Comparto esta oración y reflexión al lado del rostro que surge de los estudios realizados de la Sábana Santa de Turín. La reliquia, como una y otra vez, se declara es un objeto con características que todavía la ciencia no puede ni explicar ni replicar. Pero no es un dogma. Tampoco se usa como evidencia sobre la resurrección de nuestro Señor Jesucristo. Pero, por los rasgos, características y tradición se conecta con la figura de nuestro Señor Jesucristo y a los paños santos con los que se cubrió su cuerpo y su cara, destrozada por la cruxifición. Lo comparto como todo lo demás. Un ejercicio espiritual que hacemos para entrar al Misterio más alto de la Historia de la Salvación y ponerme de rodillas ante el acto más puro de amor que se haya realizado en la historia de la humanidad. Nacemos silencio.
