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1 Crónicas 16

1 Introdujeron el arca de Dios y la colocaron en medio de la Tienda
que David había hecho levantar para ella; y ofrecieron ante Dios
holocaustos y sacrificios de comunión.
2 Cuando David hubo acabado de ofrecer los holocaustos y los
sacrificios de comunión, bendijo al pueblo en nombre de Yahveh,
3 y repartió a todo el pueblo de Israel, hombres y mujeres, a cada uno
una torta de pan, un pastel de dátiles y un pastel de pasas.4 David estableció los levitas que habían de hacer el servicio delante
del arca de Yahveh, celebrando, glorificando y alabando a Yahveh, el Dios
de Israel.
5 Asaf era el jefe; Zacarías era el segundo; luego Uzziel, Semiramot,
Yejiel, Mattitías, Eliab, Benaías, Obededom y Yeiel, con salterios y cítaras.
Asaf hacía sonar los címbalos.
6 Los sacerdotes Benaías y Yajaziel tocaban sin interrupción las
trompetas delante del arca de la alianza de Dios.
7 Aquel día David, alabando el primero a Yahveh, entregó a Asaf y a
sus hermanos este canto:
8 ¡Dad gracias a Yahveh, aclamad su nombre, divulgad entre los
pueblos sus hazañas!
9 ¡Cantadle, salmodiad para él, sus maravillas todas recitad!
10 ¡Gloriaos en su santo Nombre, se alegre el corazón de los que
buscan a Yahveh!
11 ¡Buscad a Yahveh y su fuerza, id tras su rostro sin descanso!
12 Recordad las maravillas que él ha hecho, sus prodigios y los juicios
de su boca,
13 raza de Israel, su servidor, hijos de Jacob, sus elegidos.
14 El, Yahveh, es nuestro Dios, por toda la tierra sus juicios.
15 Recordad para siempre su alianza, palabra que impuso a mil
generaciones;
16 lo que pactó con Abraham, el juramento que hizo a Isaac.
17 Y que puso a Jacob como precepto, a Israel como alianza eterna,
18 diciendo: «Yo te daré la tierra de Canaán, por parte de vuestra
herencia»,
19 cuando erais escasa gente, poco numerosos, y forasteros allí.
20 Cuando iban de nación en nación desde un reino a otro pueblo,
21 a nadie permitió oprimirles. Por ellos castigó a los reyes.
22 «Guardaos de tocar a mis ungidos ni mal alguno hagáis a mis
profetas.»
23 Cantad a Yahveh toda la tierra anunciad su salvación día tras día.
24 Contad su gloria a las naciones, a todos los pueblos sus maravillas.
25 Que es grande Yahveh y muy digno de alabanza, más temible que
todos los dioses.
26 Porque nada son todos los dioses de los pueblos, mas Yahveh los
cielos hizo.
27 Gloria y majestad están ante él, fortaleza y alegría en su Morada.
28 ¡Rendid a Yahveh, familias de los pueblos, rendid a Yahveh gloria
y poder!
29 ¡Rendid a Yahveh la gloria de su Nombre! Traed ofrendas y en sus
atrios entrad. ¡Postraos ante Yahveh en esplendor sagrado!
30 ¡Tiemble ante su faz la tierra entera! El orbe está seguro, no vacila.31 Alégrense los cielos y la tierra jubile. Decid entre las gentes:
«¡Yahveh es rey!»
32 ¡Retumbe el mar y cuanto encierra! ¡Exulte el campo y cuanto en él
existe!
33 Griten de júbilo los árboles de los bosque ante Yahveh, pues viene
a juzgar la tierra.
34 ¡Dad gracias a Yahveh, porque es bueno, porque es eterno su amor!
35 Y decid: «¡Sálvanos, oh Dios de nuestra salvación! Reúnenos y
líbranos de las naciones, para dar gracias a tu Nombre santo y gloriarnos en
tu alabanza.»
36 Bendito sea Yahveh, el Dios de Israel, por eternidad de
eternidades.» Y todo el pueblo dijo: «Amén.» Y alabó a Yahveh.
37 David dejó allí, ante el arca de la alianza de Yahveh, a Asaf y a sus
hermanos, para el ministerio continuo delante del arca, según el rito de cada
día;
38 y a Obededom, con sus hermanos, en número de 68, y a
Obededom, hijo de Yedutún, y a Josá, como porteros;
39 y el sacerdote Sadoq y a sus hermanos, los sacerdotes, delante de la
Morada de Yahveh, en el alto de Gabaón,
40 para que ofreciesen continuamente holocaustos a Yahveh en el
altar de los holocaustos, por la mañana y por la tarde, según todo lo escrito
en la Ley que Yahveh había mandado a Israel.
41 Con ellos estaban Hemán y Yedutún y los restantes escogidos y
nominalmente designados para alabar a Yahveh: «Porque es eterno su
amor.»
42 Y con ellos, Hemán y Yedutún, que hacían sonar trompetas,
címbalos e instrumentos para los cánticos de Dios. Los hijos de Yedutún
eran porteros.
43 Luego, todo el pueblo se fue, cada cual a su casa; también David se
volvió para bendecir su casa.

1 Crónicas 17

1 Morando ya David en su casa, dijo a Natán, profeta: «Mira, yo
habito en una casa de cedro, mientras el arca de la alianza de Yahveh está
bajo pieles.»
2 Respondió Natán a David: «Haz todo cuanto tienes en tu corazón,
porque Dios está contigo.»
3 Pero aquella misma noche vino la palabra de Dios a Natán en estos
términos:
4 «Vete y di a mi siervo David: Así dice Yahveh: No serás tú quien
me edifique Casa para que habite yo en ella.
5 Pues no he habitado en casa alguna desde el día en que hice subir a
los israelitas hasta el día de hoy; sino que he andado de tienda en tienda y
de morada en morada.6 En todo el tiempo que he ido de un lado para otro con todo Israel,
¿he dicho acaso a alguno de los Jueces de Israel, a los que mandé me
apacentaran a mi pueblo: Por qué no me edificáis una Casa de cedro?
7 Di, pues, ahora esto a mi siervo David: Así habla Yahveh Sebaot:
Yo te he tomado del pastizal, de detrás del rebaño, para que seas caudillo de
mi pueblo Israel.
8 He estado contigo donde quiera que has ido, he eliminado a todos
tus enemigos de delante de ti y voy a hacerte un nombre grande como el
nombre de los grandes de la tierra.
9 Fijaré un lugar a mi pueblo Israel, y lo plantaré allí para que more en
él; no será ya perturbado, y los malhechores no seguirán oprimiéndole
como al principio,
10 y como en los días en que instituí Jueces sobre mi pueblo Israel.
Someteré a todos tus enemigos. Yahveh te anuncia que Yahveh te edificará
una casa.
11 Cuando se cumplan tus días para ir con tus padres, afirmaré
después de ti la descendencia que saldrá de tus entrañas y consolidaré su
reino.
12 El me edificará un Casa y yo afirmaré su trono para siempre.
13 Yo seré para él un padre, y él será para mi un hijo, y no apartaré de
él mi amor, como le aparté de aquel que fue antes de ti.
14 Yo le estableceré en mi Casa y en mi reino para siempre, y su trono
estará firme eternamente.»
15 Conforme a todas estas palabras, y conforme a toda esta visión,
habló Natán a David.
16 Entró entonces el rey David, se sentó delante de Yahveh y dijo:
«¿Quien soy yo, oh Yahveh Dios, y qué mi casa, que me has traído hasta
aquí?
17 Y aun esto es poco a tus ojos, oh Dios, que hablas también a la casa
de tu siervo para el futuro lejano y me miras como si fuera un hombre
distinguido, oh Yahveh Dios.
18 ¿Qué más podrá añadirte David por la gloria que concedes a tu
siervo?
19 Oh Yahveh, por amor de tu siervo, y según tu corazón, has hecho
todas estas cosas tan grandes, para manifestar todas estas grandezas.
20 Oh Yahveh, nadie como tú, ni hay Dios fuera de ti, según todo lo
que hemos oído con nuestros oídos.
21 Y ¿qué otro pueblo hay sobre la tierra como tu pueblo Israel, a
quien un dios haya ido a rescatar para hacerle su pueblo, dándole renombre
por medio de obras grandes y terribles, arrojando naciones de delante de tu
pueblo al que rescataste de Egipto?
22 Tú has constituido a Israel tu pueblo como pueblo tuyo para
siempre; y tú, Yahveh, te has hecho su Dios.
23 Ahora, pues, oh Yahveh, mantén firme eternamente la palabra que
has dirigido a tu siervo y a su casa; y haz según tu palabra.24 Sí, sea firme; y sea tu nombre por siempre engrandecido, y que
diga: “Yahveh Sebaot, el Dios de Israel, es el Dios para Israel.” Y que la
casa de tu siervo David subsista en tu presencia.
25 Ya que tú, oh Dios mío, has revelado a tu siervo que vas a
edificarle una casa, por eso tu siervo ha encontrado valor para orar en tu
presencia.
26 Ahora, pues, Yahveh, tú eres Dios, y tú has prometido esta dicha a
tu siervo.
27 Y ahora te has dignado bendecir la casa de tu siervo, para que
permanezca por siempre en tu presencia, porque lo que tú bendices,
Yahveh, queda bendito por siempre.»

1 Crónicas 18

1 Después de esto, batió David a los filisteos y los humilló, tomando
Gat y sus dependencias de manos de los filisteos.
2 Batió también a los moabitas, que quedaron sometidos a David,
pagando tributo.
3 Batió David a Hadadézer, rey de Sobá, en Jamat, cuando éste iba a
establecer su dominio sobre el río Eufrates.
4 David apresó mi carros, 7.000 soldados de carro y 20.000 hombres
de a pie; David desjarretó toda la caballería de los carros, reservando cien
tiros.
5 Los arameos de Damasco vinieron en socorro de Hadadézer, rey de
Sobá, y David hizo 22.000 bajas a los arameos.
6 Estableció David gobernadores en Aram de Damasco, y los arameos
quedaron sometidos a David, pagando tributo. Yahveh hizo triunfar a David
doquiera que iba.
7 Tomó David los escudos de oro que llevaban los servidores de
Hadadézer y los llevó a Jerusalén.
8 De Tibjat y Kun, ciudades de Hadadézer, tomó David una gran
cantidad de bronce, con el cual hizo Salomón el Mar de bronce, las
columnas y los utensilios de bronce.
9 Cuando Tou, rey de Jamat, supo que David había derrotado a todas
las fuerzas de Hadadézer, rey de Sobá,
10 envió a Hadoram, su hijo, donde el rey David para saludarle y para
felicitarle por haber atacado y vencido a Hadadézer, ya que Tou estaba en
guerra con Hadadézer. Traía Hadoram toda clase de objetos de oro, de plata
y de bronce.
11 El rey David los consagró también a Yahveh, con la plata y el oro
que había tomado a todas las naciones: a Edom, a Moab, a los ammonitas, a
los filisteos y a los amalecitas.
12 Abisay, hijo de Sarvia, derrotó en el Valle de la Sal a 18.000
edomitas;
13 puso gobernadores en Edom; y todos los edomitas quedaron
sometidos a David. Yahveh hizo triunfar a David dondequiera iba.14 Reinó David sobre todo Israel administrando derecho y justicia a
todo el pueblo.
15 Joab, hijo de Sarvia, era jefe del ejército; Josafat, hijo de Ajilud,
era el heraldo;
16 Sadoq, hijo de Ajitub, y Ajimélek, hijo de Abiatar, eran sacerdotes;
Savsá era secretario;
17 Benaías, hijo de Yehoyadá, mandaba a los kereteos y a los
peleteos, y los hijos de David eran los primeros junto al rey.

1 Crónicas 19

1 Después de esto, murió Najas, rey de los ammonitas, y en su lugar
reinó su hijo.
2 Dijo entonces David: «Tendré con Janún, hijo de Najás, la misma
benevolencia que su padre tuvo conmigo.» Y envió David mensajeros para
que le consolaran por su padre. Pero cuando los servidores de David
llegaron al país de los ammonitas, donde Janún, para consolarle,
3 dijeron los príncipes de los ammonitas a Janún: «¿ Es que David ha
enviado a consolarte porque quiere hacer honor a tu padre ante tus ojos?
¿No han venido a ti sus servidores más bien para explorar y destruir y para
espiar el país?»
4 Prendió, pues, Janún a los servidores de David, les rapó, cortó a
media altura sus vestidos, y los despachó.
5 Fueron a avisar a David lo de estos hombres; y él envió gente a su
encuentro, porque los hombres estaban cubiertos de vergüenza. El rey les
dijo: «Quedaos en Jericó hasta que os crezca la barba y después volveréis.»
6 Cuando los ammonitas vieron que se habían hecho odiosos a David,
Janún y los ammonitas enviaron mil talentos de plata para tomar a sueldo
carros y hombres de carro de Aram de Mesopotamia, de Aram de Maaká y
de Sobá.
7 Tomaron a sueldo 32.000 carros y al rey de Maaká con su ejército,
los cuales vinieron y acamparon frente a Medebá. Los ammonitas se
congregaron también desde sus ciudades y salieron a campaña.
8 David lo supo y envió a Joab con toda la tropa y con los valientes.
9 Salieron a campaña los ammonitas y se ordenaron en batalla a la
entrada de la ciudad, mientras que los reyes que habían venido estaban
aparte en el campo.
10 Viendo Joab que tenía un frente de combate por delante y otro por
detrás escogió los mejores de Israel y los puso en línea contra Aram.
11 Puso el resto del ejército al mando de su hermano Abisay y lo
ordenó en batalla frente a los ammonitas.
12 Dijo Joab: «Si los arameos me dominan, ven en mi ayuda; y si los
hijos de Ammón te dominan a ti, iré en tu socorro.
13 ¡Ten fortaleza y esforcémonos por nuestro pueblo y por las
ciudades de nuestro Dios! ¡Y que Yahveh haga lo que bien le parezca!»
14 Y avanzó Joab con su ejercito para luchar contra los arameos, que
huyeron delante de él.15 Viendo los ammonitas que los arameos emprendían la fuga,
huyeron también ellos ante Abisay, hermano de Joab, y entraron en la
ciudad, mientras que Joab volvió a Jerusalén.
16 Al ver los arameos que habían sido vencidos por Israel, enviaron
emisarios para hacer venir a los arameos del otro lado del Río; venía a su
cabeza Sofak, jefe de las tropas de Hadadézer.
17 Se dio aviso a David, que reuniendo a todo Israel pasó el Jordán,
llegó donde ellos estaban y tomó posiciones frente a ellos. Se puso David
en orden de batalla contra los arameos y éstos trabaron combate con él.
18 Huyeron los arameos ante Israel; y David mató a los arameos 7.000
hombres de carro y 40.000 hombres de a pie. Mató también a Sofak, jefe
del ejército.
19 Cuando los vasallos de Hadadézer vieron que habían sido
derrotados por Israel, hicieron la paz con David y le quedaron sometidos; y
los arameos no se atrevieron a seguir ayudando a los ammonitas.


1 Crónicas 20

1 A la vuelta del año, al tiempo que los reyes salen a campaña, llevó
Joab el grueso del ejército y asoló el país de los ammonitas; después fue a
poner sitio a Rabbá. Mientras, David se quedó en Jerusalén. Entretanto Joab
derrotó a Rabbá y la destruyó.
2 David tomó de la cabeza de Milkom la corona y encontró que
pesaba un talento de oro. Había en ella una piedra preciosa que fue puesta
en la cabeza de David, y se llevó un enorme botín de la ciudad.
3 Hizo salir a la gente que había en ella y la empleó en las sierras, en
los trillos de dientes de hierro y en las hachas de hierro. Hizo lo mismo con
todas las ciudades de los ammonitas, y David se volvió con todo su ejército
a Jerusalén.
4 Después de esto, tuvo lugar una batalla en Guézer contra los
filisteos; entonces Sibbekay, jusatita, mató a Sippay, uno de los
descendientes de Rafá. Los filisteos fueron sometidos.
5 Hubo otra guerra contra los filisteos, y Eljanán, hijo de Yaír, mató a
Lajmí, hermano de Goliat el de Gat, el asta de su lanza era como un enjullo
de tejedor.
6 Hubo guerra de nuevo en Gat y había un hombre de gran estatura,
que tenía veinticuatro dedos, seis en cada extremidad. También éste
descendía de Rafá.
7 Desafió a Israel y le mató Jonatán, hijo de Simá, hermano de David.
8 Estos descendían de Rafá de Gat y sucumbieron a manos de David y
de sus veteranos.

1 Crónicas 21

1 Alzóse Satán contra Israel, e incitó a David a hacer el censo del
pueblo.2 Dijo, pues, David a Joab y a los jefes del ejército: «Id, contad los
israelitas desde Berseba hasta Dan, y volved después para que yo sepa su
número.»
3 Respondió Joab: «¡Multiplique Yahveh su pueblo cien veces más de
lo que es! ¿Acaso no son, oh rey mi señor, todos ellos siervos de mi señor?
¿Por qué, pues, pide esto mi señor? ¿Por qué acarrear culpa sobre Israel?»
4 Pero prevaleció la orden del rey sobre Joab, de modo que éste salió y
recorrió todo Israel, volviéndose después a Jerusalén.
5 Joab entregó a David la cifra del censo del pueblo: había en todo
Israel 1.100.000 hombres capaces de manejar las armas; había en Judá
470.000 hombres capaces de manejar las armas.
6 No incluyó en este censo a Leví y Benjamín, porque Joab detestaba
la orden del rey.
7 Desagradó esto a Dios, por lo cual castigó a Israel.
8 Entonces dijo David a Dios: «He cometido un gran pecado haciendo
esto. Pero ahora perdona, te ruego, la falta de tu siervo, pues he sido muy
necio.»
9 Y Yahveh habló a Gad, vidente de David, en estos términos:
10 «Anda y di a David: Así dice Yahveh: Tres cosas te propongo;
elige una de ellas y la llevaré a cabo.»
11 Llegó Gad donde David y le dijo: «Así dice Yahveh: Elige para ti:
12 tres años de hambre, o tres meses de derrotas ante tus enemigos,
con la espada de tus enemigos a la espalda, o bien tres días durante los
cuales la espada de Yahveh y la peste anden por la tierra y el ángel de
Yahveh haga estragos en todo el territorio de Israel. Ahora, pues, mira qué
debo responder al que me envía.»
13 David respondió a Gad: «Estoy en gran angustia. Pero ¡caiga yo en
manos de Yahveh, que es grande su misericordia, y no caiga en manos de
los hombres!»
14 Yahveh envió la peste sobre Israel, y cayeron de Israel 70.000
hombres.
15 Mandó Dios un ángel contra Jerusalén para destruirla; pero cuando
ya estaba destruyéndola, miró Yahveh y se arrepintió del estrago, y dijo al
ángel Exterminador: «¡Basta ya; retira tu mano!» El ángel de Yahveh estaba
junto a la era de Ornán el jebuseo.
16 Alzando David los ojos vio al ángel de Yahveh que estaba entre la
tierra y el cielo con una espada desenvainada en su mano, extendida contra
Jerusalén. Entonces David y los ancianos, cubiertos de sayal, cayeron rostro
en tierra.
17 Y dijo David a Dios: «Yo fui quien mandé hacer el censo del
pueblo. Yo fui quien pequé, yo cometí el mal; pero estas ovejas, ¿qué han
hecho? ¡Oh Yahveh, Dios mío, caiga tu mano sobre mí y sobre la casa de
mi padre, y no haya plaga entre tu pueblo!»
18 Entonces el ángel de Yahveh dijo a Gad que diera a David la orden
de subir para alzar un altar a Yahveh en la era de Ornán el jebuseo.19 Subió David, según la orden que Gad le había dado en nombre de
Yahveh.
20 Ornán, que estaba trillando el trigo, se volvió y, al ver al ángel, él y
sus cuatro hijos se escondieron.
21 Cuando David llegó junto a Ornán, miró Ornán y, viendo a David,
salió de la era y postróse ante David, rostro en tierra.
22 Dijo David a Ornán: «Dame el sitio de esta era para erigir en él un
altar a Yahveh – dámelo por su justo valor en plata – para que la plaga se
retire del pueblo.»
23 Respondió Ornán a David: «Tómalo, y haga mi señor el rey lo que
bien le parezca. Mira que te doy los bueyes para holocaustos, los trillos para
leña y el trigo para la ofrenda; todo te lo doy.»
24 Replicó el rey David a Ornán: «No; quiero comprártelo por su justo
precio, pues no tomaré para Yahveh lo que es tuyo, ni ofreceré holocaustos
de balde.»
25 Y David dio a Ornán por el sitio la suma de seiscientos siclos de
oro.
26 David erigió allí un altar a Yahveh y ofreció holocaustos y
sacrificios de comunión e invocó a Yahveh, el cual le respondió con fuego
del cielo sobre el altar del holocausto.
27 Entonces Yahveh ordenó al ángel que volviera la espada a la vaina.
28 En aquel tiempo, al ver David que Yahveh le había respondido en
la era de Ornán el jebuseo, ofreció allí sacrificios.
29 Pues la Morada de Yahveh, que Moisés había hecho en el desierto,
y el altar de los holocaustos, estaban a la sazón en el alto de Gabaón;
30 pero David no se había atrevido a presentarse delante de Dios para
consultarle, porque estaba aterrado ante la espada del ángel de Yahveh.

1 Crónicas 22

1 Entonces dijo David: «¡Aquí está la Casa de Yahveh Dios, y aquí el
altar de los holocaustos para Israel!»
2 Mandó, pues, David reunir a los forasteros residentes en la tierra de
Israel, y designó canteros que preparasen piedras talladas para la
construcción de la Casa de Dios.
3 Preparó también David hierro en abundancia para la clavazón de las
hojas de las puertas y para las grapas, incalculable cantidad de bronce,
4 y madera de cedro innumerable, pues los sidonios y los tirios
trajeron a David madera de cedro en abundancia.
5 Porque David se decía: «Mi hijo Salomón es todavía joven y débil, y
la Casa que ha de edificarse para Yahveh debe ser grandiosa sobre toda
ponderación, para tener nombre y gloria en todos los países. Así que le haré
yo los preparativos.» Hizo David, en efecto, grandes preparativos antes de
su muerte.
6 Después llamó a su hijo Salomón y le mandó que edificase una Casa
para Yahveh, el Dios de Israel.7 Dijo David a Salomón: «Hijo mío, yo había deseado edificar una
Casa al nombre de Yahveh, mi Dios.
8 Pero me fue dirigida la palabra de Yahveh, que me dijo: “Tú has
derramado mucha sangre y hecho grandes guerras; no podrás edificar tú la
Casa a mi nombre, porque has derramado en tierra mucha sangre delante de
mí.
9 Mira que te va a nacer un hijo, que será hombre de paz; le concederé
paz con todos sus enemigos en derredor, porque Salomón será su nombre y
en sus días concederé paz y tranquilidad a Israel.
10 El edificará una Casa a mi nombre; él será para mí un hijo y yo
seré para él un padre y consolidaré el trono de su reino sobre Israel para
siempre.”
11 Ahora, pues, hijo mío, que Yahveh sea contigo, para que logres
edificar la Casa de Yahveh tu Dios, como él de ti lo ha predicho.
12 Quiera Yahveh concederte prudencia y entendimiento y darte
órdenes sobre Israel, para que guardes la Ley de Yahveh tu Dios.
13 No prosperarás si no cuidas de cumplir los decretos y las normas
que Yahveh ha prescrito a Moisés para Israel. ¡Sé fuerte y ten buen ánimo!
¡No temas ni desmayes!
14 Mira lo que yo he preparado en mi pequeñez para la Casa de
Yahveh: 100.000 talentos de oro, un millón de talentos de plata y una
cantidad de cobre y de hierro incalculable por su abundancia. He preparado
también maderas y piedras que tú podrás aumentar.
15 Y tienes a mano muchos obreros, canteros, artesanos en piedra y en
madera, expertos en toda clase de obras.
16 El oro, la plata, el bronce y el hierro son sin número. ¡Levántate,
pues! Manos a la obra y que Yahveh sea contigo.»
17 Mandó David a todos los jefes de Israel que ayudasen a su hijo
Salomón:
18 «¿No está con vosotros Yahveh vuestro Dios? ¿Y no os ha dado
paz por todos lados? Pues él ha entregado en mis manos a los habitantes del
país y el país está sujeto ante Yahveh y ante su pueblo.
19 Aplicad ahora vuestro corazón y vuestra alma a buscar a Yahveh
vuestro Dios. Levantaos y edificad el santuario de Yahveh Dios, para
trasladar el arca de la alianza de Yahveh y los utensilios del santuario de
Dios a la Casa que ha de edificarse al Nombre de Yahveh.»

1 Crónicas 23

1 Viejo ya David y colmado de días, proclamó a su hijo Salomón rey
de Israel.
2 Reunió a todos los jefes de Israel, a los sacerdotes y a los levitas,
3 y se hizo el censo de los levitas de treinta años para arriba; su
número, contado por cabezas uno a uno, fue de 38.000 varones.
4 De éstos, 24.000 estaban al frente del servicio de la Casa de Yahveh;
6.000 eran escribas y jueces,5 4.000 eran porteros y 4.000 alababan a Yahveh con los instrumentos
que David había fabricado para rendir alabanzas.
6 David los distribuyó por clases, según los hijos de Leví: Guersón,
Quehat y Merarí.
7 De los guersonitas: Ladán y Simí.
8 Hijos de Ladán: Yejiel, el primero, Zetam y Joel, tres.
9 Hijos de Simí: Selomit, Jaziel y Harán, tres. Estos son los jefes de
las casas paternas de Ladán.
10 Hijos de Simí: Yájat, Zizá, Yeús y Beriá. Estos eran los cuatro
hijos de Simí.
11 Yájat era el jefe, Zizá, el segundo, Yeús y Beriá no tuvieron
muchos hijos, por lo cual representaron en el censo una sola casa paterna.
12 Hijos de Quehat: Amram, Yishar, Hebrón y Uzziel, cuatro.
13 Hijos de Amram: Aarón y Moisés. Aarón fue separado, juntamente
con sus hijos, para consagrar por siempre las cosas sacratísimas, para
quemar incienso ante Yahveh, para servirle y para bendecir en su nombre
por siempre.
14 En cuanto a Moisés, varón de Dios, sus hijos fueron contados en la
tribu de Leví.
15 Hijos de Moisés: Guersom y Eliezer.
16 Hijos de Guersom: Sebuel, el primero.
17 Hijos de Eliezer: Rejabías, el primero. Eliezer no tuvo más hijos,
pero los hijos de Rejabías fueron muy numerosos.
18 Hijos de Yishar: Selomit, el primero,
19 Hijos de Hebrón: Yeriyyías, el primero, Amarías, el segundo,
Yajaziel, el tercero y Yecamam, el cuarto.
20 Hijos de Uzziel: Miká, el primero y Yissías el segundo.
21 Hijos de Merarí: Majlí y Musí. Hijos de Majlí: Eleazar y Quis.
22 Eleazar murió sin tener hijos; sólo tuvo hijas, a las que los hijos de
Quis, sus hermanos, tomaron por mujeres.
23 Hijos de Musí: Majlí, Eder y Yeremot, tres.
24 Estos son los hijos de Leví, según sus casas paternas, los cabezas
de familia, según el censo de ellos, contados nominalmente uno por uno.
Estaban encargados del servicio de la Casa de Yahveh desde la edad de
veinte años en adelante.
25 Pues David había dicho: «Yahveh, el Dios de Israel, ha dado
reposo a su pueblo y mora en Jerusalén para siempre.
26 Y en cuanto a los levitas, ya no tendrán que transportar la Morada,
con todos los utensilios de su servicio.»
27 Conforme a estas últimas disposiciones de David, se hizo el
cómputo de los hijos de Leví de veinte años para arriba.
28 Estaban a las órdenes de los hijos de Aarón, para el servicio de la
Casa de Yahveh, teniendo a su cargo los atrios y las cámaras, la limpieza de
todas las cosas sagradas y la obra del servicio de la Casa de Dios;29 asimismo tenían a su cargo disponer en filas los panes, la flor de
harina para la oblación, las tortas sin levadura, lo frito en la sartén, lo
cocido y toda clase de medidas de capacidad y longitud.
30 «Tenían que estar presentes todas las mañanas y todas las tardes
para celebrar y alabar a Yahveh
31 y para ofrecer todos los holocaustos a Yahveh en los sábados,
novilunios y solemnidades, según su número y su rito especial, delante de
Yahveh para siempre,
32 guardando en el servicio de la Casa de Dios el ritual de la Tienda
del Encuentro, el ritual del santuario y el ritual de los hijos de Aarón, sus
hermanos.

1 Crónicas 24

1 Estas son las clases de los hijos de Aarón. Hijos de Aarón: Nadab,
Abihú, Eleazar e Itamar.
2 Nadab y Abihú murieron antes que su padre, sin tener hijos, de
modo que ejercieron las funciones sacerdotales Eleazar e Itamar.
3 David, junto con Sadoq, de los hijos de Itamar, los clasificó y los
inscribió en el registro según sus funciones.
4 Se hallaron entre los hijos de Eleazar más varones que entre los hijos
de Itamar, por lo que se dividió a los hijos de Eleazar en dieciséis jefes de
casas paternas; y a los hijos de Itamar, en ocho jefes de casas paternas.
5 Los repartieron por suertes a unos y otros; porque había jefes del
santuario y jefes de Dios, tanto entre los hijos de Eleazar como entre los
hijos de Itamar.
6 Semaías, hijo de Natanael, escriba, uno de los levitas, los inscribió
en presencia del rey y de los jefes, y en presencia del sacerdote Sadoq, de
Ajimélek, hijo de Abiatar, y de los jefes de familias sacerdotales y levíticas.
Se sacaba a suertes: una vez para Itamar y dos veces para Eleazar.
7 Tocó la primera suerte a Yehoyarib; la segunda a Yedaías;
8 la tercera a Jarim; la cuarta a Seorim;
9 la quinta a Malkiyías; la sexta a Miyyamín;
10 la séptima a Haqcós; la octava a Abías;
11 la novena a Yesúa; la décima a Sekanías;
12 la once a Elyasib; la doce a Yaquín;
13 la trece a Juppá; la catorce a Yisbáal;
14 la quince a Bilgá; la dieciséis a Immer;
15 la diecisiete a Jezir; la dieciocho a Happissés;
16 la diecinueve a Petajías; la veinte a Ezequiel;
17 la veintiuna a Yakín; la veintidós a Gamul;
18 la veintitrés a Delaías; la veinticuatro a Maazías.
19 Fueron inscritos en el registro según sus servicios para entrar en la
Casa de Yahveh conforme al reglamento que Yahveh, el Dios de Israel,
había prescrito por medio de Aarón, padre de ellos.
20 Respecto de los otros hijos de Leví: De los hijos de Amram:
Subael. De los hijos de Subael: Yejdeías.21 De Rejabías: de los hijos de Rejabías, Yissiyías era el primero.
22 De los yisharitas, Selomot; de los hijos de Selomot, Yájat.
23 Hijos de Hebrón: Yeriyías, el primero; Amarías, el segundo;
Yajaziel, el tercero; Yecamam, el cuarto.
24 Hijos de Uzziel: Miká; de los hijos de Miká, Samir;
25 Yissiyías era hermano de Miká; de los hijos de Yissiyías, Zacarías.
26 Hijos de Merarí: Majlí y Musí. Hijos de Yaaziyías, su hijo;
27 hijos de Metarí por la línea de Yaaziyías, su hijo: Soham, Zakkur e
Ibrí.
28 De Majlí: Eleazar, que no tuvo hijos.
29 De Quis: los hijos de Quis: Yerajmeel.
30 Hijos de Musí: Majlí, Eder y Yerimot. Estos fueron los hijos de los
levitas según sus casas paternas.
31 También éstos entraron en suerte de la misma manera que sus
hermanos, los hijos de Aarón, en presencia del rey David, Sadoq, Ajimélek
y los cabezas de familias sacerdotales y los levitas, siendo tratadas las
primeras familias igual que las últimas.

Proverbios 14

1 La Sabiduría edifica su casa; le Necedad con sus manos la destruye.
2 Quien anda en rectitud, teme a Yahveh; el de torcido camino le
desprecia.
3 En la boca del necio hay una raíz de orgullo, pero los labios de los
sabios los protegen.
4 Donde no hay bueyes, pesebre vacío; cosecha abundante con la
fuerza del toro.
5 Testigo veraz no miente, testigo falso respira mentiras.
6 Busca el arrogante la sabiduría pero en vano, al inteligente la ciencia
le es fácil.
7 Apártate del hombre necio, pues no conocerías labios doctos.
8 Sabiduría del cauto es atender a su conducta, la necedad de los
tontos es engaño.
9 De los necios se aparta el sacrificio expiatorio, pero entre los rectos
se encuentra el favor de Dios.
10 El corazón conoce su propia amargura, y con ningún extraño
comparte su alegría.
11 La casa de los malos será destruida, la tienda de los rectos
florecerá.
12 Hay caminos que parecen rectos, pero, al cabo, son caminos de
muerte.
13 También en el reír padece el corazón, y al cabo la alegría es dolor.
14 El perverso de corazón está satisfecho de su conducta, y el hombre
de bien, de sus obras.
15 El simple cree cuanto se dice, el cauto medita sus propios pasos.16 El sabio teme el mal y de él se aparta, el necio es presuntuoso y
confiado.
17 El de genio pronto, hace necedades, el hombre artero es odiado.
18 La herencia de los simples es la necedad, los cautos son coronados
de ciencia.
19 Los malos se postran ante los buenos, los malvados a la puerta de
los justos.
20 Incluso a su vecino es odioso el pobre, pero son muchos los amigos
del rico.
21 Quien desprecia a su vecino comete pecado; dichoso el que tiene
piedad de los pobres.
22 ¿No andan extraviados los que planean el mal?; amor y lealtad a
los que planean el bien.
23 Todo trabajo produce abundancia, la charlatanería sólo indigencia.
24 Corona de los sabios es la riqueza, la necedad de los insensatos es
necedad.
25 Salvador de vidas es el testigo veraz, quien profiere mentira es un
impostor.
26 El temor de Yahveh es seguridad inexpugnable; sus hijos tendrán
en él refugio.
27 El temor de Yahveh es fuente de vida, para apartarse de las trampas
de la muerte.
28 Pueblo numeroso, gloria del rey; pueblo escaso, ruina del príncipe.
29 El tardo a la ira tiene gran prudencia, el de genio pronto pone de
manifiesto su necedad
30 El corazón manso es vida del cuerpo; la envidia es caries de los
huesos.
31 Quien oprime al débil, ultraja a su Hacedor; mas el que se apiada
del pobre, le da gloria.
32 El malo es derribado por su propia malicia, el justo en su integridad
halla refugio.
33 En corazón inteligente descansa la sabiduría, en el corazón de los
necios no es conocida.
34 La justicia eleva a las naciones, el pecado es la vergüenza de los
pueblos.
35 El favor del rey para el siervo prudente; y su cólera para el que le
avergüenza.

Proverbios 15

1 Una respuesta suave calma el furor, una palabra hiriente aumenta la
ira.
2 La lengua de los sabios hace agradable la ciencia, la boca de los
insensatos esparce necedad.
3 En todo lugar, los ojos de Yahveh, observando a los malos y a los
buenos.
4 Lengua mansa, árbol de vida, lengua perversa rompe el alma.5 El tonto desprecia la corrección de su padre; quien sigue la
reprensión es cauto.
6 La casa del justo abunda en riquezas, en las rentas del malo no falta
inquietud.
7 Los labios de los sabios siembran ciencia, pero no así el corazón de
los necios.
8 Yahveh abomina el sacrificio de los malos; la oración de los rectos
alcanza su favor.
9 Yahveh abomina el camino malo; y ama al que va tras la justicia.
10 Corrección severa a quien deja el camino; el que odia la reprensión
perecerá.
11 Seol y Perdición están ante Yahveh: ¡cuánto más los corazones de
los hombres!
12 El arrogante no quiere ser reprendido, no va junto a los sabios.
13 Corazón alegre hace buena cara, corazón en pena deprime el
espíritu.
14 Corazón inteligente busca la ciencia, los labios de los necios se
alimentan de necedad.
15 Todos los días del pobre son malos, para el corazón dichoso,
banquetes sin fin.
16 Mejor es poco con temor de Yahveh, que gran tesoro con
inquietud.
17 Más vale un plato de legumbres, con cariño, que un buey cebado,
con odio.
18 El hombre violento provoca disputas, el tardo a la ira aplaca las
querellas.
19 El camino del perezoso es como un seto de espinos. la senda de los
rectos es llana.
20 El hijo sabio es la alegría de su padre, el hombre necio desprecia a
su madre.
21 La necedad alegra al insensato, el hombre inteligente camina en
derechura.
22 Donde no hay consultas, los planes fracasan; con muchos
consejeros, se llevan a cabo.
23 El hombre halla alegría en la respuesta de su boca; una palabra a
tiempo, ¡qué cosa más buena!
24 Camino de la vida, hacia arriba, para el sabio, para que se aparte
del seol, que está abajo.
25 La casa de los soberbios la destruye Yahveh, y mantiene en pie los
linderos de la viuda.
26 Yahveh abomina los proyectos perversos; pero son puras las
palabras agradables.
27 Quien se da al robo, perturba su casa, quien odia los regalos, vivirá.
28 El corazón del justo recapacita para responder, la boca de los malos
esparce maldades.
29 Yahveh se aleja de los malos, y escucha la plegaria de los justos.30 Una mirada luminosa alegra el corazón, una buena noticia reanima
el vigor.
31 Oído que escucha reprensión saludable, tiene su morada entre los
sabios.
32 Quien desatiende la corrección se desprecia a sí mismo, quien
escucha la reprensión adquiere sensatez.
33 El temor de Yahveh instruye en sabiduría: y delante de la gloria va
la humildad.

2 Corintios 13

1 Por tercera vez voy a vosotros. = Por la palabra de dos o tres testigos
se zanjará todo asunto. =
2 Ya lo tengo dicho a los que anteriormente pecaron y a todos los
demás, y vuelvo a decirlo de antemano ahora que estoy ausente, lo mismo
que la segunda vez estando presente: Si vuelvo otra vez, obraré sin
miramientos,
3 ya que queréis una prueba de que habla en mí Cristo, el cual no es
débil para con vosotros, sino poderoso entre vosotros.
4 Pues, ciertamente, fue crucificado en razón de su flaqueza, pero está
vivo por la fuerza de Dios. Así también nosotros: somos débiles en él, pero
viviremos con él por la fuerza de Dios sobre vosotros.
5 Examinaos vosotros mismos si estáis en la fe. Probaos a vosotros
mismos. ¿No reconocéis que Jesucristo está en vosotros? ¡A no ser que os
encontréis ya reprobados!
6 Espero que reconoceréis que nosotros no estamos reprobados.
7 Rogamos a Dios que no hagáis mal alguno. No para que nosotros
aparezcamos probados, sino para que obréis el bien, aun cuando
quedáramos nosotros reprobados.
8 Pues nada podemos contra la verdad, sino sólo a favor de la verdad.
9 Ciertamente, nos alegramos cuando somos nosotros débiles y
vosotros fuertes. Lo que pedimos es vuestro perfeccionamiento.
10 Por eso os escribo esto ausente, para que, presente, no tenga que
obrar con severidad conforme al poder que me otorgó el Señor para edificar
y no para destruir.
11 Por lo demás, hermanos, alegraos; sed perfectos; animaos; tened un
mismo sentir; vivid en paz, y el Dios de la caridad y de la paz estará con
vosotros.
12 Saludaos mutuamente con el beso santo. Todos los santos os
saludan.
13 La gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios y la comunión del
Espíritu Santo sean con todos vosotros.

EPÍSTOLA A LOS ROMANOS

Romanos 1

1 Pablo, siervo de Cristo Jesús, apóstol por vocación, escogido para el
Evangelio de Dios,
2 que había ya prometido por medio de sus profetas en las Escrituras
Sagradas,
3 acerca de su Hijo, nacido del linaje de David según la carne,
4 constituido Hijo de Dios con poder, según el Espíritu de santidad,
por su resurrección de entre los muertos, Jesucristo Señor nuestro,
5 por quien recibimos la gracia y el apostolado, para predicar la
obediencia de la fe a gloria de su nombre entre todos los gentiles,
6 entre los cuales os contáis también vosotros, llamados de Jesucristo,
7 a todos los amados de Dios que estáis en Roma, santos por
vocación, a vosotros gracia y paz, de parte de Dios nuestro Padre y del
Señor Jesucristo.
8 Ante todo, doy gracias a mi Dios por medio de Jesucristo, por todos
vosotros, pues vuestra fe es alabada en todo el mundo.
9 Porque Dios, a quien venero en mi espíritu predicando el Evangelio
de su Hijo, me es testigo de cuán incesantemente me acuerdo de vosotros,
10 rogándole siempre en mis oraciones, si es de su voluntad, encuentre
por fin algún día ocasión favorable de llegarme hasta vosotros,
11 pues ansío veros, a fin de comunicaros algún don espiritual que os
fortalezca,
12 o más bien, para sentir entre vosotros el mutuo consuelo de la
común fe: la vuestra y la mía.13 Pues no quiero que ignoréis, hermanos, las muchas veces que me
propuse ir a vosotros – pero hasta el presente me he visto impedido – con la
intención de recoger también entre vosotros algún fruto, al igual que entre
los demás gentiles.
14 Me debo a los griegos y a los bárbaros; a los sabios y a los
ignorantes:
15 de ahí mi ansia por llevaros el Evangelio también a vosotros,
habitantes de Roma.
16 Pues no me avergüenzo del Evangelio, que es una fuerza de Dios
para la salvación de todo el que cree: del judío primeramente y también del
griego.
17 Porque en él se revela la justicia de Dios, de fe en fe, como dice la
Escritura: = El justo vivirá por la fe. =
18 En efecto, la cólera de Dios se revela desde el cielo contra toda
impiedad e injusticia de los hombres que aprisionan la verdad en la
injusticia;
19 pues lo que de Dios se puede conocer, está en ellos manifiesto:
Dios se lo manifestó.
20 Porque lo invisible de Dios, desde la creación del mundo, se deja
ver a la inteligencia a través de sus obras: su poder eterno y su divinidad, de
forma que son inexcusables;
21 porque, habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios
ni le dieron gracias, antes bien se ofuscaron en sus razonamientos y su
insensato corazón se entenebreció:
22 jactándose de sabios se volvieron estúpidos,
23 y = cambiaron la gloria = del Dios incorruptible = por una
representación = en forma de hombre corruptible, de aves, de cuadrúpedos,
de reptiles.
24 Por eso Dios los entregó a las apetencias de su corazón hasta una
impureza tal que deshonraron entre sí sus cuerpos;
25 a ellos que cambiaron la verdad de Dios por la mentira, y adoraron
y sirvieron a la criatura en vez del Creador, que es bendito por los siglos.
Amén.
26 Por eso los entregó Dios a pasiones infames; pues sus mujeres
invirtieron las relaciones naturales por otras contra la naturaleza;
27 igualmente los hombres, abandonando el uso natural de la mujer, se
abrasaron en deseos los unos por los otros, cometiendo la infamia de
hombre con hombre, recibiendo en sí mismos el pago merecido de su
extravío.
28 Y como no tuvieron a bien guardar el verdadero conocimiento de
Dios, entrególos Dios a su mente insensata, para que hicieran lo que no
conviene:
29 llenos de toda injusticia, perversidad, codicia, maldad, henchidos
de envidia, de homicidio, de contienda, de engaño, de malignidad,
chismosos,30 detractores, enemigos de Dios, ultrajadores, altaneros, fanfarrones,
ingeniosos para el mal, rebeldes a sus padres,
31 insensatos, desleales, desamorados, despiadados,
32 los cuales, aunque conocedores del veredicto de Dios que declara
dignos de muerte a los que tales cosas practican, no solamente las practican,
sino que aprueban a los que las cometen.

Romanos 2

1 Por eso, no tienes excusa quienquiera que seas, tú que juzgas, pues
juzgando a otros, a ti mismo te condenas, ya que obras esas mismas cosas tú
que juzgas,
2 y sabemos que el juicio de Dios es según verdad contra los que
obran semejantes cosas.
3 Y ¿te figuras, tú que juzgas a los que cometen tales cosas y las
cometes tú mismo, que escaparás al juicio de Dios?
4 O ¿desprecias, tal vez, sus riquezas de bondad, de paciencia y de
longanimidad, sin reconocer que esa bondad de Dios te impulsa a la
conversión?
5 Por la dureza y la impenitencia de tu corazón vas atesorando contra
ti cólera para el día de la cólera y de la revelación del justo juicio de Dios,
6 el cual = dará a cada cual según sus obras: =
7 a los que, por la perseverancia en el bien busquen gloria, honor e
inmortalidad: vida eterna;
8 mas a los rebeldes, indóciles a la verdad y dóciles a la injusticia:
cólera e indignación.
9 Tribulación y angustia sobre toda alma humana que obre el mal: del
judío primeramente y también del griego;
10 en cambio, gloria, honor y paz a todo el que obre el bien; al judío
primeramente y también al griego;
11 que no hay acepción de personas en Dios.
12 Pues cuantos sin ley pecaron, sin ley también perecerán; y cuantos
pecaron bajo la ley, por la ley serán juzgados;
13 que no son justos delante de Dios los que oyen la ley, sino los que
la cumplen: ésos serán justificados.
14 En efecto, cuando los gentiles, que no tienen ley, cumplen
naturalmente las prescripciones de la ley, sin tener ley, para sí mismos son
ley;
15 como quienes muestran tener la realidad de esa ley escrita en su
corazón, atestiguándolo su conciencia, y los juicios contrapuestos de
condenación o alabanza…
16 en el día en que Dios juzgará las acciones secretas de los hombres,
según mi Evangelio, por Cristo Jesús.
17 Pero si tú, que te dices judío y descansas en la ley; que te glorías en
Dios;
18 que conoces su voluntad; que disciernes lo mejor, amaestrado por
la ley,19 y te jactas de ser guía de ciegos, luz de los que andan en tinieblas,
20 educador de ignorantes, maestro de niños, porque posees en la ley
la expresión misma de la ciencia y de la verdad…
21 pues bien, tú que instruyes a los otros ¡a ti mismo no te instruyes!
Predicas: ¡no robar!, y ¡robas!
22 Prohíbes el adulterio, y ¡adulteras! Aborreces los ídolos, y ¡saqueas
sus templos!
23 Tú que te glorías en la ley, transgrediéndola deshonras a Dios.
24 Porque, como dice la Escritura, = el nombre de Dios, por vuestra
causa, es blasfemado entre las naciones. =
25 Pues la circuncisión, en verdad, es útil si cumples la ley; pero si
eres un transgresor de la ley, tu circuncisión se vuelve incircuncisión.
26 Mas si el incircunciso guarda las prescripciones de la ley ¿no se
tendrá su incircuncisión como circuncisión?
27 Y el que, siendo físicamente incircunciso, cumple la ley, te juzgará
a ti, que con la letra y la circuncisión eres transgresor de la ley.
28 Pues no está en el exterior el ser judío, ni es circuncisión la externa,
la de la carne.
29 El verdadero judío lo es en el interior, y la verdadera circuncisión,
la del corazón, según el espíritu y no según la letra. Ese es quien recibe de
Dios la gloria y no de los hombres.

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