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Ezequiel 40

1 El año veinticinco de nuestra cautividad, al comienzo del año, el día
diez del mes, catorce años después de la caída de la ciudad, el mismo día,
la mano de Yahveh fue sobre mí, y me llevó allá.
2 En visiones divinas, me llevó a la tierra de Israel, y me posó sobre
un monte muy alto, en cuya cima parecía que estaba edificada una ciudad,
al mediodía.
3 Me llevó allá, y he aquí que había allí un hombre de aspecto
semejante al del bronce. Tenía en la mano una cuerda de lino y una vara de
medir, y estaba de pie en el pórtico.
4 El hombre me dijo: «Hijo de hombre, mira bien, escucha
atentamente y presta atención a todo lo que te voy a mostrar, porque has
sido traído aquí para que yo te lo muestre. Comunica a la casa de Israel todo
lo que vas a ver.»
5 Y he aquí que por el exterior de la Casa había un muro, todo
alrededor. La vara de medir que el hombre tenía en la mano era de seis
codos de codo y palmo. Midió el espesor de la construcción: una vara, y su
altura: una vara.
6 Vino luego al pórtico que miraba a oriente, subió sus gradas y midió
el umbral del pórtico: una vara de profundidad.
7 La lonja: una vara de largo por una vara de ancho; la pilastra entre
las lonjas: cinco codos; el umbral del pórtico por el lado del vestíbulo del
pórtico, hacia el interior: una vara.
9 Midió el vestíbulo del pórtico: ocho codos; su pilastra: dos codos; el
vestíbulo del pórtico estaba situado hacia el interior.
10 Las lonjas del pórtico oriental eran tres por cada lado, todas ellas
de la misma dimensión; las pilastras tenían también las mismas
dimensiones por cada lado.
11 Midió la anchura del vano del pórtico: diez codos, y la longitud del
pórtico: trece codos.
12 Había un parapeto delante de las lonjas; cada parapeto tenía un
codo por ambos lados. Y la lonja tenía seis codos por cada lado.
13 Midió el pórtico desde el fondo de una lonja hasta el fondo de la
otra; anchura: veinticinco codos de una entrada a la otra.
14 Midió el vestíbulo: veinte codos; el atrio giraba todo alrededor del
pórtico.
15 Desde la fachada del pórtico donde estaba la entrada, hasta el fondo
del vestíbulo interior del pórtico, había cincuenta codos.
16 Había ventanas enrejadas sobre las lonjas y sobre sus pilastras,
hacia el interior del pórtico, todo alrededor, e igualmente el vestíbulo tenía,
por el interior, ventanas todo alrededor; y sobre las pilastras había palmeras.
17 Me llevó al atrio exterior, y he aquí que allí había salas y un
enlosado tirado alrededor del atrio: treinta salas daban a este enlosado.
18 El enlosado que flanqueaba los pórticos correspondía a la
profundidad de los mismos: esto es el enlosado inferior.
19 Midió la anchura del atrio, desde la fachada del pórtico inferior
hasta la fachada del atrio interior, por fuera: cien codos (a oriente y al
norte).
20 Midió después la longitud y la anchura del pórtico que daba al
norte del atrio exterior.
21 Sus lonjas eran tres por cada lado; sus pilastras y vestíbulos tenían
las mismas dimensiones que los del primer pórtico: cincuenta codos de
largo y veinticinco de ancho.
22 Sus ventanas, su vestíbulo y sus palmeras tenían las mismas
dimensiones que las del pórtico que daba a oriente. Se subía a él por siete
gradas y su vestíbulo estaba situado hacia el interior.
23 Había un pórtico en el atrio interior, frente al pórtico septentrional,
lo mismo que en el pórtico oriental. Midió la distancia de un pórtico a otro:
cien codos.
24 Me condujo luego hacia el lado del mediodía: había allí un pórtico
en dirección del mediodía; midió sus lonjas, sus pilastras y su vestíbulo:
tenían las mismas dimensiones.
25 Tenía, lo mismo que su vestíbulo, ventanas todo alrededor, iguales
que las otras ventanas; dimensiones: cincuenta codos de largo y veinticinco
de ancho;
26 su escalera tenía siete gradas; su vestíbulo estaba situado hacia el
interior, y tenía palmeras, una a cada lado, sobre sus pilastras.
27 El atrio interior tenía también un pórtico hacia el mediodía; midió
la distancia de un pórtico a otro, en dirección del mediodía: cien codos.
28 Luego me llevó al atrio, por el pórtico meridional; midió el pórtico
meridional: tenía las mismas dimensiones.
29 Sus lonjas, pilastras y vestíbulo tenían estas mismas dimensiones.
Lo mismo que su vestíbulo, tenía ventanas todo alrededor; dimensiones:
cincuenta codos de largo y veinticinco de ancho.
30 Y el perímetro del vestíbulo: veinticinco codos de largo y cinco de
ancho.
31 Su vestíbulo daba al atrio exterior. Había palmeras sobre sus
pilastras y su escalera tenía ocho gradas.
32 Me llevó al pórtico interior, hacia oriente, y midió el pórtico:
33 tenía las mismas dimensiones. Sus lonjas, pilastras y vestíbulo
tenían estas mismas dimensiones. Tenía, así como su vestíbulo, ventanas
alrededor. Dimensiones: cincuenta codos de largo y veinticinco de ancho.
34 Su vestíbulo daba al atrio exterior. Había palmeras sobre sus
pilastras, a cada lado, y su escalera tenía ocho gradas.
35 Me llevó luego al pórtico septentrional y lo midió: tenía las mismas
dimensiones:
36 tenía alrededor, sus lonjas, sus pilastras, su vestíbulo y sus
ventanas. Dimensiones: cincuenta codos de largo y veinticinco de ancho.
37 Su vestíbulo daba al atrio exterior. Había palmeras sobre sus
pilastras, a cada lado, y su escalera tenía ocho gradas.
38 Había una sala cuya entrada estaba en el vestíbulo del pórtico. Allí
se lavaba el holocausto.
39 Y en el vestíbulo del pórtico había, a cada lado, dos mesas para
inmolar sobre ellas el holocausto, el sacrificio por el pecado y el sacrificio
de expiación.
40 Por el lado exterior de quien sube hacia la entrada del pórtico, al
norte, había dos mesas, y al otro lado, hacia el vestíbulo del pórtico, dos
mesas.
41 Cuatro mesas a un lado y cuatro mesas al otro lado del pórtico, o
sea ocho mesas sobre las que se hacía la inmolación.
42 Además cuatro mesas para el holocausto, de piedra de sillería, de
codo y medio de largo, codo y medio de ancho y un codo de alto, sobre las
cuales se colocaban los instrumentos con los que se inmolaba el holocausto
y el sacrificio.
43 Las ranuras, de un palmo de anchura, estaban dispuestas en el
interior, todo en torno. Sobre estas mesas se ponía la carne de las ofrendas.
44 Me llevó al atrio interior; había allí, en el atrio interior, dos salas,
una al lado del pórtico septentrional, con su fachada al mediodía, y la otra al
lado del pórtico meridional, con su fachada al norte.

45 Me dijo: «Esta sala que mira al mediodía está destinada a los
sacerdotes que cumplen el ministerio de la Casa.
46 Y la sala que mira al norte está destinada a los sacerdotes que cumplen el ministerio del altar. Son los hijos de Sadoq, los que, entre los hijos de Leví, se acercan a Yahveh para servirle.»

47 Midió el atrio. Tenía cien codos de largo y cien codos de ancho, o
sea un cuadrado, y el altar estaba delante de la Casa.
48 Me llevó al Vestíbulo de la Casa y midió las pilastras del
Vestíbulo: cinco codos por cada lado; luego la anchura del pórtico: catorce
codos; y las paredes laterales del pórtico: tres codos por cada lado.
49 La longitud del Vestíbulo era de veinte codos y su anchura de doce
codos. Se subía a él por diez gradas, y tenía columnas junto a las pilastras,
una a cada lado.

Ezequiel 41

1 Me llevó dentro del Santo y midió sus pilastras: seis codos de ancho
por un lado y seis codos de ancho por el otro.
2 Anchura de la entrada: diez codos. Las paredes laterales de la
entrada: cinco codos de ancho por un lado y cinco por el otro. Midió su
longitud: cuarenta codos; y su anchura: veinte codos.
3 Penetró en el interior y midió la pilastra de la entrada: dos codos;
después la entrada: seis codos; y las paredes laterales de la entrada: siete
codos.
4 Midió su longitud: veinte codos; y su anchura: veinte codos delante
del Santo; y me dijo: «Esto es el Santo de los Santos.»
5 Midió el muro de la Casa: seis codos; y la anchura de la parte lateral:
cuatro codos, todo alrededor de la Casa.
6 Las celdas laterales estaban superpuestas en tres pisos de treinta
celdas cada uno. Se habían dispuesto en el muro de la Casa salientes para
estribar las celdas por todo el ámbito: así las celdas no estribaban en el
muro de la Casa.
7 La anchura de las celdas aumentaba a medida que se subía,
ensanchamiento que se lograba, a costa del muro, según se subía, y todo
alrededor de la Casa; por eso el interior se ensanchaba por arriba. Del piso
inferior se subía al del medio, y de éste al superior.
8 Y vi que la Casa tenía un talud todo alrededor. Era la base de las
celdas laterales, de una vara entera de seis codos.
9 El espesor del muro de las celdas laterales, por el exterior, era de
cinco codos; quedaba un pasadizo entre las celdas laterales de la Casa.
10 Entre las salas había una anchura de veinte codos, por todo el
ámbito de la Casa.
11 Y las celdas laterales tenían dos entradas sobre el pasadizo, una
hacia el norte y otra hacia el mediodía. La anchura del pasadizo era de cinco
codos todo alrededor.
12 El edificio que bordeaba el patio por el lado occidental tenía
setenta codos de anchura; y la pared de este edificio tenía un espesor de
cinco codos, todo alrededor, con una longitud de noventa codos.
13 Midió la Casa: su longitud era de cien codos. El patio más el
edifico y sus muros tenían una longitud de cien codos.
14 Anchura de la fachada de la Casa más el patio hasta oriente: cien
codos.
15 Midió la longitud del edificio a lo largo del patio que tenía detrás, y
sus galerías a cada lado: cien codos. El interior del Santo y los vestíbulos
del atrio,
16 los umbrales, las ventanas enrejadas, las galerías de los tres lados,
alrededor, frente al umbral, estaban recubiertos de madera por todo el
ámbito, desde el suelo hasta las ventanas, y las ventanas estaban
guarnecidas de un enrejado.
17 Desde la entrada hasta el interior de la Casa, y por fuera, así como
en todo el ámbito del muro, por fuera y por dentro,
18 había representado querubines y palmeras, una palmera entre
querubín y querubín; cada querubín tenía dos caras:
19 una cara de hombre vuelta hacia la palmera de un lado y una cara
de león hacia la palmera del otro lado; así por todo el ámbito de la Casa.
20 Desde el suelo hasta encima de la entrada estaban representados los
querubines y las palmeras en el muro.
21 El jambaje del Santo era cuadrado. Delante del Santuario se veía
algo como
22 un altar de madera de tres codos de alto, dos codos de largo y dos
de ancho. Sus ángulos, su base y sus lados eran de madera. El hombre me
dijo: «Esta es la mesa que está delante de Yahveh.»
23 El Santo tenía una puerta doble, y el Santuario una puerta doble.
24 Eran puertas de dos hojas movibles, dos hojas en una puerta y dos
en la otra.
25 Y por encima (sobre las puertas del Santo), había representados
querubines y palmeras como los representados en los muros. Sobre la
fachada del Vestíbulo, por el exterior, había un arquitrabe de madera.
26 Ventanas enrejadas y palmeras había a ambos lados, en las paredes
laterales del Vestíbulo, las celdas laterales de la Casa y los arquitrabes.

Ezequiel 42

1 Luego me hizo salir al atrio exterior, hacia el norte, y me llevó a las
salas situadas cara al patio, es decir frente al edificio, al norte.
2 La longitud era de cien codos, hacia el norte, y la anchura de
cincuenta codos.
3 Frente a los pórticos del atrio interior, y frente al enlosado del atrio
exterior, había una galería a lo largo de la galería triple,
4 y, por delante de las salas, un corredor de diez codos de ancho hacia
el interior, y cien codos de largo; sus puertas daban al norte.
5 Las salas superiores eran estrechas, porque las galerías les comían
parte de su espacio, más estrechas que las de abajo y las del medio del
edificio,
6 porque estaban divididas en tres pisos y no tenían columnas como el
atrio. Por eso, se iban estrechando con relación a las de abajo y las del
medio (a partir del suelo).
7 Y el muro exterior, paralelo a las salas, en dirección al atrio exterior,
frente a las salas, tenía cincuenta codos de longitud.
8 Pues la longitud de las salas que daban al atrio exterior era de
cincuenta codos, mientras que las que miraban al Santo tenían cien codos.
9 Por debajo de las salas había una entrada del lado de oriente, que
daba acceso desde el atrio exterior.
10 A todo lo largo del muro del atrio, en dirección del mediodía, cara
al patio y al edificio, había salas.
11 Un corredor pasaba por delante de ellas, como en las salas situadas
en dirección norte; tenían igual longitud e igual anchura; iguales salidas,
igual disposición y entradas iguales.
12 Por debajo de las salas orientadas al mediodía había una entrada al
comienzo de cada corredor, frente al muro situado hacia oriente, según se
entra.
13 El me dijo: «Las salas del norte y las salas del mediodía que miran
al patio son las salas del Santuario, donde los sacerdotes que se acercan a
Yahveh comerán las cosas sacratísimas. Allí depositarán las cosas
sacratísimas, la oblación, el sacrificio por el pecado y el sacrificio de
expiación, porque es un lugar santo.
14 Y cuando los sacerdotes entren allí, no saldrán del santuario al atrio
exterior sin haber dejado allí sus vestiduras litúrgicas, porque estas
vestiduras son santas; para acercarse a los lugares destinados al pueblo se
pondrán otras ropas.»
15 Cuando acabó de medir el interior de la Casa, me hizo salir en
dirección al pórtico que mira a oriente y midió todo el ámbito.
16 Midió el lado oriental con su vara de medir: quinientos codos de
perímetro, con la vara de medir.
17 Luego midió el lado norte con la vara de medir: quinientos codos
de perímetro.
18 Después midió el lado sur con la vara de medir: quinientos codos
19 de perímetro. Por el lado occidental midió con la vara de medir:
quinientos codos.
20 Midió por fin por los cuatro lados el muro que lo cercaba, todo
alrededor: longitud, quinientos; anchura, quinientos; para separar lo sagrado
de lo profano.

Ezequiel 43

1 Me condujo luego hacia el pórtico, el pórtico que miraba a oriente,
2 y he aquí que la gloria del Dios de Israel llegaba de la parte de
oriente, con un ruido como el ruido de muchas aguas, y la tierra
resplandecía de su gloria.
3 Esta visión era como la que yo había visto cuando vine para la
destrucción de la ciudad, y también como lo que había visto junto al río
Kebar. Entonces caí rostro en tierra.
4 La gloria de Yahveh entró en la Casa por el pórtico que mira a
oriente.
5 El espíritu me levantó y me introdujo en el atrio interior, y he aquí
que la gloria de Yahveh llenaba la Casa.
6 Y oí que alguien me hablaba desde la Casa, mientras el hombre
permanecía en pie junto a mí.
7 Me dijo: Hijo de hombre, este es el lugar de mi trono, el lugar donde
se posa la planta de mis pies. Aquí habitaré en medio de los hijos de Israel
para siempre; y la casa de Israel, así como sus reyes, no contaminarán más
mi santo nombre con sus prostituciones y con los cadáveres de sus reyes,
8 poniendo su umbral junto a mi umbral y sus jambas junto a mis
jambas, con un muro común entre ellos y yo. Ellos contaminaron mi santo
nombre con las abominaciones que cometieron; por eso los he devorado en
mi cólera.
9 De ahora en adelante alejarán de mí sus prostituciones y los
cadáveres de sus reyes, y yo habitaré en medio de ellos para siempre.
10 «Y tú, hijo de hombre, describe este Templo a la casa de Israel,
para que queden avergonzados de sus culpas y tomen nota de su plano.
11 Se avergüenzan de toda su conducta, enséñales la forma del
Templo y su plano, sus salidas y entradas, su forma y todas sus
disposiciones, toda su forma y todas sus leyes. Pon todo esto por escrito
ante sus ojos, para que guarden con exactitud todas sus leyes y
disposiciones, y las pongan en práctica.
12 Este es el fuero del Templo: En la cumbre del monte, todo el
territorio en su ámbito es santísimo. (Tal es el fuero del Templo.)»
13 Y estas son las dimensiones del altar en codos de codo y palmo: su
cavidad, un codo por un codo de ancha. El reborde junto a la ranura, todo
alrededor, un palmo. Y está la altura del altar:
14 desde la cavidad del suelo hasta el zócalo inferior, dos codos por
un codo de ancho; desde el zócalo pequeño hasta el grande, cuatro codos
por un codo de ancho.
15 El fóculo tenía cuatro codos, y por encima del fóculo había cuatro
cuernos.
16 El fóculo medía doce codos de largo por doce codos de ancho: era
cuadrado por sus cuatro lados.
17 Y el zócalo: catorce codos de largo por catorce de ancho: un
cuadrado. El reborde todo alrededor: medio codo; y la cavidad, todo
alrededor: un codo. Las gradas estaban vueltas hacia oriente.
18 Y me dijo: Hijo de hombre, así dice el Señor Yahveh: Estas son las
disposiciones del altar el día en que sea erigido para ofrecer en él el
holocausto y derramar la sangre.
19 A los sacerdotes levitas – los de la descendencia de Sadoq que se
acercan a mí para servirme, oráculo del Señor Yahveh – les darás un
novillo en sacrificio por el pecado.
20 Tomarás su sangre, y rociarás los cuatro cuernos, los cuatro
ángulos del zócalo y el reborde todo alrededor. Así quitarás el pecado y
harás expiación por él.
21 Luego tomarás el novillo del sacrificio por el pecado: se le
quemará en una dependencia de la Casa, fuera del Santuario.
22 El segundo día, ofrecerás un macho cabrío sin defecto en sacrificio
por el pecado y se quitará el pecado del altar como se hizo con el novillo.
23 Cuando hayas acabado de quitar el pecado, ofrecerás un novillo sin
defecto y un carnero del rebaño sin defecto.
24 Los ofrecerás delante de Yahveh, y los sacerdotes les echarán sal y
los ofrecerán en holocausto a Yahveh.
25 Durante siete días ofrecerás el macho cabrío del sacrificio por el
pecado, cada día; se hará también el sacrificio del novillo y del carnero sin
defecto tomado del rebaño.
26 Así, durante siete días se hará la expiación del altar, se le purificará
y se le consagrará.
27 Pasados estos días, desde el octavo en adelante, los sacerdotes
ofrecerán sobre el altar vuestros holocaustos y vuestros sacrificios de
comunión. Y yo os seré propicio, oráculo del Señor Yahveh.

Ezequiel 44

1 Me volvió después hacia el pórtico exterior del santuario, que
miraba a oriente. Estaba cerrado.
2 Y Yahveh me dijo: Este pórtico permanecerá cerrado. No se le
abrirá, y nadie pasará por él, porque por él ha pasado Yahveh, el Dios de
Israel. Quedará, pues, cerrado.
3 Pero el príncipe sí podrá sentarse en él para tomar su comida en
presencia de Yahveh. Entrará por el vestíbulo del pórtico y por el mismo
saldrá.
4 Luego me llevó por el pórtico septentrional hacia la fachada de la
Casa; miré, y he aquí que la gloria de Yahveh llenaba la Casa de Yahveh, y
caí rostro en tierra.
5 Yahveh me dijo: Hijo de hombre, presta atención, mira bien y
escucha con cuidado lo que te voy a decir acerca de todas las disposiciones
de la Casa de Yahveh y de todas sus leyes. Te fijarás bien en lo que respecta
a la admisión en la Casa y a la exclusión del santuario.
6 Y dirás a esta casa de rebeldía, la casa de Israel: Así dice el Señor
Yahveh: Ya pasan de la raya todas vuestras abominaciones, casa de Israel,
7 que habéis cometido introduciendo extranjeros incircuncisos de
corazón y de cuerpo para que estuvieran en mi santuario y profanaran mi
Casa, cuando me ofrecíais mi alimento, grasa y sangre; así habéis roto mi
alianza con todas vuestras abominaciones.
8 En lugar de atender al ministerio de mis cosas santas, habéis
encargado a otros el ejercicio de mi ministerio en mi Santuario, en lugar
vuestro.
9 Así dice el Señor Yahveh: Ningún extranjero, incircunciso de
corazón y de cuerpo, entrará en mi santuario, ninguno de los extranjeros
que viven en medio de los israelitas.
10 En cuanto a los levitas, que me abandonaron cuando Israel se
descarriaba lejos de mí para ir en pos de sus basuras, soportarán el peso de
sus culpas.
11 Serán en mi Santuario los encargados de la guardia de las puertas
de la Casa y ministros del servicio de la Casa. Ellos inmolarán el holocausto
y el sacrificio por el pueblo, y estarán a su disposición para servirle.
12 Por haberse puesto a su servicio delante de sus basuras y haber sido
para la casa de Israel ocasión de culpa, por eso, yo levanto la mano contra
ellos – oráculo del Señor Yahveh – y soportarán el peso de su culpa.
13 No se acercarán más a mí para ejercer ante mí el sacerdocio ni para
tocar mis cosas santas y las cosas sacratísimas: soportarán el peso de su
ignominia y de las abominaciones que cometieron.
14 Les encargaré de ejercer el ministerio en la Casa, en lo que atañe a
su servicio y a todo lo que allí se hace.
15 Pero los sacerdotes levitas, hijos de Sadoq, que cumplieron mi
ministerio en el santuario cuando los israelitas se descarriaban lejos de mí,
ellos sí se acercarán a mí para servirme, y estarán en mi presencia para
ofrecerme la grasa y la sangre, oráculo del Señor Yahveh.
16 Ellos entrarán en mi Santuario y se acercarán a mi mesa para
servirme; ellos cumplirán mi ministerio.
17 Cuando entren por los pórticos del atrio interior, llevarán hábitos
de lino; no irán vestidos de lana cuando oficien en los pórticos del atrio
interior, y en la Casa.
18 Llevarán en la cabeza turbantes de lino, y fajas de lino a los
riñones; no se ceñirán nada que transpire el sudor.
19 Cuando salgan al atrio exterior, donde el pueblo, se quitarán las
vestiduras con que hayan oficiado, las dejarán en las salas del Santo, y se
pondrán otras ropas, con el fin de no santificar al pueblo con sus vestiduras.
20 No se raparán la cabeza, ni dejarán crecer libremente su cabellera,
sino que se cortarán cuidadosamente el pelo.
21 Ningún sacerdote beberá vino el día que tenga que entrar en el atrio
interior.
22 No tomarán por esposa ni una viuda ni una mujer repudiada, sino
una virgen de la raza de Israel; una viuda sólo en el caso de que sea viuda
de un sacerdote.
23 Enseñarán a mi pueblo a distinguir lo sagrado de lo profano y le
harán saber la diferencia entre lo puro y lo impuro.
24 En los pleitos serán ellos los jueces; juzgarán conforme a mi
derecho; observarán en todas mis fiestas mis leyes y preceptos, y
santificarán mis sábados.
25 No se acercarán a un muerto, para no contaminarse, pero por un
padre, una madre, un hijo, una hija, un hermano, o una hermana no casada
podrán contaminarse.
26 Después de haberse purificado, se contará una semana,
27 y luego, el día en que entre en el Santo, en el atrio interior para
oficiar en el Santo, ofrecerá su sacrificio por el pecado, oráculo del Señor
Yahveh.
28 No tendrán heredad alguna: yo seré su heredad. No les daréis
propiedad en Israel: yo seré su propiedad particular.
29 Ellos comerán la oblación, el sacrificio por el pecado y el sacrificio
de expiación. Todo lo que sea consagrado al anatema en Israel será para
ellos.
30 Lo mejor de todas vuestras primicias y de toda clase de ofrendas
reservadas que ofrezcáis, será para los sacerdotes; y lo mejor de vuestras
moliendas, se lo daréis a los sacerdotes, para que la bendición repose sobre
vuestra casa.
31 Los sacerdotes no comerán carne de ningún ave ni bestia muerta o
desgarrada.

Ezequiel 45

1 Cuando os repartáis por sorteo esta tierra en heredad, reservaréis
como ofrenda para Yahveh un recinto sagrado de la tierra, de una longitud
de veinticinco mil codos por una anchura de veinte mil. Será sagrado en
toda su extensión.
2 De aquí se tomará para el santuario un cuadrado de quinientos codos
por quinientos, alrededor del cual habrá un margen de cincuenta codos.
3 También de su área medirás una longitud de veinticinco mil codos
por una anchura de diez mil: aquí estará el santuario, el Santo de los Santos.
4 Será el recinto sagrado de la tierra, destinado a los sacerdotes, que
ejercen el ministerio del santuario y que se acercan a Yahveh para servirle.
Para ellos será este lugar, para que construyan sus casas y como lugar
sagrado para el santuario.
5 Un terreno de veinticinco mil codos de largo por diez mil de ancho
será reservado a los levitas, servidores de la Casa, en propiedad, con
ciudades para vivir.
6 Y como propiedad de la ciudad fijaréis un terreno de cinco mil
codos de ancho por veinticinco mil de largo, junto a la parte reservada del
santuario: esto será para toda la casa de Israel.
7 Al príncipe le tocará, a ambos lados del recinto de la parte reservada
para el santuario y de la propiedad de la ciudad, a lo largo de la parte
reservada para el santuario y de la propiedad de la ciudad, por el lado
occidental hacia occidente, y por el oriental hacia oriente, una longitud
igual a cada una de las partes, desde la frontera occidental hasta la frontera
oriental
8 de la tierra. Esto será su propiedad en Israel. Así mis príncipes no
oprimirán más a mi pueblo: dejarán la tierra a la casa de Israel, a sus tribus.
9 Así dice el Señor Yahveh: Ya es demasiado, príncipes de Israel.
Desistid de la opresión y de la violencia, practicad el derecho y la justicia,
liberad a mi pueblo de vuestros impuestos, oráculo del Señor Yahveh.
10 Usad balanzas justas, una arroba justa, una medida justa.
11 La arroba y la medida sean iguales, de suerte que la medida
contenga un décimo de carga y la arroba un décimo de carga. A partir de la
carga serán fijadas las medidas.
12 El siclo será de veinte óbolos. Veinte siclos, veinticinco siclos y
quince siclos harán una mina.
13 Esta es la ofrenda que reservaréis: un sexto de arroba por cada
carga de trigo y un sexto de arroba por cada carga de cebada.
14 Regla para el aceite, para la medida de aceite: una medida de aceite
por cada diez medidas, es decir, por un tonel de diez medidas, o de una
carga, pues diez medidas hacen una carga.
15 Se reservará una oveja por cada rebaño de doscientas de las
praderas de Israel, para la oblación, el holocausto y el sacrificio de
comunión, como expiación por ellos, oráculo del Señor Yahveh.
16 Todo el pueblo de la tierra contribuirá a esta ofrenda reservada para
el príncipe de Israel.
17 El príncipe se encargará de los holocaustos, de la oblación y de la
libación en las fiestas, novilunios y sábados, en todas las solemnidades de la
casa de Israel. El proveerá lo necesario para el sacrificio por el pecado, para
la oblación, el holocausto y los sacrificios de comunión, para la expiación
de la casa de Israel.
18 Así dice el Señor Yahveh: El primer mes, el día uno del mes,
tomarás un novillo sin defecto, para quitar el pecado del santuario.
19 El sacerdote tomará la sangre de la víctima por el pecado y la
pondrá en las jambas del pórtico de la Casa, en los cuatro ángulos del
zócalo del altar, y en las jambas de los pórticos del atrio interior.
20 Lo mismo harás el día siete del mes, en favor de todo aquel que
haya pecado por inadvertencia o irreflexión. Así haréis la expiación de la
Casa.
21 El día catorce del primer mes será para vosotros la fiesta de la
Pascua. Durante siete días se comerá el pan sin levadura.
22 Aquel día, el príncipe ofrecerá por sí mismo y por todo el pueblo
de la tierra un novillo en sacrificio por el pecado.
23 Durante los siete días de la fiesta, ofrecerá en holocausto a Yahveh
siete novillos y siete carneros sin defecto, cada uno de los siete días, y en
sacrificio por el pecado, un macho cabrío cada día.
24 Como oblación, ofrecerá una medida por novillo y una medida por
carnero, y de aceite un sextario por medida.
25 El día quince del séptimo mes, en la fiesta, hará lo mismo durante
siete días, ofreciendo el sacrificio por el pecado, el holocausto, la oblación y
el aceite.

Ezequiel 46

1 Así dice el Señor Yahveh: El pórtico del atrio interior que mira a
oriente estará cerrado los seis días laborables. El sábado se le abrirá, así
como el día del novilunio;
2 y el príncipe entrará desde el exterior por el vestíbulo del pórtico y
se quedará de pie junto a las jambas del pórtico. Entonces los sacerdotes
ofrecerán su holocausto y su sacrificio de comunión. El se postrará en el
umbral del pórtico, luego saldrá, y no se cerrará el pórtico hasta la tarde.
3 El pueblo de la tierra se postrará ante Yahveh a la entrada de este
pórtico, los sábados y los días de novilunio.
4 El holocausto que el príncipe ofrecerá a Yahveh el sábado, será de
seis corderos sin defecto y de un carnero sin defecto;
5 y como oblación una medida por carnero; por los corderos, una
oblación que queda a discreción, y de aceite un sextario por medida.
6 En el día del novilunio: un novillo sin defecto, seis corderos y un
carnero sin defecto.
7 Y hará oblación de una medida por novillo y de una medida por
carnero; por los corderos, lo que pueda, y de aceite un sextario por medida.
8 Cuando el príncipe entre, entrará por el vestíbulo del pórtico y por el
mismo saldrá.
9 Y cuando el pueblo de la tierra venga ante Yahveh en las
solemnidades, los que entren por el pórtico septentrional para postrarse,
saldrán por el pórtico meridional, y los que entren por el pórtico meridional
saldrán por el pórtico septentrional. Nadie volverá a salir por el pórtico por
donde entró, sino que saldrá por el de enfrente.
10 Y el príncipe irá en medio de ellos; entrará como ellos y saldrá
como ellos.
11 En las fiestas y solemnidades, la oblación será de una medida por
novillo, de una medida por carnero, por los corderos a discreción, y de
aceite, un sextario por medida.
12 Cuando el príncipe ofrezca un holocausto voluntario o un sacrificio
de comunión voluntario a Yahveh, se le abrirá el pórtico que mira a
oriente, ofrecerá su holocausto y su sacrificio de comunión, de la misma
manera que el día de sábado, saldrá luego, y el pórtico se cerrará en cuanto
haya salido.
13 Ofrecerás cada día en holocausto a Yahveh un cordero de un año
sin defecto: lo ofrecerás cada mañana.
14 Ofrecerás además cada mañana, como oblación, un sexto de
medida, y de aceite, un tercio de sextario, para amasar la flor de harina.
Esto es la oblación a Yahveh, decreto eterno, fijo para siempre.
15 Se ofrecerá el cordero, la oblación y el aceite, cada mañana, como
holocausto perpetuo.
16 Así dice el Señor Yahveh: Si el príncipe hace un regalo a alguno de
sus hijos, tomándolo de su heredad, el regalo pertenecerá a sus hijos, será su
propiedad por derecho de herencia.
17 Pero si hace de su heredad un regalo a uno de sus siervos,
pertenecerá a éste sólo hasta el año de la liberación, luego retornará al
príncipe. Solamente a sus hijos podrá pasar su heredad.
18 El príncipe no tomará nada de la heredad del pueblo despojándole
de su propiedad; sólo de su propiedad particular legará partes a sus hijos,
para que nadie de mi pueblo sea privado de su propiedad.
19 Luego me llevó, por la entrada que estaba al lado del pórtico, a las
salas del Santo reservadas a los sacerdotes, las que miraban al norte. Allí,
en la extremidad occidental, había un espacio.
20 Me dijo: «Este es el lugar donde los sacerdotes cocerán las
víctimas de los sacrificios de expiación y de los sacrificios por el pecado, y
donde cocerán la oblación, a fin de que no se saque nada al atrio exterior y
se ve santifique así al pueblo.»
21 Me sacó luego al atrio exterior y me hizo pasar junto a los cuatro
ángulos del atrio; en cada uno de los ángulos del atrio había un patio:
22 esto es, en los cuatro ángulos del atrio, cuatro pequeños patios de
cuarenta codos de longitud y treinta de anchura, los cuatro de las mismas
dimensiones.
23 Una tapia cercaba los cuatro, y en la parte baja de la tapia había
levantados unos fogones, todo alrededor.
24 Y me dijo: «Estos son los fogones donde los servidores de la Casa
cocerán los sacrificios del pueblo.»

Ezequiel 47

1 Me llevó a la entrada de la Casa, y he aquí que debajo del umbral de
la Casa salía agua, en dirección a oriente, porque la fachada de la Casa
miraba hacia oriente. El agua bajaba de debajo del lado derecho de la Casa,
al sur del altar.
2 Luego me hizo salir por el pórtico septentrional y dar la vuelta por el
exterior, hasta el pórtico exterior que miraba hacia oriente, y he aquí que el
agua fluía del lado derecho.
3 El hombre salió hacia oriente con la cuerda que tenía en la mano,
midió mil codos y me hizo atravesar el agua: me llegaba hasta los tobillos.
4 Midió otros mil codos y me hizo atravesar el agua: me llegaba hasta
las rodillas. Midió mil más y me hizo atravesar el agua: me llegaba hasta la
cintura.
5 Midió otros mil: era ya un torrente que no pude atravesar, porque el
agua había crecido hasta hacerse un agua de pasar a nado, un torrente que
no se podía atravesar.
6 Entonces me dijo: «¿Has visto, hijo de hombre?» Me condujo, y
luego me hizo volver a la orilla del torrente.
7 Y a volver vi que a la orilla del torrente había gran cantidad de
árboles, a ambos lados.
8 Me dijo: «Esta agua sale hacia la región oriental, baja a la Arabá,
desemboca en el mar, en el agua hedionda, y el agua queda saneada.
9 Por dondequiera que pase el torrente, todo ser viviente que en él se
mueva vivirá. Los peces serán muy abundantes, porque allí donde penetra
esta agua lo sanea todo, y la vida prospera en todas partes adonde llega el
torrente.
10 A sus orillas vendrán los pescadores; desde Engadí hasta
Eneglayim se tenderán redes. Los peces serán de la misma especie que los
peces del mar Grande, y muy numerosos.
11 Pero sus marismas y sus lagunas no serán saneadas, serán
abandonadas a la sal.
12 A orillas del torrente, a una y otra margen, crecerán toda clase de
árboles frutales cuyo follaje no se marchitará y cuyos frutos no se agotarán:
producirán todos los meses frutos nuevos, porque esta agua viene del
santuario. Sus frutos servirán de alimento, y sus hojas de medicina.»
13 Así dice el Señor Yahveh: Esta es la frontera de la tierra que os
repartiréis entre las doce tribus de Israel, dando a José dos partes.
14 Recibiréis cada uno por igual vuestra parte, porque yo juré, mano
en alto, dársela a vuestros padres, y esta tierra os pertenecerá en heredad.
15 Esta es la frontera de la tierra: lado septentrional: desde el mar
Grande, el camino de Jetlón hasta la Entrada de Jamat, Sedad,
16 Berotá, Sibráyim, que está entre el territorio de Damasco y el de
Jamar, Jaser Hattikón hacia el territorio del Jaurán;
17 la frontera correrá desde el mar hasta Jasar Enán, quedando al norte
el territorio de Damasco, así como el territorio de Jamat. Este, el lado
septentrional.
18 Lado oriental: entre el Jaurán y Damasco, entre Galaad y la tierra
de Israel, el Jordán servirá de frontera hacia el mar oriental, hasta Tamar:
Este, el lado oriental.
19 Lado meridional, al sur: desde Tamar hasta las aguas de Meribá de
Cadés, hacia el torrente, hasta el mar Grande. Este, el lado meridional, al
sur.
20 Lado occidental: el mar Grande será la frontera hasta enfrente de la
Entrada de Jamat. Este, el lado occidental.
21 Os repartiréis esta tierra, según las tribus de Israel.
22 Os la repartiréis como heredad para vosotros y para los forasteros
que residan con vosotros y que hayan engendrado hijos entre vosotros,
porque los consideraréis como al israelita nativo. Con vosotros participarán
en la suerte de la heredad, en medio de las tribus de Israel.
23 En la tribu donde resida el forastero, allí le daréis su heredad,
oráculo del Señor Yahveh.

Ezequiel 48

1 Y estos son los nombres de las tribus. Desde el extremo norte, a lo
largo del camino de Jetlón, hacia la Entrada de Jamat, Jasar Enán,
quedando al norte el territorio de Damasco, a lo largo de Jamat: será para él
desde el lado oriental hasta el lado occidental: Dan, una parte.
2 Limitando con Dan, desde el lado oriental hasta el lado occidental:
Aser, una parte.
3 Limitando con Aser, desde el lado oriental hasta el lado occidental:
Neftalí, una parte.
4 Limitando con Neftalí, desde el lado oriental hasta el lado
occidental: Manasés, una parte.
5 Limitando con Manasés, desde el lado oriental hasta el lado
occidental: Efraím, una parte.
6 Limitando con Efraím, desde el lado oriental hasta el lado
occidental: Rubén, una parte.
7 Limitando con Rubén, desde el lado oriental hasta el lado
occidental: Judá, una parte.
8 Limitando con Judá, desde el lado oriental hasta el lado occidental,
estará la ofrenda sagrada que reservaréis, de veinticinco mil codos de ancha,
y de larga como cada una de las otras partes desde el lado oriental hasta el
lado occidental. Y en medio estará el santuario.
9 La ofrenda sagrada que reservaréis para Yahveh tendrá veinticinco
mil codos de longitud y diez mil de anchura.
10 A ellos, a los sacerdotes, pertenecerá la ofrenda santa reservada:
veinticinco mil codos al norte, diez mil codos de anchura al oeste, diez mil
codos de anchura al este, y veinticinco mil codos de longitud al sur; y el
santuario de Yahveh estará en el medio;
11 a los sacerdotes consagrados, aquellos de entre los hijos de Sadoq
que cumplieron mi ministerio, y que no se descarriaron al descarriarse los
israelitas, como se descarriaron los levitas,
12 a ellos les corresponderá una parte de la tierra reservada como
ofrenda sacratísima, junto al territorio de los levitas.
13 Los levitas, a semejanza del territorio de los sacerdotes, tendrán un
territorio de veinticinco mil codos de largo y diez mil de ancho – longitud
total, veinticinco mil, y anchura, diez mil.
14 No podrán vender ni cambiar ni ceder nada de esta parte de la
tierra, porque está consagrada a Yahveh.
15 Los cinco mil codos de anchura que quedan a lo largo de los
veinticinco mil, serán un terreno profano para la ciudad, para viviendas y
pastizales. La ciudad quedará en medio.
16 Y estas serán sus dimensiones: por el lado norte, cuatro mil
quinientos codos; por el lado sur, cuatro mil quinientos codos; por el lado
este, cuatro mil quinientos codos; por el lado oeste, cuatro mil quinientos
codos.
17 Y los pastizales de la ciudad se extenderán hacia el norte
doscientos cincuenta codos, hacia el sur doscientos cincuenta, hacia el este
doscientos cincuenta y hacia el oeste doscientos cincuenta.
18 Quedará una extensión, a lo largo de la ofrenda santa reservada, de
diez mil codos hacia oriente y diez mil hacia occidente, a lo largo de la
ofrenda santa reservada: sus productos servirán para la alimentación de los
trabajadores de la ciudad.
19 Los trabajadores que trabajen en la ciudad serán tomados de todas
las tribus de Israel.
20 El total de la ofrenda reservada será de veinticinco mil codos por
veinticinco mil. Reservaréis un cuarto de la ofrenda santa reservada para la
propiedad de la ciudad.
21 Lo que quede será para el príncipe, a uno y otro lado de la ofrenda
santa reservada y de la propiedad de la ciudad, a lo largo de los veinticinco
mil codos al este, hasta la frontera oriental, y al oeste a lo largo de los
veinticinco mil codos hasta la frontera occidental, para el príncipe, en
correspondencia a las demás partes; y en el medio estará la ofrenda santa
res reservada y el santuario de la Casa.
22 Así, desde la propiedad de los levitas y la propiedad de la ciudad
que están en medio de la parte del príncipe, entre la frontera de Judá y la de
Benjamín, pertenecerá al príncipe.
23 Y las demás tribus: desde el lado oriental hasta el lado occidental:
Benjamín, una parte.
24 Limitando con Benjamín, desde el lado oriental hasta el lado
occidental: Simeón, una parte.
25 Limitando con Simeón, desde el lado oriental hasta el lado
occidental: Isacar, una parte.
26 Limitando con Isacar, desde el lado oriental hasta el lado
occidental: Zabulón, una parte.
27 Limitando con Zabulón, desde el lado oriental hasta el lado
occidental: Gad, una parte.
28 Y limitando con Gad, por el lado meridional, al sur, la frontera
correrá desde Tamar hacia las aguas de Meribá de Cadés, el torrente, hasta
el mar Grande.
29 Tal es la tierra que repartiréis en heredad entre las tribus de Israel y
tales serán sus partes, oráculo del Señor Yahveh.
30 Y estas son las salidas de la ciudad: por el lado norte, se medirán
cuatro mil quinientos codos.
31 Las puertas de la ciudad llevarán los nombres de las tribus de
Israel. Al norte tres puertas: la puerta de Rubén, la puerta de Judá y la
puerta de Leví.
32 Por el lado oriental, cuatro mil quinientos codos y tres puertas: la
puerta de José, la puerta de Benjamín y la puerta de Dan.
33 Por el lado meridional, cuatro mil quinientos codos y tres puertas:
la puerta de Simeón, la puerta de Isacar y la puerta de Zabulón.
34 Por el lado occidental, cuatro mil quinientos codos y tres puertas:
la puerta de Gad, la puerta de Aser y la puerta de Neftalí.
35 El perímetro total será de dieciocho mil codos. Y en adelante el
nombre de la ciudad será: «Yahveh está allí.»

Eclesiástico 36

1 Ten piedad de nosotros, Dios, dueño de todas las cosas, mira y
siembra tu temor sobre todas las naciones.
2 Alza tu mano contra las naciones extranjeras, para que reconozcan
tu señorío.
3 Como ante ellas te has mostrado santo con nosotros, así ante
nosotros muéstrate grande con ellas.
4 Que te reconozcan, como nosotros hemos reconocido que no hay
Dios fuera de ti, Señor.
5 Renueva las señales, repite tus maravillas, glorifica tu mano y tu
brazo derecho.
6 Despierta tu furor y derrama tu ira, extermina al adversario, aniquila
al enemigo.
7 Acelera la hora, recuerda el juramento, y que se publiquen tus
grandezas.
8 Que el fuego de la ira devore al que se escape, y los que hacen daño
a tu pueblo hallen la perdición.
9 Aplasta la cabeza de los jefes enemigos, que dicen: «Nadie más que
nosotros.»
10 Congrega todas las tribus de Jacob, dales su heredad como al
principio.
11 Ten piedad, Señor, del pueblo llamado con tu nombre, de Israel, a
quien igualaste con el primogénito.
12 Ten compasión de tu santa ciudad, de Jerusalén, lugar de tu
reposo.
13 Llena a Sión de tu alabanza, y de tu gloria tu santuario.
14 Da testimonio a tus primeras criaturas, mantén las profecías dichas
en tu nombre.
15 Da su recompensa a los que te aguardan, y que tus profetas queden
acreditados.
16 Escucha, Señor, la súplica de tus siervos, según la bendición de
Aarón sobre tu pueblo.
17 Y todos los de la tierra reconozcan que tú eres el Señor, el Dios
eterno.
18 Todo alimento traga el vientre, pero unos alimentos son mejores
que otros.
19 El paladar distingue por el gusto la carne de caza, así el corazón
inteligente las palabras mentirosas.
20 El corazón perverso da tristeza, pero el hombre de experiencia le
da su merecido.
21 A cualquier marido acepta la mujer, pero unas hijas son mejores
que otras.
22 La belleza de la mujer recrea la mirada, y el hombre la desea más
que ninguna cosa.
23 Si en su lengua hay ternura y mansedumbre, su marido ya no es
como los demás hombres.
24 El que adquiere una mujer, adquiere el comienzo de la fortuna,
una ayuda semejante a él y columna de apoyo.
25 Donde no hay valla, la propiedad es saqueada, donde no hay
mujer, gime un hombre a la deriva.
26 ¿Quién se fiará del ladrón ágil que salta de ciudad en ciudad?
27 Así tampoco del hombre que no tiene nido y que se alberga donde
la noche le sorprende.

Eclesiástico 37

1 Todo amigo dice: «También yo soy tu amigo», pero hay amigo que
lo es sólo de nombre.
2 ¿No es para uno una mortal tristeza un compañero o amigo trocado
en enemigo?
3 ¡Oh intención perversa! ¿de dónde saliste para cubrir la tierra de
engaño?
4 El compañero disfruta en el contento del amigo, pero al tiempo de
tribulación se volverá contra él.
5 El compañero compadece al amigo por interés, y cuando llega el
combate embraza el escudo.
6 No te olvides de tu amigo en tu alma, ni pierdas su recuerdo cuando
seas rico.
7 Todo consejero da consejos, pero hay quien aconseja en su interés.
8 Del consejero guarda tu alma, conoce primero qué necesita – porque
en su propio interés dará consejo -, no sea que eche sobre ti la suerte,
9 y te diga: «Bueno es tu camino», quedándose enfrente para ver qué
te sucede.
10 No te aconsejes del que te mira con desprecio, y de los que te
envidian oculta tu consejo;
11 ni te aconsejes con mujer sobre su rival, con cobarde acerca la
guerra, con negociante respecto del comercio, con comprador sobre la
venta, con envidioso sobre la gratitud, con despiadado sobre la generosidad,
con perezoso sobre cualquier trabajo, con temporero sobre el término de
una obra, con siervo ocioso sobre un trabajo grande: no cuentes con éstos
para ningún consejo.
12 Sino recurre siempre a un hombre piadoso, de quien sabes bien
que guarda los mandamientos, cuya alma es según tu alma, y que, si caes,
sufrirá contigo.
13 Y mantén firme el consejo de tu corazón, que nadie es para ti más
fiel que él.
14 Pues el alma del hombre puede a veces advertir más que siete
vigías sentados en lo alto para vigilar.
15 Y por encima de todo esto suplica al Altísimo, para que enderece
tu camino en la verdad.
16 Principio de toda obra es la palabra, y antes de toda acción está el
consejo.
17 Raíz de los pensamientos es el corazón, de él salen cuatro ramas:
18 bien y mal, vida y muerte, mas la que siempre los domina es la
lengua.
19 Hay hombre diestro que adoctrina a muchos, y para sí mismo es
un inútil.
20 Hay quien se hace el sabio en palabras y es aborrecido, y que
acabará sin tener qué comer.
21 Pues no se le dio la gracia que viene del Señor, porque estaba
vacío de toda sabiduría.
22 Hay quien para sí mismo es sabio, y los frutos de su inteligencia
son, según él, dignos de fe.
23 El varón sabio enseña a su pueblo, y los frutos de su inteligencia
son dignos de fe.
24 El varón sabio es colmado de bendiciones, y le llaman feliz todos
los que le ven.
25 La vida del hombre tiene días contados, mas los días de Israel no
tienen número.
26 El sabio en su pueblo se gana la confianza, y su nombre vivirá por
los siglos.
27 Hijo, en tu vida prueba tu alma, ve lo que es malo para ella y no se
los des.

28 Pues no a todos les conviene todo, y no a todo el mundo le gusta lo mismo.
29 No seas insaciable de todo placer, y no te abalances sobre la
comida,
30 porque en el exceso de alimento hay enfermedad, y la
intemperancia acaba en cólicos.
31 Por intemperancia han muerto muchos, pero el que se vigila
prolongará su vida.

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