el seno, tú mi porción desde las entrañas
de mi madre; ¡en ti sin cesar mi alabanza!
7 Soy el asombro de muchos, mas tú eres mi seguro refugio.
8 Mi boca está repleta de tu loa, de tu gloria todo el día.
9 A la hora de mi vejez no me rechaces, no me abandones cuando
decae mi vigor.
10 Porque de mí mis enemigos hablan, los que espían mi alma se
conciertan:
11 «¡Dios le ha desamparado, perseguidle, apresadle, pues no hay
quien le libere!»
12 ¡Oh Dios, no te estés lejos de mí, Dios mío, ven pronto en mi
socorro!
13 ¡Confusión y vergüenza sobre aquellos que acusan a mi alma;
cúbranse de ignominia y de vergüenza los que buscan mi mal!
14 Y yo, esperando sin cesar, más y más te alabaré;
15 publicará mi boca tu justicia, todo el día tu salvación.
16 Y vendré a las proezas de Yahveh, recordaré tu justicia, tuya sólo.
17 ¡Oh Dios, desde mi juventud me has instruido, y yo he anunciado
hasta hoy tus maravillas!
18 Y ahora que llega la vejez y las canas, ¡oh Dios, no me abandones!,
para que anuncie yo tu brazo a todas las edades venideras, ¡tu poderío
19 y tu justicia, oh Dios, hasta los cielos! Tú que has hecho grandes
cosas, ¡oh Dios!, ¿quién como tú?
20 Tú que me has hecho ver tantos desastres y desgracias, has de
volver a recobrarme. Vendrás a sacarme de los abismos de la tierra,
21 sustentarás mi ancianidad, volverás a consolarme,
22 Y yo te daré gracias con las cuerdas del arpa, por tu verdad, Dios
mío; para ti salmodiaré a la cítara, oh Santo de Israel.
23 Exultarán mis labios cuando salmodie para ti, y mi alma, que tú has
rescatado.
24 También mi lengua todo el día musitará tu justicia: porque han sido
avergonzados, porque han enrojecido, los que buscaban mi desgracia.

Hechos 8

1 Saulo aprobaba su muerte. Aquel día se desató una gran persecución
contra la Iglesia de Jerusalén. Todos, a excepción de los apóstoles, se
dispersaron por las regiones de Judea y Samaria.
2 Unos hombres piadosos sepultaron a Esteban e hicieron gran duelo
por él.
3 Entretanto Saulo hacía estragos en la Iglesia; entraba por las casas,
se llevaba por la fuerza hombres y mujeres, y los metía en la cárcel.
4 Los que se habían dispersado iban por todas partes anunciando la
Buena Nueva de la Palabra.
5 Felipe bajó a una ciudad de Samaria y les predicaba a Cristo.
6 La gente escuchaba con atención y con un mismo espíritu lo que
decía Felipe, porque le oían y veían las señales que realizaba;
7 pues de muchos posesos salían los espíritus inmundos dando
grandes voces, y muchos paralíticos y cojos quedaron curados.
8 Y hubo una gran alegría en aquella ciudad.
9 En la ciudad había ya de tiempo atrás un hombre llamado Simón que
practicaba la magia y tenía atónito al pueblo de Samaria y decía que él era
algo grande.
10 Y todos, desde el menor hasta el mayor, le prestaban atención y
decían: «Este es la Potencia de Dios llamada la Grande.»
11 Le prestaban atención porque les había tenido atónitos por mucho
tiempo con sus artes mágicas.
12 Pero cuando creyeron a Felipe que anunciaba la Buena Nueva del
Reino de Dios y el nombre de Jesucristo, empezaron a bautizarse hombres y
mujeres.
13 Hasta el mismo Simón creyó y, una vez bautizado, no se apartaba
de Felipe; y estaba atónito al ver las señales y grandes milagros que se
realizaban.
14 Al enterarse los apóstoles que estaban en Jerusalén de que Samaria
había aceptado la Palabra de Dios, les enviaron a Pedro y a Juan.
15 Estos bajaron y oraron por ellos para que recibieran el Espíritu
Santo;
16 pues todavía no había descendido sobre ninguno de ellos;
únicamente habían sido bautizados en el nombre del Señor Jesús.
17 Entonces les imponían las manos y recibían el Espíritu Santo.
18 Al ver Simón que mediante la imposición de las manos de los
apóstoles se daba el Espíritu, les ofreció dinero diciendo:
19 «Dadme a mí también este poder para que reciba el Espíritu Santo
aquel a quien yo imponga las manos.»
20 Pedro le contestó: «Vaya tu dinero a la perdición y tú con él; pues
has pensado que el don de Dios se compra con dinero.
21 En este asunto no tienes tú parte ni herencia, pues tu corazón no es
recto delante de Dios.
22 Arrepiéntete, pues, de esa tu maldad y ruega al Señor, a ver si se te
perdona ese pensamiento de tu corazón;23 porque veo que tú estás en hiel de amargura y en ataduras de
iniquidad.»
24 Simón respondió: «Rogad vosotros al Señor por mí, para que no
venga sobre mí ninguna de esas cosas que habéis dicho.»
25 Ellos, después de haber dado testimonio y haber predicado la
Palabra del Señor, se volvieron a Jerusalén evangelizando muchos pueblos
samaritanos.
26 El Ángel del Señor habló a Felipe diciendo: «Levántate y marcha
hacia el mediodía por el camino que baja de Jerusalén a Gaza. Es desierto.»
27 Se levantó y partió. Y he aquí que un etíope eunuco, alto
funcionario de Candace, reina de los etíopes, que estaba a cargo de todos
sus tesoros, y había venido a adorar en Jerusalén,
28 regresaba sentado en su carro, leyendo al profeta Isaías.
29 El Espíritu dijo a Felipe: «Acércate y ponte junto a ese carro.»
30 Felipe corrió hasta él y le oyó leer al profeta Isaías; y le dijo:
«¿Entiendes lo que vas leyendo?»
31 El contestó: «¿Cómo lo puedo entender si nadie me hace de guía?»
Y rogó a Felipe que subiese y se sentase con él.
32 El pasaje de la Escritura que iba leyendo era éste: = «Fue llevado
como una oveja al matadero; y como cordero, mudo delante del que lo
trasquila, así él no abre la boca. =
33 = En su humillación le fue negada la justicia; ¿quién podrá contar
su descendencia? Porque su vida fue arrancada de la tierra.» =
34 El eunuco preguntó a Felipe: «Te ruego me digas de quién dice
esto el profeta: ¿de sí mismo o de otro?»
35 Felipe entonces, partiendo de este texto de la Escritura, se puso a
anunciarle la Buena Nueva de Jesús.
36 Siguiendo el camino llegaron a un sitio donde había agua. El
eunuco dijo: «Aquí hay agua; ¿qué impide que yo sea bautizado?»
38 Y mandó detener el carro. Bajaron ambos al agua, Felipe y el
eunuco; y lo bautizó,
39 y en saliendo del agua, el Espíritu del Señor arrebató a Felipe y ya
no le vio más el eunuco, que siguió gozoso su camino.
40 Felipe se encontró en Azoto y recorría evangelizando todas las
ciudades hasta llegar a Cesarea.

Hechos 9

1 Entretanto Saulo, respirando todavía amenazas y muertes contra los
discípulos del Señor, se presentó al Sumo Sacerdote,
2 y le pidió cartas para las sinagogas de Damasco, para que si
encontraba algunos seguidores del Camino, hombres o mujeres, los pudiera
llevar atados a Jerusalén.
3 Sucedió que, yendo de camino, cuando estaba cerca de Damasco, de
repente le rodeó una luz venida del cielo,
4 cayó en tierra y oyó una voz que le decía: «Saúl, Saúl, ¿por qué me
persigues?»5 El respondió: «¿Quién eres, Señor?» Y él: «Yo soy Jesús, a quien tú
persigues.
6 Pero levántate, entra en la ciudad y se te dirá lo que debes hacer.»
7 Los hombres que iban con él se habían detenido mudos de espanto;
oían la voz, pero no veían a nadie.
8 Saulo se levantó del suelo, y, aunque tenía los ojos abiertos, no veía
nada. Le llevaron de la mano y le hicieron entrar en Damasco.
9 Pasó tres días sin ver, sin comer y sin beber.
10 Había en Damasco un discípulo llamado Ananías. El Señor le dijo
en una visión: «Ananías.» El respondió: «Aquí estoy, Señor.»
11 Y el Señor: «Levántate y vete a la calle Recta y pregunta en casa de
Judas por uno de Tarso llamado Saulo; mira, está en oración
12 y ha visto que un hombre llamado Ananías entraba y le imponía las
manos para devolverle la vista.»
13 Respondió Ananías: «Señor, he oído a muchos hablar de ese
hombre y de los muchos males que ha causado a tus santos en Jerusalén
14 y que está aquí con poderes de los sumos sacerdotes para apresar a
todos los que invocan tu nombre.»
15 El Señor le contestó: «Vete, pues éste me es un instrumento de
elección que lleve mi nombre ante los gentiles, los reyes y los hijos de
Israel.
16 Yo le mostraré todo lo que tendrá que padecer por mi nombre.»
17 Fue Ananías, entró en la casa, le impuso las manos y le dijo: «Saúl,
hermano, me ha enviado a ti el Señor Jesús, el que se te apareció en el
camino por donde venías, para que recobres la vista y seas lleno del Espíritu
Santo.»
18 Al instante cayeron de sus ojos unas como escamas, y recobró la
vista; se levantó y fue bautizado.
19 Tomó alimento y recobró las fuerzas. Estuvo algunos días con los
discípulos de Damasco,
20 y en seguida se puso a predicar a Jesús en las sinagogas: que él era
el Hijo de Dios.
21 Todos los que le oían quedaban atónitos y decían: «¿No es éste el
que en Jerusalén perseguía encarnizadamente a los que invocaban ese
nombre, y no ha venido aquí con el objeto de llevárselos atados a los sumos
sacerdotes?»
22 Pero Saulo se crecía y confundía a los judíos que vivían en
Damasco demostrándoles que aquél era el Cristo.

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