Isaías 9
1 El pueblo que andaba a oscuras
2 vio una luz grande. Los que vivían en tierra de sombras, una luz
brilló sobre ellos. Acrecentaste el regocijo, hiciste grande la alegría. Alegría
por tu presencia, cual la alegría en la siega, como se regocijan repartiendo
botín.
3 Porque el yugo que les pesaba y la pinga de su hombro – la vara de
su tirano – has roto, como el día de Madián.
4 Porque toda bota que taconea con ruido, y el manto rebozado en
sangre serán para la quema, pasto del fuego.
5 Porque una criatura nos ha nacido, un hijo se nos ha dado. Estará el
señorío sobre su hombro, y se llamará su nombre «Maravilla de Consejero»,
«Dios Fuerte», «Siempre Padre», «Príncipe de Paz».
6 Grande es su señorío y la paz no tendrá fin sobre el trono de David y
sobre su reino, para restaurarlo y consolidarlo por la equidad y la justicia,
Desde ahora y hasta siempre, el celo de Yahveh Sebaot hará eso.
7 Una palabra ha proferido el Señor en Jacob, y ha caído en Israel.
8 Sabedla, pueblo todo, Efraím y los habitantes de Samaría, los que
con arrogancia y engreimiento dicen:
9 «Los ladrillos han caído, pero de sillar edificaremos; los sicómoros
fueron talados, pero por cedros los cambiaremos.»
10 Pues bien, Yahveh ha dado ventaja a su adversario, Rasón, y azuzó
a sus enemigos:
11 Aram por delante y los filisteos por detrás, devoraron a Israel a
boca llena. Con todo eso no se ha calmado su ira, y aún sigue su mano
extendida.
12 Pero el pueblo no se volvió hacia el que le castigaba, no buscaron a
Yahveh Sebaot.
13 Por eso ha cercenado Yahveh a Israel cabeza y cola, palmera y
junco, en un mismo día.
14 El anciano y honorable es la cabeza, y el profeta impostor es la
cola.
15 Los directores de este pueblo han resultado desviadores, y sus
dirigidos, extraviados.
16 Por eso, de sus jóvenes no se apiadará el Señor, con sus huérfanos
y viudas no tendrá misericordia, pues todos son impíos y malvados, y toda
boca profiere majadería Con todo eso no se ha calmado su ira, y aún sigue
su mano extendida.
17 Porque ha ardido como fuego la maldad, zarza y espino devora, y
va a prender en las espesuras del bosque: ya se estiran en columna de humo.
18 Por el arrebato de Yahveh la tierra ha sido quemada, y es el pueblo
como pasto de fuego; nadie tiene piedad de su hermano,
19 Corta a diestra y queda con hambre, come a siniestra y no se sacia;
cada uno se come la carne de su brazo.
20 Manasés devora a Efraím Efraím a Manasés, y ambos a una van
contra Judá. Con todo eso no se ha calmado su ira, y aún sigue su mano
extendida.
Isaías 10
1 ¡Ay! los que decretan decretos inicuos, y los escribientes que
escriben vejaciones,
2 excluyendo del juicio a los débiles, atropellando el derecho de los
míseros de mi pueblo, haciendo de las viudas su botín, y despojando a los
huérfanos.
3 Pues ¿qué haréis para el día de la cuenta y la devastación que de
lontananza viene? ¿a quién acudiréis para pedir socorro? ¿dónde dejaréis
vuestra gravedad?
4 Con tal de no arrodillarse entre los prisioneros, entre los muertos
caerían. Con todo eso no se ha calmado su ira, y aún sigue su mano
extendida.
5 ¡Ay, Asur, bastón de mi ira, vara que mi furor maneja!
6 Contra gente impía voy a guiarlo, contra el pueblo de mi cólera voy
a mandarlo, a saquear saqueo y pillar pillaje, y hacer que lo pateen como el
lodo de las calles.
7 Pero él no se lo figura así, ni su corazón así lo estima, sino que su
intención es arrasar y exterminar gentes no pocas.
8 Pues dice: «¿No son mis jefes todos ellos reyes?
9 ¿No es Kalnó como Karkemis? ¿No es Jamat como Arpad? ¿No es
Samaría como Damasco?
10 Como alcanzó mi mano a los reinos de los ídolos – cuyas estatuas
eran más que las de Jerusalén y Samaría –
11 como hice con Samaría y sus ídolos, ¿no haré asimismo con
Jerusalén y sus simulacros?»
12 Pues bien, cuando hubiere dado remate el Señor a todas sus
empresas en el monte Sión y en Jerusalén, pasará revista al fruto del
engreimiento del rey de Asur y al orgullo altivo de sus ojos.
13 Porque dijo: «Con el poder de mi mano lo hice, y con mi sabiduría,
porque soy inteligente, he borrado las fronteras de los pueblos, sus
almacenes he saqueado, y he abatido como un fuerte a sus habitantes.
14 Como un nido ha alcanzado mi mano la riqueza de los pueblos, y
como se recogen huevos abandonados, he recogido yo toda la tierra, y no
hubo quien aleteara ni abriera el pico ni piara.»
15 ¿Acaso se jacta el hacha frente al que corta con ella? ¿o se tiene por
más grande la sierra que el que la blande? ¡como si la vara moviera al que
la levanta! ¡como si a quien no es madera el bastón alzara!
16 Por eso enviará Yahveh Sebaot entre sus bien comidos,
enflaquecimiento, y, debajo de su opulencia, encenderá un incendio como
de fuego.
17 La luz de Israel vendrá a ser fuego, y su Santo, llama; arderá y
devorará su espino y su zarza en un solo día,
18 y el esplendor de su bosque y de su vergel en alma y en cuerpo será
consumido: será como el languidecer de un enfermo.
19 Lo que quede de los árboles de su bosque será tan poco, que un
niño los podrá contar.
20 Aquel día no volverán ya el resto de Israel y los bien librados de la
casa de Jacob a apoyarse en el que los hiere, sino que se apoyarán con
firmeza en Yahveh.
21 Un resto volverá, el resto de Jacob, al Dios poderoso.
22 Que aunque sea tu pueblo, Israel, como la arena del mar, sólo un
resto de él volverá. Exterminio decidido, rebosante de justicia.
23 Porque es un exterminio decidido lo que Yahveh Sebaot realizará
en medio de toda la tierra.
24 Por tanto, así dice el Señor Yahveh Sebaot: «No temas, pueblo mío
que moras en Sión, a Asur que con la vara te da golpes y su bastón levanta
contra ti (en el camino de Egipto).
25 Porque un poquito más y se habrá consumado el furor, y mi ira los
consumirá.»
26 Despertará contra él Yahveh Sebaot un azote, como cuando la
derrota de Madián en la peña de Horeb, o cuando levantó su bastón contra
el mar en el camino de Egipto.
27 Aquel día te quitará su carga de encima del hombro y su yugo de
sobre tu cerviz será arrancado. Y el yugo será destruido (…)
28 Vino sobre Ayyat, pasó por Migrón, en Mikmás pasó revista.
29 Han pasado el Vado: «Haremos noche en Gueba.» Temblaba
Ramá, Guibeá de Saúl huía.
30 ¡Da gritos de júbilo, Bat Gallim, escucha Laisa! ¡Respóndele,
Anatot!
31 Se desbandó Madmená. Los habitantes de Guebim se han puesto a
salvo.
32 Hoy mismo en Nob haciendo alto menea su mano contra el Monte
de la hija de Sión, la colina de Jerusalén.
33 He aquí que el Señor Yahveh Sebaot sacude el ramaje con
estrépito; las guías más altas están partidas y las elevadas van a caer.
34 Golpeará las espesuras del bosque con el hierro, y por los golpes de
un Poderoso, caerá.
Isaías 11
1 Saldrá un vástago del tronco de Jesé, y un retoño de sus raíces
brotará.
2 Reposará sobre él el espíritu de Yahveh: espíritu de sabiduría e
inteligencia, espíritu de consejo y fortaleza, espíritu de ciencia y temor de
Yahveh.
3 Y le inspirará en el temor de Yahveh. No juzgará por las apariencias,
ni sentenciará de oídas.
4 Juzgará con justicia a los débiles, y sentenciará con rectitud a los
pobres de la tierra. Herirá al hombre cruel con la vara de su boca, con el
soplo de sus labios matará al malvado.
5 Justicia será el ceñidor de su cintura, verdad el cinturón de sus
flancos.
6 Serán vecinos el lobo y el cordero, y el leopardo se echará con el
cabrito, el novillo y el cachorro pacerán juntos, y un niño pequeño los
conducirá.
7 La vaca y la osa pacerán, juntas acostarán sus crías, el león, como
los bueyes, comerá paja.
8 Hurgará el niño de pecho en el agujero del áspid, y en la hura de la
víbora el recién destetado meterá la mano.
9 Nadie hará daño, nadie hará mal en todo mi santo Monte, porque la
tierra estará llena de conocimiento de Yahveh, como cubren las aguas el
mar.
10 Aquel día la raíz de Jesé que estará enhiesta para estandarte de
pueblos, las gentes la buscarán, y su morada será gloriosa.
11 Aquel día volverá el Señor a mostrar su mano para recobrar el resto
de su pueblo que haya quedado de Asur y de Egipto, de Patrós, de Kus, de
Elam, de Senaar, de Jamat y de las islas del mar.
12 Izará bandera a los gentiles, reunirá a los dispersos de Israel, y a los
desperdigados de Judá agrupará de los cuatro puntos cardinales.
13 Cesará la envidia de Efraím, y los opresores de Judá serán
exterminados. Efraím no envidiará a Judá y Judá no oprimirá a Efraím.
14 Ellos se lanzarán sobre la espalda de Filistea Marítima, a una
saquearán a los hijos de Oriente. Edom y Moab bajo el dominio de su
mano, y los ammonitas bajo su obediencia.
15 Secará Yahveh el golfo del mar de Egipto y agitará su mano contra
el Río. Con la violencia de su soplo lo partirá en siete arroyos, y hará
posible pasarlo en sandalias;
16 habrá un camino real para el resto de su pueblo que haya
sobrevivido de Asur, como lo hubo para Israel, cuando subió del país de
Egipto.
Isaías 12
1 Y dirás aquel día: «Yo te alabo, Yahveh, pues aunque te airaste
contra mí, se ha calmado tu ira y me has compadecido.
2 He aquí a Dios mi Salvador: estoy seguro y sin miedo, pues Yahveh
es mi fuerza y mi canción, él es mi salvación,»
3 Sacaréis agua con gozo de los hontanares de salvación.»
4 y diréis aquel día: «Dad gracias a Yahveh, aclamad su nombre,
divulgad entre los pueblos sus hazañas, pregonad que es sublime su
nombre.
5 Cantad a Yahveh, porque ha hecho algo sublime, que es digno de
saberse en toda la tierra.
6 Dad gritos de gozo y de júbilo, moradores de Sión, que grande es en
medio de ti el Santo de Israel.»
Isaías 13
1 Oráculo contra Babilonia, que contempló Isaías, hijo de Amós.
2 Sobre el monte pelado izad la bandera, levantad la voz a ellos, agitad
la mano y que entren por las puertas de los nobles.
3 Yo he mandado a mis consagrados y también he llamado a mis
valientes, para ejecutar mi ira a mis gallardos.
4 ¡Ruido estruendoso en los montes, como de mucha gente! ¡Ruido
estrepitoso de reinos, naciones reunidas! Yahveh Sebaot pasa revista a su
tropa de combate.
5 Vienen de tierra lejana, del cabo de los cielos, Yahveh y los
instrumentos de su enojo para arrasar toda la tierra.
6 Ululad, que cercano está el Día de Yahveh, como la destrucción de
Sadday viene.
7 Por eso todos los brazos decaen y todo corazón humano se derrite.
8 Se empavorecen, angustias y apuros les sobrecogen, cual parturienta
se duelen. Cada cual se asusta de su prójimo. Son los suyos rostros
llameantes.
9 He aquí que el Día de Yahveh viene implacable, el arrebato, el ardor
de su ira, a convertir la tierra en yermo y exterminar de ella a los pecadores.
10 Cuando las estrellas del cielo y la constelación de Orión no
alumbren ya, esté oscurecido el sol en su salida y no brille la luz de la luna,
11 pasaré revista al orbe por su malicia y a los malvados por su culpa.
Haré cesar la arrogancia de los insolentes, y la soberbia de los desmandados
humillaré.
12 Haré que el hombre sea más escaso que el oro fino, y la humanidad
más que metal de Ofir.
13 Por eso haré temblar los cielos, y se removerá la tierra de su sitio,
en el arrebato de Yahveh Sebaot, en el día de su ira hirviente.
14 Será como gacela acosada, como ovejas cuando no hay quien las
reúna: cada uno enfilará hacia su pueblo, cada uno huirá hacia su tierra.
15 Todo el que fuere descubierto será traspasado, y todo el que fuere
apresado caerá por la espada.
16 Sus párvulos serán estrellados ante sus ojos, serán saqueadas sus
casas, y sus mujeres violadas.
17 He aquí que yo despierto contra ellos a los medos, que no estiman
la plata, ni desean el oro.
18 Machacarán a todos sus muchachos, estrellarán a todas sus
muchachas, del fruto del vientre no se apiadarán ni de las criaturas tendrán
lástima sus ojos.
19 Babilonia, la flor de los reinos, prez y orgullo de Caldea, será
semejante a Sodoma y Gomorra, destruidas por Dios.
20 No será habitada jamás ni poblada en generaciones y generaciones,
ni pondrá tienda allí el árabe, ni pastores apacentarán allí.
21 Allí tendrán aprisco bestias del desierto y se llenarán sus casas de
mochuelos. Allí morarán las avestruces y los sátiros brincarán allí.
22 Se responderán las hienas en sus alcázares y los chacales en sus
palacios de recreo. Su hora está para llegar y sus días no tendrán prórroga.
Isaías 14
1 Cuando se compadezca Yahveh de Jacob y prefiera todavía a Israel,
los afincará en el solar de ellos, y se les juntarán forasteros, que serán
incorporados a la casa de Jacob.
2 Tomarán a otros pueblos y, llevándoselos a su lugar, se los apropiará
la casa de Israel sobre el solar de Yahveh como esclavos y esclavas. Harán
cautivos a sus cautivadores, y dominarán sobre sus tiranos.
3 Entonces, cuando te haya calmado Yahveh de tu disgusto y tu
desazón y de la dura servidumbre a que fuiste sometido,
4 dirigirás esta sátira al rey de Babilonia. Dirás: ¡Cómo ha acabado el
tirano, cómo ha cesado su arrogancia!
5 Ha quebrado Yahveh la vara de los malvados, el bastón de los
déspotas,
6 que golpeaba a los pueblos con saña golpes sin parar, que dominaba
con ira a las naciones acosándolas sin tregua.
7 Está tranquila y quieta la tierra toda, prorrumpe en aclamaciones.
8 Hasta los cipreses se alegran por ti, los cedros del Líbano: «Desde
que tú has caído en paz, no sube el talador a nosotros.»
9 El seol, allá abajo, se estremeció por ti saliéndote al encuentro; por ti
despierta a las sombras, a todos los jerifaltes de la tierra; hace levantarse de
sus tronos a los reyes de todas las naciones.
10 Todos ellos responden y te dicen: «¡También tú te has vuelto débil
como nosotros, y a nosotros eres semejante!
11 Ha sido precipitada al seol tu arrogancia al son de tus cítaras.
Tienes bajo ti una cama de gusanos, tus mantas son gusanera.
12 ¡Cómo has caído de los cielos, Lucero, hijo de la Aurora! ¡Has sido
abatido a tierra, dominador de naciones!
13 Tú que habías dicho en tu corazón: «Al cielo voy a subir, por
encima de las estrellas de Dios alzaré mi trono, y me sentaré en el Monte de
la Reunión, en el extremo norte.
14 Subiré a las alturas del nublado, me asemejaré al Altísimo.
15 ¡Ya!: al seol has sido precipitado, a lo más hondo del pozo.»
16 Los que te ven, en ti se fijan; te miran con atención: «¿Ese es aquél,
el que hacía estremecer la tierra, el que hacía temblar los reinos,
17 el que puso el orbe como un desierto, y asoló sus ciudades, el que a
sus prisioneros no abría la cárcel?»
18 Todos los reyes de las naciones, todos ellos yacen con honor, cada
uno en su morada.
19 Pero tú has sido arrojado fuera de tu sepulcro, como un brote
abominable, recubierto de muertos acuchillados, arrojados sobre las piedras
de la fosa, como cadáver pisoteado.
20 No tendrás con ellos sepultura, porque tu tierra has destruido, a tu
pueblo has asesinado. No se nombrará jamás la descendencia de los
malhechores.
21 Preparad a sus hijos degollina por la culpa de sus padres: no sea
que se levanten y se apoderen de la tierra, y llenen de ciudades la haz del
orbe.
22 Yo me alzaré contra ellos – oráculo de Yahveh Sebaot – y suprimiré
en Babilonia el nombre y resto, hijos y nietos – oráculo de Yahveh.
23 La convertiré en patrimonio de erizos y tierra pantanosa, la barreré
con escoba exterminadora – oráculo de Yahveh Sebaot.
24 Ha jurado Yahveh Sebaot diciendo: «Tal como lo había ideado, así
fue. Y como lo planeé, así se cumplirá:
25 Quebrantaré a Asur en mi tierra, sobre mis montes le pisotearé. Se
apartará su yugo de sobre ellos, su fardo de sobre sus hombros se apartará.»
26 Este es el plan tocante a toda la tierra, y ésta la mano extendida
sobre las naciones.
27 Si Yahveh Sebaot toma una decisión, ¿quién la frustrará? Si él
extiende su mano, ¿quién se la hará retirar?
28 El año en que murió el rey Ajaz hubo esta oráculo:
29 No te alegres, Filistea toda, porque se haya quebrado la vara del
que te hería; pues de raíz de culebra saldrá víbora, y su fruto será dragón
volador.
30 Los débiles pacerán en mis pastos y los pobres en seguro se
acostarán, mientras que haré morir de hambre tu posteridad, y mataré lo que
de ti reste
31 ¡Ulula, puerta! ¡grita, ciudad! ¡derrítete, Filistea toda, que del norte
una humareda viene, y nadie deserta en sus columnas!
32 ¿Y qué se responderá a los mensajeros de esa gente?: «Que Yahveh
fundó a Sión, y en ella se refugiarán los pobres de su pueblo.»
Isaías 15
1 Oráculo sobre Moab. Porque de noche ha sido saqueada, Ar Moab
ha perecido Porque de noche ha sido saqueada, Quir Moab ha perecido.
2 Subía la hija de Dibbón a los oteros llorando: sobre el Nebo y sobre
Medba Moab ulula. En todas sus cabezas, calvicie; toda barba, raída.
3 En sus calles se han ceñido sayal, sobre sus azoteas y en sus plazas
todo el mundo ulula, baja llorando.
4 Gritaban Jesbón y Elalé, hasta Yahas se oía su voz. Por eso los
guerreros de Moab tiemblan, su alma le tiembla dentro.
5 Su corazón por Moab clama, sus fugitivos van hasta Soar (Eglat
Selisiyyá). ¡La cuesta de Lujit la suben llorando, y por el camino de
Joronáyim dan gritos desgarrados!
6 ¡Las aguas de Nimrim son un sequedal, y se ha secado la hierba, se
agostó el césped, no hay verdor!
7 Por eso hicieron ahorros… y sus reservas allende el arroyo de los
Sauces se las llevan.
8 ¡Los gritos han rodeado las fronteras de Moab; hasta Egláyim llega
su ulular, en Beer Elim su ulular!
9 ¡Las aguas de Dimón van llenas de sangre! ¡Aún más añadiré sobre
Dimón! ¡Contra los escapados de Moab, y contra los que queden en su
suelo un león!
Isaías 16
1 Enviad corderos al señor del país desde la Roca del Desierto al
monte de la hija de Sión.
2 Como aves espantadas, nidada dispersa, serán las hijas de Moab
cabe los vados del Arnón.
3 Presenta algún plan, toma una decisión. Haz tu sombra como la
noche en pleno mediodía; esconde a los acosados, al fugitivo no delates.
4 Acójanse en ti los acosados de Moab; sé para ellos cobijo ante el
devastador. Cuando no queden tiranos, acabe la devastación, y
desaparezcan del país los opresores,
5 será establecido sobre la piedad el trono, y se sentará en él con
lealtad – en la tienda de David – un juez que busque el derecho, y sea presto
a la justicia.
6 Hemos oído la arrogancia de Moab: ¡una gran arrogancia! Su
altanería, su arrogancia y su furor y sus bravatas sin fuerza.
7 Por eso, que ulule Moab por Moab; ulule todo él. Por los panes de
uvas de Quir Jaréset gimen: «¡Ay, abatidos!»
8 Pues la campiña de Jesbón se ha marchitado, el viñedo de Sibmá,
cuyas cepas majaron los señores de las gentes. Hasta Yazer alcanzaban, se
perdían por el desierto, sus frondas se extendían, pasaban la mar.
9 Por eso voy a llorar como llora Yazer, viña de Sibmá. Te regaré con
mis lágrimas, Jesbón y Elalé, porque sobre tu cosecha y sobre tu segada se
ha extinguido el clamor,
10 y se retira del vergel alegría y alborozo, y en las viñas no se lanzan
cantos de júbilo, ni gritos. Vino en los lagares no pisa el pisador: el clamor
ha cesado.
11 Por eso mis entrañas por Moab como el arpa resuenan, y mi
interior por Quir Jeres.
12 Luego, cuando vea Moab que se cansa sobre el alto, entrará a su
santuario a orar, pero nada podrá.
13 Esta es la palabra que en un tiempo pronunció Yahveh acerca de
Moab.
14 Y ahora ha hablado Yahveh diciendo: «Dentro de tres años, como
años de jornalero, será despreciada la gloria de Moab con toda su numerosa
muchedumbre, y el resto será pequeñísimo, insignificante.»
Isaías 17
1 Oráculo contra Damasco. He aquí que Damasco deja de ser ciudad,
y va a ser montón de derribo.
2 Abandonadas sus ciudades para siempre, serán para los ganados; se
acostarán allí y no habrá quien los espante.
3 Dejará de existir el baluarte de Efraím y el reinado de Damasco, y el
resto de Aram vendrá a ser como la gloria de los israelitas – oráculo de
Yahveh Sebaot -.
4 Aquel día, será debilitada la gloria de Jacob, y su gordura
enflaquecerá.
5 Será como cuando apuña un segador la mies, y su brazo las espigas
siega; será como espigador en el valle de Refaím,
6 – que quedan en él rebuscos -; como en el vareo del olivo: dos, tres
bayas en la punta de la guía; cuatro, cinco en sus ramas fructíferas – oráculo
de Yahveh, el Dios de Israel -.
7 Aquel día se dirigirá el hombre a su Hacedor, y sus ojos hacia el
Santo de Israel mirarán.
8 No se fijará en los altares, obras de sus manos, ni lo que hicieron sus
dedos mirará: los cipos y las estelas solares.
9 Aquel día estarán tus ciudades abandonadas, como cuando el
abandono de los bosques y matorrales, ante los hijos de Israel: habrá
desolación.
10 Porque olvidaste a Dios tu salvador, y de la Roca de tu fortaleza no
te acordaste. Por eso plantabas plantíos deleitosos, y de mugrón extranjero
los sembraste.
11 Hoy tu plantío veías crecer, y florecer desde la mañana tu simiente.
Pero desaparecerá la mies el día de la enfermedad, y el dolor será incurable.
12 ¡Ay!, bramar de muchos pueblos, como bramar de mares braman.
Retumbar de naciones que retumban como retumbo de crecidas aguas.
13 (De naciones que retumban como retumbo de crecidas aguas.) Pero
él las increpa, y de lejos huyen, y son perseguidas como el tamo de los
montes por el viento, y como torbellino por el huracán.
14 A la hora del atardecer se presenta el miedo, antes de la mañana ya
no existen. Esea sea la parte de nuestros despojadores, la suerte de nuestros
saqueadores.
Isaías 18
1 ¡Ay, tierra de susurro de alas, la de allende los ríos de Kus,
2 la que envía por mar embajadores, y en barcos de juncos sobre la
haz de las aguas! Id, mensajeros ligeros, a la nación esbelta y de brillante
piel, al pueblo temible desde siempre, nación vigorosa y dominadora, cuya
tierra surcan ríos.
3 Todos los moradores del orbe y habitantes de la tierra, al izarse
pendón en los montes, mirad, al tañerse el cuerno, escuchad;
4 que así me ha dicho Yahveh: Estaré quedo y observaré desde mi
puesto, como calor ardiente al brillar la luz, como nube de rocío en el calor
de la siega.
5 Pues antes de la siega, al acabar la floración, cuando su fruto en
cierne comience a madurar, cortará los sarmientos con la podadera y los
pámpanos viciosos arrancará y podará.
6 Serán dejados juntamente a merced de las aves rapaces de los
montes y de las bestias de la tierra; pasarán allí el verano las rapaces y toda
bestia terrestre allí invernará.
7 En aquel tiempo se presentará un obsequio a Yahveh Sebaot, al
lugar del nombre de Yahveh Sebaot, el monte Sión, de parte de un pueblo
esbelto y de brillante piel, y de parte de un pueblo temible desde siempre,
nación vigorosa y dominadora, cuya tierra surcan ríos.
Isaías 19
1 Oráculo contra Egipto. Allá va Yahveh cabalgando sobre nube ligera
y entra en Egipto, se tambalean los ídolos de Egipto ante él y el corazón de
Egipto se derrite en su interior.
2 Revolveré a egipcios contra egipcios, peleará cada cual con su
hermano, y cada uno con su compañero, ciudad contra ciudad, reino contra
reino.
3 Se trastornará el espíritu de Egipto en su interior, y sus planes
anularé. Consultarán a los ídolos, a los brujos, a los nigromantes y los
adivinos.
4 Entregaré a Egipto en manos de un señor duro, y un rey cruel los
dominará – oráculo del Señor Yahveh Sebaot -.
5 Se desecarán las aguas del mar, y el Río se secará y quedará seco;
hederán los ríos,
6 menguarán y se secarán los canales de Egipto. La caña y el junco se
marchitarán.
7 Los prados junto al canal, junto al borde del canal, y todo sembrado
del canal se secarán, serán aventados y desaparecerán.
8 Gemirán los pescadores, y se lamentarán todos los que echan en el
canal anzuelo; y los que extienden red sobre las aguas, languidecerán.
9 Estarán confusos los que trabajan el lino, cardadoras y tejedores
palidecerán.
10 Estarán sus tejedores abatidos, todos los jornaleros desanimados.
11 En verdad, están locos los príncipes de Soán, los sabios consejeros
de Faraón forman un estúpido consejo. ¿Cómo decís a Faraón: «Hijo de
sabios soy, hijo de reyes antiguos?»
12 Pues entonces, ¿dónde están tus sabios? Que te manifiesten, pues, y
te hagan conocer lo que ha planeado Yahveh Sebaot tocante a Egipto.
13 Han enloquecido los príncipes de Soán, han sido engañados los
príncipes de Nof; los jefes de sus tribus extravían a Egipto.
14 Yahveh ha infundido en ellos espíritu de vértigo que hace dar
tumbos a Egipto en todas sus empresas, como se tambalea el ebrio en su
vomitona.
15 Y no le sale bien a Egipto empresa alguna que haga la cabeza o la
cola, la palmera o el junco.
16 Aquel día será Egipto como las mujeres. Temblará y se espantará
cada vez que Yahveh Sebaot menee su mano contra él.
17 El territorio de Judá será la afrenta de Egipto: cada vez que se lo
mienten, se espantará ante los planes que Yahveh Sebaot está trazando
contra él.
18 Aquel día habrá cinco ciudades en tierra de Egipto que hablarán la
lengua de Canaán y que jurarán por Yahveh Sebaot: Ir Haheres se llamará
una de ellas.
19 Aquel día habrá un altar de Yahveh en medio del país de Egipto y
una estela de Yahveh junto a su frontera.
20 Estará como señal y testimonio de Yahveh Sebaot en el país de
Egipto. Cuando clamen a Yahveh a causa de los opresores, les enviará un
libertador que los defenderá y librará.
21 Será conocido Yahveh de Egipto, y conocerá Egipto a Yahveh
aquel día, le servirán con sacrificio y ofrenda, harán votos a Yahveh y los
cumplirán.
22 Yahveh herirá a Egipto, pero al punto le curará. Se convertirán a
Yahveh, y él será propicio y los curará.
23 Aquel día habrá una calzada desde Egipto a Asiria. Vendrá Asur a
Egipto y Egipto a Asiria, y Egipto servirá a Asur.
24 Aquel día será Israel tercero con Egipto y Asur, objeto de
bendición en medio de la tierra,
25 pues le bendecirá Yahveh Sebaot diciendo: «Bendito sea mi pueblo
Egipto, la obra de mis manos Asur, y mi heredad Israel.»
Isaías 20
1 El año en que vino el copero mayor a Asdod – cuando le envió
Sargón, rey de Asur, y atacó a Asdod y la tomó -,
2 en aquella sazón habló Yahveh por medio de Isaías, hijo de Amós,
en estos términos: «Ve y desata el sayal de tu cintura, y quítate las
sandalias de los pies.» El lo hizo así, y anduvo desnudo y descalzo.
3 Dijo Yahveh: «Así como ha andado mi siervo Isaías desnudo y
descalzo tres años como señal y presagio respecto a Egipto y Kus,
4 así conducirá el rey de Asur a los cautivos de Egipto y a los
deportados de Kus, mozos y viejos, desnudos, descalzos y nalgas al aire –
desnudez de Egipto.
5 Se quedarán asustados y confusos por Kus, su esperanza, y por
Egipto, su prez.
6 Y dirán los habitantes de esta costa aquel día: «Ahí tenéis en qué ha
parado la esperanza nuestra, adonde acudíamos en busca de auxilio para
librarnos del rey de Asur. Pues ¿cómo nos escaparemos nosotros?
Isaías 21
1 Oráculo sobre el Desierto Marítimo. Como torbellinos pasando por
el Négueb vienen del desierto, del país temible.
2 Una visión dura me ha sido mostrada: El saqueador saquea y el
devastador devasta. Sube Elam; asedia, Media. He hecho cesar todo
suspiro.
3 Por eso mis riñones se han llenado de espanto. En mí hacen presa
dolores, como dolores de parturienta. Estoy pasmado sin poder oír, me
estremezco sin ver.
4 He perdido el sentido, escalofríos me sobrecogen. El crepúsculo de
mis anhelos se me convierte en sobresalto.
5 Se prepara la mesa, se despliega el mantel, se come y se bebe. –
¡Levantaos, jefes, engrasad el escudo!
6 Pues así me ha dicho el Señor: «Anda, pon un vigía que vea y avise.
7 Cuando vea carros, troncos de caballos, jinetes en burro, jinetes en
camello, preste atención, mucha atención.»
8 Y exclamó el vigía: «Sobre la atalaya, mi señor, estoy firme a lo
largo del día, y en mi puesto de guardia estoy firme noches enteras.
9 Pues bien: por ahí vienen jinetes, troncos de caballos.» Replicó y
dijo: «¡Cayó, cayó Babilonia, y todas las estatuas de sus dioses se han
estrellado contra el suelo!»
10 Trilla mía y parva de mi era: lo que he oído de parte de Yahveh
Sebaot, Dios de Israel, os lo he anunciado.
11 Oráculo sobre Duma. Alguien me grita desde Seír: «Centinela,
¿qué hay de la noche? centinela, ¿qué hay de la noche?»
12 Dice el centinela: «Se hizo de mañana y también de noche. Si
queréis preguntar, volveos, venid.»
13 Oráculo en la estepa. En el bosque, en la estepa, haced noche,
caravanas de dedanitas.
14 Al encuentro del sediento llevad agua, habitantes del país de Temá;
salid con pan al encuentro del fugitivo.
15 Pues de las espadas huyen, de la espada desnuda, del arco tendido,
de la pesadumbre de la guerra.
16 Pues así me ha dicho el Señor: «Al cabo de un año como año de
jornalero se habrá consumido toda la gloria de Quedar.
17 Del resto de los arqueros, de los paladines, de los bravos de los
hijos de Quedar, quedarán pocos, porque Yahveh, Dios de Israel, lo ha
dicho.»
Isaías 22
1 Oráculo contra el valle de la Visión. ¿Qué tienes ahora, que has
subido en pleno a las azoteas,
2 de rumores henchida, ciudad alborotada, villa bullanguera? Tus
caídos no son caídos a espada ni muertos en guerra.
3 Todos sus jefes huyeron a una: del arco escapaban. Todos tus
valientes fueron apresados a una: lejos huían.
4 Por eso he dicho: «¡Apartaos de mí! Voy a llorar amargamente. No
os empeñéis en consolarme por la devastación de la hija de mi pueblo.»
5 Porque es día de perturbación, de extravío y de aplastamiento para el
Señor Yahveh Sebaot. En el valle de la Visión se zapa un muro y el grito de
socorro llega a la montaña,
6 Elam lleva el carcaj, Aram monta a caballo, Quir desnuda el escudo.
7 Tus mejores valles se vieron llenos de carros, y los de a caballo
formaron frente a la puerta.
8 Entonces cayó la defensa de Judá. Contemplasteis aquel día el
arsenal de la Casa del Bosque.
9 Y las brechas de la ciudad de David visteis que eran muchas, y
reunisteis las aguas de la alberca inferior.
10 Las casas de Jerusalén contasteis, y demolisteis casas para fortificar
la muralla.
11 Un estanque hicisteis entre ambos muros para las aguas de la
alberca vieja; pero no os fijasteis en su Hacedor, al que desde antiguo lo
ideó de lejos no le visteis.
12 Llamaba el Señor Yahveh Sebaot aquel día a lloro y a lamento y a
raparse y ceñirse de sayal,
13 mas lo que hubo fue jolgorio y alegría, matanza de bueyes y
degüello de ovejas, comer carne y beber vino: «¡Comamos y bebamos, que
mañana moriremos!»
14 Entonces me reveló al oído Yahveh Sebaot: «No será expiada esa
culpa hasta que muráis» – ha dicho el Señor Yahveh Sebaot -.
15 Así dice el Señor Yahveh Sebaot: Preséntate al mayordomo, a
Sebná, encargado del palacio,
16 el que labra en alto su tumba, el que se talla en la peña una morada:
«¿Qué es tuyo aquí y a quién tienes aquí, que te has labrado aquí una
tumba?»
17 He aquí que Yahveh te hace rebotar, hombre, y te vuelve a agarrar.
18 Te enrolla en ovillo, como una pelota en tierra de amplios espacios.
Allí morirás, y allí irán tus carrozas gloriosas, vergüenza del palacio de tu
señor.
19 Te empujaré de tu peana y de tu pedestal te apearé.
20 Aquel día llamaré a mi siervo Elyaquim, hijo de Jilquías.
21 Le revestiré de tu túnica, con tu fajín le sujetaré, tu autoridad
pondré en su mano, y será él un padre para los habitantes de Jerusalén y
para la casa de Judá.
22 Pondré la llave de la casa de David sobre su hombro; abrirá, y
nadie cerrará, cerrará, y nadie abrirá.
23 Le hincaré como clavija en lugar seguro, y será trono de gloria para
la casa de su padre.
24 Colgarán allí todo lo de valor de la casa de su padre – sus
descendientes y su posteridad -, todo el ajuar menudo, todas las tazas y
cántaros.
25 Aquel día – oráculo de Yahveh Sebaot – se removerá la clavija
hincada en sitio seguro, cederá y caerá, y se hará añicos el peso que
sostenía, porque Yahveh ha hablado.
Sabiduria 14
15 Un padre atribulado por un luto prematuro encarga una imagen del
hijo malogrado; al hombre muerto de ayer, hoy como un dios le venera y
transmite a los suyos misterios y ritos.
16 Luego, la impía costumbre, afianzada con el tiempo, se acata
como ley.
17 También por decretos de los soberanos recibían culto las estatuas.
Unos hombres que, por vivir apartados, no les podían honrar en persona,
representaron su lejana figura encargando una imagen, reflejo del rey
venerado; así lisonjearían con su celo al ausente como si presente se hallara.
18 A extender este culto contribuyó la ambición del artista y arrastró
incluso a quienes nada del rey sabían;
19 pues deseoso, sin duda, de complacer al soberano, alteró con su
arte la semejanza para que saliese más bella,
20 y la muchedumbre seducida por el encanto de la obra, al que poco
antes como hombre honraba, le consideró ya objeto de adoración.
21 De aquí provino la asechanza que se le tendió a la vida: que,
víctimas de la desgracia o del poder de los soberanos, dieron los hombres a
piedras y leños el Nombre incomunicable.
22 Luego, no bastó con errar en el conocimiento de Dios; viviendo
además la guerra que esta ignorancia les mueve, ellos a tan graves males les
dan el nombre de paz.
23 Con sus ritos infanticidas, sus misterios secretos, sus delirantes
orgías de costumbres extravagantes,
24 ni sus vidas ni sus matrimonios conservan ya puros. Uno elimina a
otro a traición o le aflige dándole bastardos;
25 por doquiera, en confusión, sangre y muerte, robo y fraude,
corrupción, deslealtad, agitación, perjurio,
26 trastorno del bien, olvido de la gratitud, inmundicia en las almas,
inversión en los sexos, matrimonios libres, adulterios, libertinaje.
27 Que es culto de los ídolos sin nombre principio, causa y término
de todos los males.
28 Porque o se divierten alocadamente, o manifiestan oráculos falsos,
o viven una vida de injusticia, o con toda facilidad perjuran:
29 como los ídolos en que confían no tienen vida, no esperan que del
perjurio se les siga algún mal.
30 Una justa sanción les alcanzará, sin embargo, por doble motivo:
por formarse de Dios una idea falsa al darse a los ídolos y por jurar
injustamente contra la verdad con desprecio de toda santidad.
31 Que no es el poder de aquellos en cuyo nombre juran; es la
sanción que merece todo el que peca, la que persigue siempre la
transgresión de los inicuos.
Sabiduría 15
1 Mas tú, Dios nuestro, eres bueno y verdadero, paciente y que con
misericordia gobiernas el universo.
2 Aunque pequemos, tuyos somos, porque conocemos tu poder; pero
no pecaremos, porque sabemos que somos contados por tuyos.
3 Pues el conocerte a ti es la perfecta justicia y conocer tu poder, la
raíz de la inmortalidad.
4 A nosotros no nos extraviaron las creaciones humanas de un arte
perverso, ni el inútil trabajo de los pintores, figuras embadurnadas de
colores abigarrados,
5 cuya contemplación despierta la pasión en los insensatos que
codician la figura sin aliento de una imagen muerta.
6 Apasionados del mal son y dignos de tales esperanzas los que las
crean, los que las codician, los que las adoran.
7 Un alfarero trabaja laboriosamente la tierra blanda y modela
diversas piezas, todas para nuestro uso; unas van destinadas a usos nobles,
otras al contrario, pero todas las modela de igual manera y de la misma
arcilla. Sobre el servicio diverso que unas y otras han de prestar, es el
alfarero quien decide.
8 Pero luego – ¡mala pena que se toma! – de la misma arcilla modela
una vana divinidad. Y la modela él, que poco ha nació de la tierra y que
pronto habrá de volver a la tierra de donde fue sacado, cuando le reclamen
la devolución de su alma.
9 Pero no se preocupa de que va a morir, de que es efímera su vida;
antes rivaliza con orfebres y plateros, imita las obras del broncista y se
ufana de modelar falsificaciones.
10 Escoria es su corazón, más vil que la tierra su esperanza, más
abyecta que la arcilla su vida,
11 porque desconoció al que le modeló a él, al que le inspiró un alma
activa y le infundió un espíritu vivificante.
12 Piensa que la existencia es un juego de niños y la vida, un
lucrativo mercado: «Es preciso ganar, dice, por todos los medios, aun
malos.»
13 Este hombre más que nadie sabe que peca, como quien de una
misma masa de tierra fabrica frágiles piezas y estatuas de ídolos.
14 Insensatos todos en sumo grado y más infelices que el alma de un
niño, los enemigos de tu pueblo que un día le oprimieron;
15 como que tuvieron por dioses a todos los ídolos de los gentiles,
que no pueden valerse de los ojos para ver, ni de la nariz para respirar, ni de
los oídos para oír, ni de los dedos de las manos para tocar, y sus pies son
torpes para andar.
16 Al fin, un hombre los hizo, uno que recibió en préstamo el espíritu
los modeló; y no hay hombre que modele un dios igual a sí mismo;
17 mortal como es, un ser muerto produce con sus manos impías.
Vale ciertamente más que las cosas que adora: él, un tiempo al menos, goza
de vida, ellos jamás.
18 Adoran, además, a los bichos más repugnantes que en estupidez
superan a todos los demás;
19 ni siquiera poseen la belleza de los animales que, a su modo,
cautiva al contemplarlos; están excluidos de la aprobación de Dios y de su
bendición.
Sabiduría 16
1 Por eso, mediante seres semejantes, fueron justamente castigados;
una multitud de bichos les sometieron a tormento.
2 En vez de tal castigo, concediste favores a tu pueblo: para satisfacer
su voraz apetito, les preparaste como alimento un manjar exquisito:
codornices;
3 para que aquéllos, aun ansiando el alimento, por el asqueroso
aspecto de los bichos que les enviabas, hasta el apetito natural perdiesen, y
éstos, pasadas unas breves privaciones, viniesen a gustar manjares
exquisitos.
4 Era razón que aquéllos, los opresores, sufrieran un hambre
irremediable, mientras a éstos bastaba mostrarles la clase de tormento que
sus enemigos padecían.
5 Incluso cuando cayó sobre ellos la ira terrible de animales feroces,
cuando por mordeduras de sinuosas serpientes perecían, no persistió tu
cólera hasta el fin.
6 Como advertencia se vieron atribulados por breve tiempo, pues
tenían una señal de salvación como recuerdo del mandamiento de tu Ley;
7 y el que a ella se volvía, se salvaba, no por lo que contemplaba, sino
por ti, Salvador de todos.
8 De este modo convenciste a nuestros enemigos de que tú eres el que
libras de todo mal:
9 a ellos picaduras de langostas y moscas los mataban, – y bien
merecían que bichos tales los castigasen – sin que remedio hallaran para su
vida;
10 a tus hijos, en cambio, ni dientes de serpientes venenosas los
vencieron, pues vino tu misericordia en su socorro y los sanó.
11 Las mordeduras – pronto curadas – les recordaban tus preceptos no
fuera que, cayendo en profundo olvido, se vieran excluidos de tu
liberalidad.
12 Ni los curó hierba ni emplasto alguno, sino tu palabra, Señor, que
todo lo sana.
13 Pues tú tienes el poder sobre la vida y sobre la muerte, haces bajar
a las puertas del Hades y de allí subir.
14 El hombre, en cambio, puede matar por su maldad, pero no hacer
tornar al espíritu que se fue, ni liberar al alma ya acogida en el Hades.
15 Es imposible escapar de tu mano.
16 Los impíos que rehusaban conocerte fueron fustigados por la
fuerza de tu brazo; lluvias insólitas, granizadas, aguaceros implacables los
persigueron y el fuego los devoró.
17 Y lo más extraño era que con el agua, que todo lo apaga, el fuego
cobraba una violencia mayor. El universo, en efecto, combate en favor de
los justos.
18 Las llamas unas veces se amansaban para no consumir a los
animales enviados contra los impíos, y darles a entender, por lo que veían,
que el juicio de Dios les hostigaba;
19 pero otras, aun en medio de las aguas, abrasaban con fuerza
superior a la del fuego para destruir las cosechas de una tierra inicua.
20 A tu pueblo, por el contrario, le alimentaste con manjar de
ángeles; les suministraste, sin cesar desde el ciel un pan ya preparado que
podía brindar todas las delicias y satisfacer todos los gustos.
21 El sustento que les dabas revelaba tu dulzura con tus hijos pues,
adaptándose al deseo del que lo tomaba, se tranformaba en lo que cada uno
quería.
22 Nieve y hielo resistían al fuego sin fundirse, para que supieran que
el fuego, para destruir las cosechas de sus enemigos, entre el granizo
abrasaba y fulguraba entre la lluvia,
23 mientras que, para que los justos pudieran sustentarse, hasta de su
natural poder se olvidaba.
24 Porque la creación, sirviéndote a ti, su Hacedor, se embravece para
castigo de los inicuos y se amansa en favor de los que en ti confían.
25 Por eso, también entonces, cambiándose en todo, servía a tu
liberalidad que a todos sustenta, conforme al deseo de los necesitados.
26 De este modo enseñabas a tus hijos queridos, Señor, que no son las
diversas especies de frutos los que alimentan al hombre, sino que es tu
palabra la que mantiene a los que creen en ti.
27 El fuego no alcanzaba a disolver lo que sencillamente derretía el
calor de un breve rayo de sol.
28 Con ello le enseñabas que debían adelantarse al sol para darte
gracias y recurrir a ti al rayar el día,
29 pues la esperanza del ingrato como escarcha invernal se derrite y
corre como agua inútil.
Sabiduría 17
1 Grandes son en verdad tus juicios e inenarrables, por donde almas
ignorantes se vinieron a engañar.
2 Imaginaban los impíos que podrían oprimir a una nación santa; y se
encontraron prisioneros de tinieblas, en larga noche trabados, recluidos en
sus casas, desterrados de la Providencia eterna.
3 Creían que se mantendrían ocultos con sus secretos pecados bajo el
oscuro velo del olvido; y se vieron dispersos, presa de terrible espanto,
sobresaltados por apariciones.
4 Pues ni el escondrijo que les protegía les libraba del miedo; que
también allí resonaban ruidos escalofriantes y se aparecían espectros
sombríos de lúgubre aspecto.
5 No había fuego intenso capaz de alumbrarles, ni las brillantes
llamas de las estrellas alcanzaban a esclarecer aquella odiosa noche.
6 Tan sólo una llamarada, por sí misma encendida, se dejaba entrever
sembrando el terror; pues en su espanto, al desaparecer la visión,
imaginaban más horrible aún lo que acababan de ver.
7 Los artificios de la magia resultaron ineficaces; con gran afrenta
quedó refutado su pretendido saber,
8 pues los que prometían expulsar miedos y sobresaltos de las almas
enloquecidas, enloquecían ellos mismos con ridículos temores.
9 Incluso cuando otro espanto no les atemorizara, sobresaltados por el
paso de los bichos y el silbido de los reptiles,
10 se morían de miedo, y rehusaban mirar aquel aire que de ninguna
manera podían evitar.
1 Timoteo 4
1 El Espíritu dice claramente que en los últimos tiempos algunos
apostatarán de la fe entregándose a espíritus engañadores y a doctrinas
diabólicas,
2 por la hipocresía de embaucadores que tienen marcada a fuego su
propia conciencia;
3 éstos prohíben el matrimonio y el uso de alimentos que Dios creó
para que fueran comidos con acción de gracias por los creyentes y por los
que han conocido la verdad.
4 Porque todo lo que Dios ha creado es bueno y no se ha de rechazar
ningún alimento que se coma con acción de gracias;
5 pues queda santificado por la Palabra de Dios y por la oración.
6 Su tú enseñas estas cosas a los hermanos, serás un buen ministro de
Cristo Jesús, alimentado con las palabras de la fe y de la buena doctrina que
has seguido fielmente.
7 Rechaza, en cambio, las fábulas profanas y los cuentos de viejas.
Ejercítate en la piedad.
8 Los ejercicios corporales sirven para poco; en cambio la piedad es
provechosa para todo, pues tiene la promesa de la vida, de la presente y de
la futura.
9 Es cierta y digna de ser aceptada por todos esta afirmación:
10 Si nos fatigamos y luchamos es porque tenemos puesta la
esperanza en Dios vivo, que es el Salvador de todos los hombres,
principalmente de los creyentes.
11 Predica y enseña estas cosas.
12 Que nadie menosprecie tu juventud. Procura, en cambio, ser para
los creyentes modelo en la palabra, en el comportamiento, en la caridad, en
la fe, en la pureza.
13 Hasta que yo llegue, dedícate a la lectura, a la exhortación, a la
enseñanza.
14 No descuides el carisma que hay en ti, que se te comunicó por
intervención profética mediante la imposición de las manos del colegio de
presbíteros.
15 Ocúpate en estas cosas; vive entregado a ellas para que tu
aprovechamiento sea manifiesto a todos.
16 Vela por ti mismo y por la enseñanza; persevera en estas
disposiciones, pues obrando así te salvarás a ti mismo y a los que te
escuchen.
1 Timoteo 5
1 Al anciano no le reprendas con dureza, sino exhórtale como a un
padre; a los jóvenes, como a hermanos;
2 a los ancianas, como a madres; a las jóvenes, como a hermanas, con
toda pureza.
3 Honra a las viudas, a las que son verdaderamente viudas.
4 Si una viuda tiene hijos o nietos, que aprendan éstos primero a
practicar los deberes de piedad para con los de su propia familia y a
corresponder a sus progenitores, porque esto es agradable a Dios.
5 Pero la que de verdad es viuda y ha quedado enteramente sola, tiene
puesta su esperanza en el Señor y persevera en sus plegarias y oraciones
noche y día.
6 La que, en cambio, está entregada a los placeres aunque viva, está
muerta.
7 Todo esto incúlcalo también, para que sean irreprensibles.
8 Si alguien no tiene cuidado de los suyos, principalmente de sus
familiares, ha renegado de la fe y es peor que un infiel.
9 Que la viuda que sea inscrita en el catálogo de las viudas no tenga
menos de sesenta años, haya estado casada una sola vez,
10 y tenga el testimonio de sus buenas obras: haber educado bien a los
hijos, practicado la hospitalidad, lavado los pies de los santos, socorrido a
los atribulados, y haberse ejercitado en toda clase de buenas obras.
11 Descarta, en cambio, a las viudas jóvenes, porque cuando les
asaltan los placeres contrarios a Cristo, quieren casarse
12 e incurren así en condenación por haber faltado a su compromiso
anterior.
13 Y además, estando ociosas, aprenden a ir de casa en casa; y no sólo
están ociosas, sino que se vuelven también charlatanas y entrometidas,
hablando de lo que no deben.
14 Quiero, pues, que las jóvenes se casen, que tengan hijos y que
gobiernen la propia casa y no den al adversario ningún motivo de hablar
mal;
15 pues ya algunas se han extraviado yendo en pos de Satanás.
16 Si alguna creyente tiene viudas, atiéndalas ella misma y no las
cargue a la Iglesia, a fin de que ésta pueda atender a las que sean
verdaderamente viudas.
17 Los presbíteros que ejercen bien su cargo merecen doble
remuneración, principalmente los que se afanan en la predicación y en la
enseñanza.
18 La Escritura, en efecto, dice: = No pondrás bozal al buey que trilla,
= y también: = El obrero tiene derecho a su salario. =
19 No admitas ninguna acusación contra un presbítero si no viene con
= el testimonio de dos o tres. =
20 A los culpables, repréndeles delante de todos, para que los demás
cobren temor.
21 Yo te conjuro en presencia de Dios, de Cristo Jesús y de los
ángeles escogidos, que observes estas recomendaciones sin dejarte llevar
de prejuicios ni favoritismos.
22 No te precipites en imponer a nadie las manos, no te hagas
partícipe de los pecados ajenos. Consérvate puro.
23 No bebas ya agua sola. Toma un poco de vino a causa de tu
estómago y de tus frecuentes indisposiciones.
24 Los pecados de algunas personas son notorios aun antes de que
sean investigados; en cambio los de otras, lo son solamente después.
25 Del mismo modo las obras buenas son manifiestas; y las que no lo
son, no pueden quedar ocultas.
1 Timoteo 6
1 Todos los que estén como esclavos bajo el yugo de la servidumbre
consideren a sus dueños como dignos de todo respeto, para que no se
blasfeme del nombre de Dios y de la doctrina.
2 Los que tengan dueños creyentes no les falten al respeto por ser
hermanos, sino al contrario, que les sirvan todavía mejor por ser creyentes
y amigos de Dios los que reciben sus servicios. Esto debes enseñar y
recomendar.
3 Si alguno enseña otra cosa y no se atiene a las sanas palabras de
nuestro Señor Jesucristo y a la doctrina que es conforme a la piedad,
4 está cegado por el orgullo y no sabe nada; sino que padece la
enfermedad de las disputas y contiendas de palabras, de donde proceden las
envidias, discordias, maledicencias, sospechas malignas,
5 discusiones sin fin propias de gentes que tienen la inteligencia
corrompida, que están privados de la verdad y que piensan que la piedad es
un negocio.
6 Y ciertamente es un gran negocio la piedad, con tal de que se
contente con lo que tiene.
7 Porque nosotros no hemos traído nada al mundo y nada podemos
llevarnos de él.
8 Mientras tengamos comida y vestido, estemos contentos con eso.
9 Los que quieren enriquecerse caen en la tentación, en el lazo y en
muchas codicias insensatas y perniciosas que hunden a los hombres en la
ruina y en la perdición.
10 Porque la raíz de todos los males es el afán de dinero, y algunos,
por dejarse llevar de él, se extraviaron en la fe y se atormentaron con
muchos dolores.
11 Tú, en cambio, hombre de Dios, huye de estas cosas; corre al
alcance de la justicia, de la piedad, de la fe, de la caridad, de la paciencia en
el sufrimiento, de la dulzura.
12 Combate el buen combate de la fe, conquista la vida eterna a la que
has sido llamado y de la que hiciste aquella solemne profesión delante de
muchos testigos.
13 Te recomiendo en la presencia de Dios que da vida a todas las
cosas, y de Jesucristo, que ante Poncio Pilato rindió tan solemne
testimonio,
14 que conserves el mandato sin tacha ni culpa hasta la Manifestación
de nuestro Señor Jesucristo,
15 Manifestación que a su debido tiempo hará ostensible el
Bienaventurado y único Soberano, el Rey de los reyes y el Señor de los
señores,
16 el único que posee Inmortalidad, que habita en una luz inaccesible,
a quien no ha visto ningún ser humano ni le puede ver. A él el honor y el
poder por siempre. Amén.
17 A los ricos de este mundo recomiéndales que no sean altaneros ni
pongan su esperanza en lo inseguro de las riquezas sino en Dios, que nos
provee espléndidamente de todo para que lo disfrutemos;
18 que practiquen el bien, que se enriquezcan de buenas obras, que
den con generosidad y con liberalidad;
19 de esta forma irán atesorando para el futuro un excelente fondo con
el que podrán adquirir la vida verdadera.
20 Timoteo, guarda el depósito. Evita las palabrerías profanas, y
también las objeciones de la falsa ciencia;
21 algunos que la profesaban se han apartado de la fe. La gracia sea
con vosotros.
EPÍSTOLA A TITO
Tito 1
1 Pablo, siervo de Dios, apóstol de Jesucristo para llevar a los
escogidos de Dios a la fe y al pleno conocimiento de la verdad que es
conforme a la piedad,
2 con la esperanza de vida eterna, prometida desde toda la eternidad
por Dios que no miente,
3 y que en el tiempo oportuno ha manifestado su Palabra por la
predicación a mí encomendada según el mandato de Dios nuestro Salvador,
4 a Tito, verdadero hijo según la fe común. Gracia y paz de parte de
Dios Padre y de Cristo Jesús, nuestro Salvador.
5 El motivo de haberte dejado en Creta, fue para que acabaras de
organizar lo que faltaba y establecieras presbíteros en cada ciudad, como yo
te ordené.
6 El candidato debe ser irreprochable, casado una sola vez, cuyos hijos
sean creyentes, no tachados de libertinaje ni de rebeldía.
7 Porque el epíscopo, como administrador de Dios, debe ser
irreprochable; no arrogante, no colérico, no bebedor, no violento, no dado a
negocios sucios;
8 sino hospitalario, amigo del bien, sensato, justo, piadoso, dueño de
sí.
9 Que esté adherido a la palabra fiel, conforme a la enseñanza, para
que sea capaz de exhortar con la sana doctrina y refutar a los que
contradicen.
10 Porque hay muchos rebeldes, vanos habladores y embaucadores,
sobre todo entre los de la circuncisión,
11 a quienes es menester tapar la boca; hombres que trastornan
familias enteras, enseñando por torpe ganancia lo que no deben.
12 Uno de ellos, profeta suyo, dijo: «Los cretenses son siempre
mentirosos, malas bestias, vientres perezosos.»
13 Este testimonio es verdadero. Por tanto repréndeles severamente, a
fin de que conserven sana la fe,
14 y no den oídos a fábulas judaicas, ni a mandamientos de hombres
que se apartan de la verdad.
15 Para los limpios todo es limpio; mas para los contaminados e
incrédulos nada hay limpio, pues su mente y conciencia están
contaminadas.
16 Profesan conocer a Dios, mas con sus obras le niegan; son
abominables y rebeldes e incapaces de toda obra buena.
Tito 2
1 Mas tú enseña lo que es conforme a la sana doctrina;
2 que los ancianos sean sobrios, dignos, sensatos, sanos en la fe, en la
caridad, en la paciencia, en el sufrimiento;
3 que las ancianas asimismo sean en su porte cual conviene a los
santos: no calumniadoras ni esclavas de mucho vino, maestras del bien,
4 para que enseñen a las jóvenes a ser amantes de sus maridos y de sus
hijos,
5 a ser sensatas, castas, hacendosas, bondadosas, sumisas a sus
maridos, para que no sea injuriada la Palabra de Dios.
6 Exhorta igualmente a los jóvenes para que sean sensatos en todo.
7 Muéstrate dechado de buenas obras: pureza de doctrina, dignidad,
8 palabra sana, intachable, para que el adversario se avergüence, no
teniendo nada malo que decir de nosotros.
9 Que los esclavos estén sometidos en todo a sus dueños, sean
complacientes y no les contradigan;
10 que no les defrauden, antes bien muestren una fidelidad perfecta
para honrar en todo la doctrina de Dios nuestro Salvador.
11 Porque se ha manifestado la gracia salvadora de Dios a todos los
hombres,
12 que nos enseña a que, renunciando a la impiedad y a las pasiones
mundanas, vivamos con sensatez, justicia y piedad en el siglo presente,
13 aguardando la feliz esperanza y la Manifestación de la gloria del
gran Dios y Salvador nuestro Jesucristo;
14 el cual se entregó por nosotros a fin de = rescatarnos de toda
iniquidad y purificar para sí un pueblo que fuese suyo, = fervoroso en
buenas obras.
15 Así has de enseñar, exhortar y reprender con toda autoridad. Que
nadie te desprecie.
Tito 3
1 Amonéstales que vivan sumisos a los magistrados y a las
autoridades, que les obedezcan y estén prontos para toda obra buena;
2 que no injurien a nadie, que no sean pendencieros sino apacibles,
mostrando una perfecta mansedumbre con todos los hombres.
3 Pues también nosotros fuimos en algún tiempo insensatos,
desobedientes, descarriados, esclavos de toda suerte de pasiones y placeres,
viviendo en malicia y envidia, aborrecibles y aborreciéndonos unos a otros.
4 Mas cuando se manifestó la bondad de Dios nuestro Salvador y su
amor a los hombres,
5 él nos salvó, no por obras de justicia que hubiésemos hecho
nosotros, sino según su misericordia, por medio del baño de regeneración y
de renovación del Espíritu Santo,
6 que derramó sobre nosotros con largueza por medio de Jesucristo
nuestro Salvador,
7 para que, justificados por su gracia, fuésemos constituidos
herederos, en esperanza, de vida eterna.
8 Es cierta esta afirmación, y quiero que en esto te mantengas firme,
para que los que creen en Dios traten de sobresalir en la práctica de las
buenas obras. Esto es bueno y provechoso para los hombres.
9 Evita discusiones necias, genealogías, contiendas y disputas sobre la
Ley, porque son inútiles y vanas.
10 Al sectario, después de una y otra amonestación, rehúyele;
11 ya sabes que ése está pervertido y peca, condenado por su propia
sentencia.
12 Cuando te envíe a Artemas o a Tíquico, date prisa en venir donde
mí a Nicópolis, porque he pensado pasar allí el invierno.
13 Cuida de proveer de todo lo necesario para el viaje a Zenas, el
perito en la Ley, y a Apolo, de modo que nada les falte.
14 Que aprendan también los nuestros a sobresalir en la práctica de las
buenas obras, atendiendo a las necesidades urgentes, para que no sean unos
inútiles.
15 Te saludan todos los que están conmigo. Saluda a los que nos aman
en la fe. La gracia sea con todos vosotros.
PRIMERA EPÍSTOLA DE SAN PEDRO
1 Pedro 1
1 Pedro, apóstol de Jesucristo, a los que viven como extranjeros en la
Dispersión: en el Ponto, Galacia, Capadocia, Asia y Bitinia, elegidos
2 según el previo conocimiento de Dios Padre, con la acción
santificadora del Espíritu, para obedecer a Jesucristo y ser rociados con su
sangre. A vosotros gracia y paz abundantes.
3 Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo quien, por
su gran misericordia, mediante la Resurrección de Jesucristo de entre los
muertos, nos ha reengendrado a una esperanza viva,
4 a una herencia incorruptible, inmaculada e inmarcesible, reservada
en los cielos para vosotros,
5 a quienes el poder de Dios, por medio de la fe, protege para la
salvación, dispuesta ya a ser revelada en el último momento.
6 Por lo cual rebosáis de alegría, aunque sea preciso que todavía por
algún tiempo seáis afligidos con diversas pruebas,
7 a fin de que la calidad probada de vuestra fe, más preciosa que el oro
perecedero que es probado por el fuego, se convierta en motivo de
alabanza, de gloria y de honor, en la Revelación de Jesucristo.
8 A quien amáis sin haberle visto; en quien creéis, aunque de
momento no le veáis, rebosando de alegría inefable y gloriosa;
9 y alcanzáis la meta de vuestra fe, la salvación de las almas.
10 Sobre esta salvación investigaron e indagaron los profetas, que
profetizaron sobre la gracia destinada a vosotros,
11 procurando descubrir a qué tiempo y a qué circunstancias se refería
el Espíritu de Cristo, que estaba en ellos, cuando les predecía los
sufrimientos destinados a Cristo y las glorias que les seguirían.
12 Les fue revelado que no administraban en beneficio propio sino en
favor vuestro este mensaje que ahora os anuncian quienes os predican el
Evangelio, en el Espíritu Santo enviado desde el cielo; mensaje que los
ángeles ansían contemplar.
13 Por lo tanto, ceñíos los lomos de vuestro espíritu, sed sobrios,
poned toda vuestra esperanza en la gracia que se os procurará mediante la
Revelación de Jesucristo.
14 Como hijos obedientes, no os amoldéis a las apetencias de antes,
del tiempo de vuestra ignorancia,
15 más bien, así como el que os ha llamado es santo, así también
vosotros sed santos en toda vuestra conducta,
16 como dice la Escritura: = Seréis santos, porque santo soy yo. =
17 Y si llamáis Padre a quien, sin acepción de personas, juzga a cada
cual según sus obras, conducíos con temor durante el tiempo de vuestro
destierro,
18 sabiendo que = habéis sido rescatados = de la conducta necia
heredada de vuestros padres, no con algo caduco, oro o = plata, =
19 sino con una sangre preciosa, como de cordero sin tacha y sin
mancilla, Cristo,
20 predestinado antes de la creación del mundo y manifestado en los
últimos tiempos a causa de vosotros;
21 los que por medio de él creéis en Dios, que le ha resucitado de
entre los muertos y le ha dado la gloria, de modo que vuestra fe y vuestra
esperanza estén en Dios.
22 Habéis purificado vuestras almas, obedeciendo a la verdad, para
amaros los unos a los otros sinceramente como hermanos. Amaos
intensamente unos a otros con corazón puro,
23 pues habéis sido reengendrados de un germen no corruptible, sino
incorruptible, por medio de la Palabra de Dios viva y permanente.
24 Pues = toda carne es como hierba y todo su esplendor como flor de
hierba; se seca la hierba y cae la flor; =
25 = pero la Palabra del Señor permanece eternamente. = Y esta es la
Palabra: la Buena Nueva anunciada a vosotros.